LA HIGIENE ES FUNDAMENTAL PARA
PREVENIR LA CISTICERCOSIS
*Efermedad
causada por consumir alimentos contaminados por la larva conocida como Taenia
Solium, que se detecta mediante una tomografía y una resonancia magnética, las
cuales permiten identificar lesiones
El consumo de alimentos contaminados por la
larva Taenia Solium ocasiona cisticercosis, un padecimiento infeccioso
que afecta a la población de 15 a 40 años de edad, la cual al ingresar en el
cuerpo se esparce a través del torrente sanguíneo y se asienta en los músculos,
ojos y cerebro, principalmente.
“Parálisis parcial, pérdida del habla,
infartos cerebrales e hidrocefalia son algunos de los efectos en la salud
ocasionados por la presencia de cisticercos en el cerebro”, explicó la doctora Minerva
López, jefa del Servicio de Neurología del Hospital General de México Dr.
Federico Gómez, al advertir que los daños pueden llegar a ser permanentes.
En breve entrevista, la especialista destacó
que las medidas higiénicas como el lavado frecuente de manos, desinfección de
frutas y verduras, así como la cocción adecuada de la carne de cerdo, son
esenciales en la prevención.
Precisó que la cisticercosis más frecuente es
la cerebral, pero en los últimos años se ha reducido su incidencia debido a la
concientización de la población sobre las medidas higiénicas en la elaboración
y consumo de alimentos, por lo que hoy en día se atienden menos casos graves.
La doctora Minerva López explicó que la larva
puede formar quistes que provocan dolor de cabeza y crisis convulsivas, pero
cuando se alojan en las regiones basales del cerebro causan inflamación, lo que
obstruye la circulación de líquido cefalorraquídeo y genera hidrocefalia. Esta
condición puede tornarse grave y requerir tratamiento quirúrgico inmediato.
En otros casos, la presencia abundante de
larvas causa inmovilidad en la mitad del cuerpo o en piernas, y pérdida del
habla. Cuando la inflamación es importante y se encuentra cerca de alguna
arteria principal del cerebro puede ocasionar infarto cerebral por vasculitis.
La presencia del parásito sólo se detecta mediante
una tomografía y una resonancia magnética, que permiten identificar las
lesiones y características del cisticerco. El tratamiento incluye fármacos y en
casos graves requiere cirugía para la extracción de los quistes.
Cuando la larva se aloja en el cuerpo, tarda
alrededor de 21 días en revelar sus primeros síntomas como dolores de cabeza
persistentes, mareos o crisis convulsivas. La severidad de los casos depende
del número y tamaño de quistes detectados.
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