TRES RAZONES PARA SER BUEN
VECINO EN TIEMPO DE PANDEMIA
En
medio de la pandemia del coronavirus, te puede ser fácil encerrarte en casa y
concentrarte en mantenerte a salvo junto con tus seres queridos, pero a medida
que nos tratamos de acomodar en lo que serán unos meses inusuales, podemos
también intentar ser solidarios con nuestros vecinos y con quienes más lo
necesitan.
Ahora
más que nunca, tu vecino puede necesitarte y tú puedes ser un buen vecino
mientras practicas el distanciamiento social. Por ejemplo, puedes llamar o
enviar un mensaje de texto a tu vecino para ponerte en contacto con él. Si no conoces el número de tu vecino, puedes
dejar una nota en su buzón o debajo de la puerta.
Independientemente
de cómo te pongas en contacto, aquí hay tres maneras de ayudar a tus vecinos
durante la pandemia de coronavirus según los expertos del Hospital Houston
Methodist.
Puedes
ayudar a mantener seguro a alguien con mayor riesgo. Cualquiera persona puede
contraer COVID-19. Pero algunos tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades
graves, que otros, por ejemplo: personas mayores de 65 años; personas con una o
más enfermedades crónicas (diabetes, obesidad, presión arterial alta,
enfermedades del corazón, cáncer, VIH, asma, etc.; mujeres embarazadas, entre
otros.
Todos
estamos evitando el contacto cercano y las multitudes en este momento, pero
quedarte en casa tanto como sea posible es aún más importante para las personas
que están en mayor riesgo. Quedándote en casa previenes que el virus se
propague y pueda afectar a grupos de la población más vulnerables como los
arriba mencionados.
Incluso
aquellos que se abastecieron de alimentos y artículos esenciales para el hogar
están obligados a salir eventualmente.
Posiblemente
no sepas si tus vecinos son personas de alto riesgo, pero siempre es bueno
cerciorarte si hay algo que puedan necesitar y quizá cuando tú salgas a hacer
tus compras, puedas adquirir también lo que a tus vecinos les hace falta y así
evitar que ellos salgan.
APLANAR
LA CURVA
Puedes
ayudar a "aplanar la curva". El distanciamiento social consiste en
evitar las multitudes y el contacto cercano con las personas en un esfuerzo por
prevenir la propagación del coronavirus. También reduce la cantidad de casos de
coronavirus que ocurren en cualquier momento en una población, minimizando así,
la carga inmediata sobre los hospitales y el personal de atención médica.
En
la era digital de las aplicaciones en el celular, puede ser momento de que tus
vecinos y tú consideren la posibilidad de hacer compras en conjunto. La meta
final es simple: hacer tu parte para limitar el número de personas afuera en un
momento dado.
Ser
amable es bueno para tu salud. La investigación muestra que ser amable con
otras personas, ya sean seres queridos o extraños, aumenta la felicidad y
bienestar.
Según
la ciencia, los beneficios de ser amable no terminan ahí. La evidencia muestra
que practicar el altruismo y mostrar compasión puede provocar la producción de
oxitocina y dopamina. Estas son las hormonas de amor y también las hormonas del
"sentirse bien", a menudo asociadas con calidez emocional y el
placer.
Lo
cual significa que ayudar a tu vecino a través de un acto de bondad no solo le
beneficia a él, sino a ti también. Una vez establecido ese buen compañerismo,
también podrás sentirte cómodo preguntándole a tus vecinos sí en algún momento
ellos pueden hacer algo también por ti.
Atrapados en casa:
¿Cómo
desconectarse del home-office? Con el distanciamiento social en pleno efecto,
todos tratamos de quedarnos en casa tanto como nos sea posible. Y si bien pasar
tiempo en el hogar puede ser genial, también representa un desafío, pudiendo
ser retador el poder relajarse, por ejemplo.
Muchas
personas tienen dificultades para desconectarse después de la rutina de trabajar
desde casa. Posiblemente pienses que estar en casa es “poco productivo” y quisieras cubrir muchas
actividades adicionales. También te puedes sentir agobiado y agotado de estar
todo el día frente a la televisión o la computadora.
¿Cómo
desconectarse si trabajas desde casa? Los expertos del Hospital Houston
Methodist nos dan una serie de consejos para desconectarnos del trabajo y que
el conectarnos al descanso no sea tan complicado.
Establece
tus horas de trabajo. Al igual que lo hacías en tu oficina, (empezar y terminar
la jornada laboral en la oficina) determina ese mismo tiempo para trabajar en
casa, sigue esos mismos horarios. No inicies sesión en la computadora tan
pronto como te despiertes, para poder comenzar a responder correos electrónicos
y cuando llegue el momento de cerrar sesión, desconéctate por completo.
Establece
expectativas claras con tu jefe. Ser productivo no significa trabajar de más.
Pregúntale a tu jefe qué espera que hagas cada día y trabajen juntos en
establecer metas realistas. No tengas miedo de decir: “esto es demasiado"
solo porque estás trabajando desde tu casa.
TAREAS
PARA MAÑANA
Al
final del día, haz una lista de tareas para mañana. Pasa los últimos 30 minutos
de tu jornada laboral enlistando tus tareas del día siguiente. Esto puede
evitar que entres en pánico por responsabilidades que no se cumplieron mientras
estás frente a tu computadora.
Convierte
tu lugar de trabajo en un espacio hogareño. Es decir, al final del día, guarda
todo lo que tenga que ver con trabajo. Si tu mesa de cocina es tu escritorio
laboral, devuélvele su función original al término del día. Si tienes una
oficina en casa, cierra esa puerta cuando acabes tu jornada, y así, tu casa
vuelve a ser tu casa.
Ten
un ritual de relajación. Cuando trabajas, tu cerebro está encendido, pero llega
el momento de darle un descanso. Restablece tu capacidad de atención escuchando
música, dándote una ducha o ayudando con la cena. Solo asegúrate de elegir algo
que te ayude a distraerte del ajetreado trabajo, para así tener el tiempo de
relajación que necesitas.
GUIA
DE RELAJACION
Usa
estos consejos que los expertos en Wellness del Hospital Houston Methodist te
comparten para poder relajarte en casa.
Deja
de lado tu celular. Es difícil, pero intenta deshabilitar las notificaciones
del correo electrónico, calendario, etc. Esto es muy saludable.
Haz
una lista, pero no sólo de pendientes. En lugar de hacer una lista de las cosas
que necesitas hacer, haz una de las cosas que te hacen feliz o de las razones
por las que estás agradecido.
Disfruta
un poco de tiempo a solas. Pasar tiempo concentrándote en ti mismo es bueno
para tu estado de ánimo y tu productividad. Ya sea que se trate de una caminata
a solas o de un largo baño antes de que comience el día. Es importante darte un
tiempo contigo mismo todos los días.
Date
recompensas relajantes después de completar las tareas. Por cada tarea
terminada, date tus 10 minutos en “estado zen”. Ya sea que lo pases leyendo un
buen libro en una silla cómoda, tomando una taza de té en tu bata y pantuflas,
o practicando yoga mientras disfrutas de una aromaterapia, haz que tus
recompensas sean actividades relajantes.
Desintoxícate
de tus dispositivos en los tiempos del COVID-19. Con el distanciamiento social
estamos más en casa de lo habitual, entonces es fácil caer en una sobredosis de
tecnología. Entras a tu celular para revisar las redes sociales a cada minuto,
no te desprendes de las noticias en la televisión, abres una aplicación para
pedir comida, etc.
Sin
la capacidad de reunirse en persona, muchos estamos de videollamada en
videollamada en estos días y es muy difícil desconectarse de los dispositivos.
Recuerda
que, los dispositivos pueden ser adictivos, el contenido con el que
interactuamos puede ser estresante. Estar conectado a través de las redes
sociales no necesariamente significa sentirnos conectados. Y mirar tu
dispositivo antes de dormir, afecta negativamente tus horas de sueño.
Ahora
es inevitable pasar una considerable parte del día mirando las pantallas
mientras trabajas o socializas con amigos a través de video chats. Pero aquí
los especialistas del Hospital Houston Methodist te brindan algunos consejos
para reducir el tiempo que pasas en tus dispositivos:
Haz
que tus noches sean diferentes. En lugar de dejarte caer en el sofá y pasar
horas mirando las redes sociales con la televisión prendida, considera hacer
algo diferente: preparar la cena, pasear al perro, regar la plantas, armar un
rompecabezas, leer un libro o jugar con los hijos.
PONER
LOMITES
No
hay nada de malo en ver un episodio del programa de televisión favorito todas
las noches, pero trata de evitar los maratones de series. Establece límites
sobre cuánto y cuándo ves televisión, y cuando lo hagas, encuentra algo que
realmente te interese.
Sé
honesto en cómo las redes sociales te hacen sentir. Pregúntate: ¿Me siento
feliz cuando salgo de Facebook? Si la respuesta es no, considera dejar el
teléfono, para hacer algo que te haga feliz.
Usa
tu celular de manera funcional, no recreativa. En lugar de llenar tu pantalla
de inicio con aplicaciones de juegos y redes sociales, instala herramientas que
te ayuden a estudiar un curso, medir la cantidad y calidad de tu sueño, cuidar
tu dieta, mantener tu lista de compras, chatear por video con la familia y
amigos y escuchar música.