URGE POLITICA INTEGRAL PARA ATENDER EL SISTEMA ALIMENTARIO
*Debe
revisarse la estrategia nacional para lograr sus objetivos
*El gran problema es que parte de las
regulaciones se realizaron a conveniencia de la industria de alimentos y
bebidas, no bajo el interés público
El 31 de octubre de 2013 el Ejecutivo Federal presentó la “Estrategia Nacional para la Prevención y el
Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes”, lo cual significó un
paso importante ya que retomó medidas recomendadas por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE).
Sin embargo, al momento de ser publicadas en el Diario Oficial de
la Federación algunas sufrieron modificaciones que las convirtieron en
regulaciones simuladas.
El gran ausente en la Estrategia Nacional es la atención al
sistema alimentario, entendido como la forma en que se producen, almacenan,
distribuyen, comercializan y consumen los alimentos.
En palabras de Oliver de Schutter, ex-relator del Derecho a la
alimentación de las Naciones Unidas, “el
gobierno mexicano ubica el problema del sobrepeso y la obesidad en el
comportamiento del consumidor, cuando en realidad tiene sus orígenes en el
sistema alimentario del país”.
Para ello, se requiere una verdadera Reforma para la transformación
del campo a cargo de la Secretaría de Ganadería, Agricultura, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación; no obstante, nunca se han vinculado objetivos dirigidos a
mejorar el estado de salud y nutrición de la población mexicana.
LA INDUSTRIA REGULA LA ALIMENTACION
El primer defecto que tienen
algunas de las regulaciones clave contenidas en la estrategia es que fueron
planteadas directamente por la industria que pretende ser regulada, y no por un
grupo de expertos objetivo y libre de conflicto de interés.
El etiquetado frontal de
alimentos y bebidas que busca ser útil al consumidor no le proporciona
la información que necesita en el formato que le funciona, y también lo engaña
al utilizar un valor de referencia de azúcar muy permisivo que conviene a los
fabricantes de productos altos en azúcar, como son las bebidas azucaradas, que
representan el 70% de los azúcares añadidos que consume la población mexicana.
La regulación de
publicidad de alimentos y bebidas también
tiene un gran defecto: descubre los horarios y programas a los que más
expuestos están los niños en la televisión, pero además deja medios y
herramientas que fácilmente llegan a la infancia, como el internet, los
empaques, la publicidad en la calle, en puntos de venta.
Por lo tanto, sigue habiendo una exposición que termina en demanda
y consumo de productos ultra procesados altos en azúcar, que aportan cerca del
25% de las calorías de la dieta de los niños, cuando la recomendación es no
rebasar el 10% de estos productos para no desplazar el consumo de alimentos que
sí los nutren.
El segundo defecto de la Estrategia es precisamente que no se han logrado hacer
efectivos los mecanismos de seguimiento y con ello la adecuada implementación
de las regulaciones, destacando de manera especial aquella que regula la oferta de alimentos y bebidas dentro de las
escuelas.
Los lineamientos respectivos están bien planteados en el papel
pero no se ha logrado modificar verdaderamente la oferta alimentaria.
De acuerdo al propio OMENT, únicamente el 3.9% de las escuelas en todo país tiene constituido el
Comité de Establecimientos de Consumo Escolar, quien es la figura
responsable de dar seguimiento a la aplicación de los lineamientos generales
publicados en el Diario Oficial de la Federación el 16 de mayo 2014.
El tercer defecto de la Estrategia, tal y como ocurrió con
el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria planteada en el sexenio anterior,
es que no se asignan recursos para la
ejecución de la Estrategia y
por ende algunos de los objetivos planteados no se llevan a cabo.
Por otro lado, las medidas fiscales, que forman parte de la
Estrategia han permitido recaudar los recursos suficientes para reinvertir en
acciones para la salud tal y como se estableció en la Ley de Ingresos 2016 y
2017: ·El Presupuesto de Egresos de la
Federación para el Ejercicio Fiscal 2016 aprobado deberá prever una asignación
equivalente a la recaudación estimada para la Federación (…) para destinarse a
programas de promoción, prevención, detección, tratamiento, control y combate a
la desnutrición, sobrepeso, obesidad y enfermedades crónico degenerativas
relativas, así como para apoyar el incremento en la cobertura de los servicios
de agua potable en localidades rurales, y proveer bebederos con suministro
continúo de agua potable en inmuebles escolares públicos con mayor rezago
educativo (…)”.
NO ESTA CLARO EL DESTINO DE RECURSOS
Sin embargo, hoy en día no hay claridad respecto al destino de
dichos recursos, y la Auditoria Superior de la Federación no ha dado respuesta
al Punto de Acuerdo generado por diversos Senadores solicitado en julio del
2016.
Otra muestra de la intervención de la industria de bebidas y
alimentos es su presencia y toma de decisiones dentro del Observatorio Mexicano de Enfermedades No
Transmisibles (OMENT), organismo que da seguimiento precisamente a la
Estrategia Nacional.
El OMENT sufre de un profundo conflicto de interés al registrarse
la participación de la propia industria que de manera permanente se ha opuesto
a las regulaciones.
La Estrategia presenta muchas deficiencias al compararse con los
objetivos determinados en el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad
en la Niñez y la Adolescencia firmada por los ministerios de salud de los
países de Latinoamérica y del Caribe: un etiquetado frontal no útil y riesgoso,
una regulación de la publicidad extremadamente limitada, una regulación de
alimentos y bebidas no implementada en la mayoría de las escuelas, entre otras
medidas deficientes.
La situación de emergencia que vive México en materia de
sobrepeso, obesidad y diabetes requiere el establecimiento de una Ley/Política
que integre y de coherencia a las políticas públicas, que haga converger a las
diversas secretarías a través de una política que se encamine a la producción,
comercialización y acceso a alimentos saludables y que sea guiada por un grupo
de instituciones y expertos en salud pública libres de conflicto de interés,
retomando las mejores prácticas internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario