PREVENCION DE ENFERMEDADES
CORONARIAS
La
enfermedad arterial coronaria (CAD, por sus siglas en inglés) es una patología
cardiovascular que afecta a las arterias coronarias, responsables de
transportar sangre oxigenada al miocardio o corazón.
Esta
condición se desarrolla cuando se acumulan depósitos lipídicos (grasa),
conocidos como placas, en el interior de las arterias; un proceso denominado
aterosclerosis.
“Cuando
la placa se deposita en las arterias, puede provocar su estrechamiento y
pérdida de elasticidad”, señala el Dr. Waqas Qureshi, cardiólogo del Hospital
Houston Methodist. “Esto compromete el flujo sanguíneo hacia el corazón y puede
desencadenar eventos clínicamente graves o incluso letales, como infarto agudo
de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte súbita”.
El
síntoma más común asociado a esta patología es el dolor torácico (angina de
pecho). No obstante, la disnea (dificultad para respirar) y síntomas digestivos
inespecíficos, como la indigestión, también pueden representar manifestaciones
clínicas iniciales de una obstrucción coronaria.
En
ausencia de tratamiento adecuado, la enfermedad puede progresar y dar lugar a
complicaciones como arritmias o insuficiencia cardíaca congestiva.
La
prevención como estrategia fundamental: La modificación de ciertos hábitos
de vida, como el incremento de la actividad física regular o el control de la
presión arterial en caso de estar alta, constituyen medidas efectivas para
reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Paralelamente,
seguir un patrón alimentario saludable, como el de la dieta mediterránea
—caracterizado por un elevado consumo de vegetales, frutas, cereales integrales
y aceite de oliva— puede ser beneficioso. Entre las recomendaciones
nutricionales se destacan:
• Limitar el consumo de grasas saturadas,
presentes en productos como quesos curados, mantequilla y carnes con alto
contenido graso.
• Reducir los carbohidratos refinados o de
alto índice glucémico, como las papas, el pan blanco y productos de repostería
industrial.
• Priorizar el consumo de carbohidratos
complejos, incluyendo quinoa, avena y arroz integral.
Adicionalmente,
la realización de una tomografía computarizada para cuantificación de calcio
coronario (CAC, por sus siglas en inglés) permite evaluar la presencia de
calcificaciones asociadas a placas ateroscleróticas.
En
caso de hallazgos clínicamente significativos, el médico tratante puede
considerar la indicación de fármacos como estatinas, betabloqueadores o ácido
acetilsalicílico, junto con intervenciones sobre el estilo de vida.
“Desafortunadamente,
en la mayoría de los casos, la acumulación de placa no es reversible”, afirma
el especialista del Hospital Houston Methodist. “Sin embargo, un abordaje
terapéutico adecuado puede frenar su progresión y prevenir eventos
cardiovasculares mayores”.
Estrategias
de tratamiento: Las estatinas, una clase de fármacos hipolipemiantes, no sólo
disminuyen los niveles plasmáticos de colesterol LDL, sino que también
contribuyen a estabilizar las placas ateroscleróticas y reducen la inflamación
endotelial. El control de la hipertensión arterial también se vuelve un factor
clave de tratamiento.
Por
su parte, los médicos de atención primaria o los cardiólogos pueden indicar
otros agentes terapéuticos como los betabloqueadores, cuya función es disminuir
la carga de trabajo cardíaco. Asimismo, la aspirina en dosis bajas puede
prescribirse con el objetivo de reducir el riesgo de formación de trombos.
“Aunque
lo ideal es prevenir la enfermedad cardiovascular mediante la adopción de un
estilo de vida saludable desde etapas tempranas, existen opciones terapéuticas
eficaces para quienes ya presentan enfermedad arterial coronaria”, concluye el
especialista en cardiología.
“El
uso adecuado de medicamentos, junto con intervenciones conductuales, puede
mejorar notablemente el pronóstico. Es fundamental mantener una adherencia
rigurosa a las recomendaciones médicas para optimizar los resultados en salud”.
¿EN QUÉ CONSISTE LA DIETA
MEDITERRÁNEA?
Este
patrón alimentario se basa en las prácticas nutricionales tradicionales de los
países ribereños del mar Mediterráneo. Aunque no existe una versión única, se
reconocen algunos principios comunes:
• En cada comida: inclusión de frutas,
verduras, cereales integrales y aceite de oliva.
• Tres veces por semana: consumo de
pescado, mariscos y frutos secos.
• Una vez al día: ingesta de aves, huevos
y productos lácteos bajos en grasa.
• Una vez por semana: consumo moderado de
carnes rojas y postres.

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