PALABRAS QUE USAMOS LOS
MEXICANOS PARA REFERIRNOS
AL SEXO: “NO SE DICE ASI… SE
DICE ASI…”
Cuando
se trata de hablar de sexualidad, una de las cosas que más nos cuesta trabajo
es llamar las cosas por su nombre, ya sea por vergüenza, costumbre o porque
nadie nos ha enseñado cómo hablar de sexo.
Hoy,
en pleno siglo XXI seguimos usando eufemismos para referirnos a partes de
nuestro cuerpo o al acto sexual mismo, y aunque en principio puede parecer
divertido e incluso creativo, esto solo logra alimentar nuestras
inseguridades, mitos y hasta faltas de
respeto.
¡Ah!
Y algo muy importante: nos impide conocernos mejor y aprender a disfrutar de
nuestro cuerpo.
Por
ello, el equipo de sexólogas de Platanomelón, ha levantado una encuesta en
redes sociales para identificar cuáles son los eufemismos sexuales más usados
en México ¿quieres conocerlos?
No se dice pilín… se dice
pene.
¿Cuántas
veces no hemos escuchado las palabras pilín, pito, pajarito o reata para
referirse al pene? Probablemente pene sea una de las palabras con más
eufemismos detectados, no sólo en nuestro país sino en Latinoamérica.
Y
aunque los nombres varían de país en país, por lo regular estos eufemismos
hacen referencia a objetos fálicos, algo que desde la era romana se acostumbraba,
pues se decía que el símbolo del falo significaba buena suerte y servía para
alejar la desgracia.
No se dice panocha … se dice
vulva.
En
los estados del norte del país, el piloncillo o caña de azúcar recibe el nombre
de panocha. Por otro lado, en Estados Unidos la panocha es un pan fabricado a
partir de trigo germinado y piloncillo, entonces ¿por qué referirnos a la vulva
como panocha?
Históricamente,
los eufemismos se crearon para no tener que hablar de ciertas cosas “incómodas”
y en el caso del cuerpo femenino ha sido una constante, pues desde pequeñas nos
enseñaron a evadir y nombrar delicadamente nuestros órganos sexuales… la
palabra florecita o flor ¿te suena?
Por
supuesto al transcurrir los años estos eufemismos dejan de ser delicados y
transitan hacia palabras como papaya, pucha y concha.
No se dice el delicioso … se
dice tener relaciones sexuales.
Recientemente
en redes sociales se puso de moda el término “hacer el delicioso” para referirse al acto sexual. Y aunque tener
sexo sí es delicioso, el nombre correcto es tener relaciones sexuales. Nada de
coshar, el sin respeto, el cuchi cuchi, echar pata o echar palo.
Llamar
a las cosas por su nombre hace que no tengamos miedo ni vergüenzas para querer
explorar nuestra sexualidad tanto como queramos. Además, si aprendemos desde
pequeños a nombrar las partes de nuestro cuerpo, podemos evitar malas
experiencias e incluso, cualquier tipo de abuso, pues no habrá confusión cuando
alguien quiera tocarnos.
No
es poca cosa aprender a llamarle a las partes del cuerpo por su nombre, no
olvidemos que lo que no se nombra NO existe, por eso la vulva ha sido tan invisibilizada,
porque hasta el día de hoy algunas personas siguen pensando que se llama
vagina.
Nombrar
a nuestros genitales por su nombre es hacernos conscientes de los mismos y
poder darnos cuenta de lo que pasa con ellos ante ciertos estímulos.
Y
aunque es importante nombrar las partes del cuerpo sin eufemismos, también es
innegable que la sexualidad es lúdica y por ello en la intimidad solemos usar
otras palabras para llamarle a los genitales o al coito en sí, y claro que las
usamos porque es divertido, así que si te sientes cómodo usando eufemismos en
lo privado, ¡hazlo! Pero no olvides que para visibilizar y tener un mejor
entendimiento de la sexualidad, ¡las cosas por su nombre!
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