MAYO: MES DE CONCIENTIZACION
DE LA ARTRITIS
La
artritis es un término general que se refiere a la inflamación de una o más
articulaciones. Las articulaciones son las uniones entre dos huesos, como el
codo o la rodilla. Esta inflamación puede causar dolor, hinchazón,
enrojecimiento y calor en la articulación, lo que a menudo dificulta el
movimiento y, con el tiempo, puede llevar a daños graves o deformidades en la
articulación.
Existen
muchos tipos diferentes de artritis, y el tratamiento depende del tipo
específico que se tenga.
Síntomas comunes de la artritis:
• Dolor articular.
• Rigidez articular (especialmente por
las mañanas o después de la inactividad).
• Hinchazón en las articulaciones.
• Enrojecimiento y calor en las
articulaciones.
• Disminución del rango de movimiento de
la articulación.
Fatiga,
fiebre y pérdida de apetito (en algunos tipos de artritis).
Tipos comunes de artritis:
• Osteoartritis (OA): Es el tipo más
común de artritis. Se produce por el desgaste del cartílago que recubre los
extremos de los huesos en las articulaciones, lo que puede llevar a que los
huesos se froten entre sí. A menudo se relaciona con el envejecimiento, el
sobrepeso o lesiones previas en las articulaciones.
•
Artritis reumatoide (AR): Es una enfermedad autoinmune crónica en la que el
sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a los tejidos sanos de las
articulaciones, causando inflamación persistente. Generalmente afecta a las
pequeñas articulaciones en ambos lados del cuerpo (como manos y pies).
• Artritis psoriásica: Afecta a personas
que tienen psoriasis (una enfermedad de la piel que causa parches rojos y
escamosos). Puede afectar tanto a las articulaciones como a la piel y las uñas.
• Gota: Un tipo de artritis muy doloroso
causado por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones. A
menudo comienza en el dedo gordo del pie, pero puede afectar otras
articulaciones.
• Artritis juvenil: Artritis que se
presenta en niños.
• Espondilitis anquilosante: Un tipo de
artritis que afecta principalmente la columna vertebral, causando rigidez y
dificultad para moverse.
• Artritis infecciosa: Causada por una
infección que se ha propagado desde otra parte del cuerpo a una articulación.
Causas y factores de riesgo de la artritis:
• Edad: El riesgo de artritis aumenta con
la edad, especialmente en la osteoartritis y la artritis reumatoide.
• Antecedentes familiares: Si hay casos
de artritis en la familia, hay una mayor probabilidad de desarrollarla.
• Sexo: La artritis reumatoide es más
común en mujeres, mientras que la gota es más frecuente en hombres.
• Lesiones o golpes: Lesiones previas en
las articulaciones pueden aumentar el riesgo de osteoartritis.
• Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso
ejerce presión adicional sobre las articulaciones, especialmente en rodillas,
caderas y columna.
Enfermedades
autoinmunes: Como en el caso de la artritis reumatoide o la artritis
psoriásica.
Diagnóstico de la artritis: El diagnóstico
se basa en:
• Historial médico y examen físico: El
médico preguntará sobre los síntomas y examinará las articulaciones para
detectar hinchazón, enrojecimiento y rango de movimiento.
• Análisis de sangre: Pueden ayudar a
identificar marcadores de inflamación o autoanticuerpos, lo que es útil para
diagnosticar tipos específicos de artritis como la reumatoide.
• Estudios de imágenes:
o Radiografías: Pueden mostrar daño óseo y
pérdida de cartílago en etapas avanzadas.
o Tomografía computarizada (TC): Proporciona
vistas transversales detalladas de huesos y tejidos blandos.
o Resonancia magnética (RM): Ofrece imágenes
más detalladas de tejidos blandos como cartílagos, tendones y ligamentos.
Ecografía: Utiliza ondas sonoras para
visualizar tejidos blandos y estructuras cercanas a las articulaciones.
Tratamiento
de la artritis: El tratamiento varía según el tipo y la gravedad de la
artritis, y puede incluir:
• Medicación: o Analgésicos: Para aliviar
el dolor (ej., paracetamol).
o Antiinflamatorios no esteroides (AINEs):
Para reducir el dolor y la inflamación (ej., ibuprofeno, naproxeno).
o Corticosteroides: Se pueden inyectar
directamente en la articulación para reducir la inflamación y el dolor.
o Fármacos antirreumáticos modificadores de
la enfermedad (FARME): Se utilizan en la artritis reumatoide y otros tipos
inflamatorios para frenar la progresión de la enfermedad.
o Terapias biológicas: Medicamentos más
nuevos que actúan sobre partes específicas del sistema inmunitario.
o Terapias no farmacológicas:
o Fisioterapia y ejercicio: Para mejorar la
movilidad, la fuerza y reducir el dolor.
o Terapia ocupacional: Para aprender formas
de realizar las actividades diarias con menos dolor y estrés en las
articulaciones.
o Aplicación de calor o frío: Para aliviar el
dolor y la rigidez.
o Pérdida de peso: En casos de sobrepeso u
obesidad para reducir la carga sobre las articulaciones.
o Dispositivos de asistencia: Como bastones
o andadores.
Cirugía:
En casos graves de daño articular, se puede considerar la cirugía para reparar
o reemplazar la articulación (ej., reemplazo de rodilla o cadera).
Es
importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de artritis, ya
que un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden ayudar a controlar la
enfermedad y prevenir daños articulares mayores.

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