11 de Junio: Día Mundial del
Cáncer de Próstata
INNOVACION CONTRA EL CANCER
DE PROSTATA
El
cáncer de próstata es una enfermedad que aparece comúnmente a partir de los 50
años de edad y su pico máximo es después de los 65 años.
De
acuerdo con las estimaciones del proyecto GLOBOCAN 2012, a nivel mundial este
tipo de neoplasia es la segunda causa de cáncer y la quinta causa de muerte por
cáncer en hombres.
En
México, a pesar de que la incidencia de cáncer de próstata es tres veces menor
que lo observado en Estados Unidos, la mortalidad por esta causa es
prácticamente igual y representa la primera causa de cáncer y de mortalidad por
cáncer en hombres.
Por
ello, es importante que este tipo de neoplasia maligna sea diagnosticada en
etapas tempranas, ya que de acuerdo con el doctor Andrew Farach, médico radio
oncólogo, los pronósticos tanto de tratamiento como de calidad y expectativa de
vida son mucho más favorables cuando se diagnostica en estadios primarios.
Uno
de los tratamientos que actualmente se llevan a cabo con mucho éxito en el
Hospital Houston Methodist para este tipo de cáncer es la braquiterapia, “la
cual consiste en radiación suministrada en la próstata mediante la colocación
de material radiactivo dentro de esta. Existen dos tipos de braquiterapia que
incluyen la braquiterapia de dosis bajas y la de dosis alta”, explicó el
especialista.
La
braquiterapia de dosis baja o tratamiento de implantación de semillas
permanente consiste en implantar alrededor de 100 semillas radioactivas
pequeñas en la glándula prostática a través de agujas huecas utilizando la guía
por ultrasonido.
“Estas
semillas radiactivas proporcionan radiación continuamente, por un período de
entre varias semanas a meses, y luego se vuelven inactivas y permanecen en la
próstata para siempre. Si bien la técnica de implantación ha existido por
décadas, los más recientes avances en la tecnología por imágenes la han hecho
más eficaz”, explicó el doctor Farach.
El
procedimiento de implantación se realiza bajo sedación consciente, con el uso
de agujas, los médicos pueden insertar cuidadosamente las semillas
transperinealmente (el área debajo del testículo y enfrente del ano) dentro de
la próstata. Este procedimiento es ambulatorio.
Por
su parte, la braquiterapia de dosis alta fue desarrollada para suplementar la
radioterapia externa, en el tratamiento de pacientes con cáncer de próstata de
alto riesgo. Los pacientes reciben alrededor de cinco semanas de radioterapia
externa, seguida de entre una a tres sesiones de braquiterapia de dosis alta.
En
este tratamiento, la radiación es administrada en la próstata en forma
temporaria a través de isótopos radioactivos.
La
braquiterapia de alta tasa de dosis se puede realizar como monoterapia en el
cáncer de bajo riesgo o riesgo intermedio bajo, o como un refuerzo en la
enfermedad de riesgo alto-intermedio o alto, por lo que se puede utilizar en
todo el espectro del cáncer de próstata.
Tanto
la braquiterapia de baja como la de alta se pueden utilizar en el entorno de
rescate después de una radiación prostática previa.
“Normalmente
se usa como monoterapia para pacientes sin respuesta inmediata al cáncer y
pueden tratarse con braquiterapia de dosis alta. Cabe señalar que los pacientes
con cáncer de próstata de alto riesgo en la primera o segunda etapa tienen
mucho mejor control bioquímico para recibir un refuerzo de braquiterapia, por
lo que normalmente usamos braquiterapia de dosis más alta a la próstata y
tenemos así una mejor oportunidad de controlar el cáncer en pacientes de alto
riesgo intermedio o alto. Por lo tanto, esta opción es realmente beneficiosa”, concluyó
el experto del Hospital Houston Methodist.
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