BOMBARDEO AGRESIVO DE PUBLICIDAD CONTRA LA NIÑEZ MEXICANA, QUE AUMENTA
LOS RIESGOS A DESARROLAR OBESIDAD Y SOBRE PESO
●La interferencia de la industria en la regulación de publicidad de
alimentos y bebidas impacta en el consumo y pone en riesgo la salud en un país
donde uno de cada tres niños tiene sobrepeso u obesidad
A cuatro años de entrar en vigor la regulación que restringe la
publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños, la niñez mexicana sigue
expuesta a un bombardeo constante y agresivo que impacta en la preferencia de
consumo e influye en la petición y la compra de productos no saludables,
aumentando los riesgos a desarrollar obesidad y problemas de salud.
Este fracaso se explica por las debilidades de dicha regulación, la cual
fue diseñada por la propia industria de alimentos y bebidas, ignorando las
recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y
las experiencias internacionales.
En un país donde uno de cada tres niños tiene sobrepeso u obesidad, las
autoridades responsables no consultaron a los especialistas y académicos en la
materia para diseñar una regulación que pudiera proteger a la infancia de la
publicidad invasiva de alimentos y bebidas no saludables.
INFANCIA ENGANCHADA A LA PUBLICIDAD
Ante esta situación, expertos en nutrición y políticas públicas, así
como defensores de los derechos a la información, de la niñez y los
consumidores, han hecho un análisis sobre el comportamiento del ambiente
obesogénico en México en el documento “Publicidad dirigida a niños: Una
infancia enganchada a la obesidad”, en el que se exponen las estrategias de
la industria y los errores de política pública que han impedido la aplicación
de una regulación que proteja a los consumidores más vulnerables contra la
publicidad invasiva de comida chatarra y bebidas azucaradas.
“La publicidad de comida chatarra es una de las
grandes barreras para lograr una adecuada prevención de la obesidad en México.
Es aún más preocupante que no haya regulaciones efectivas que permitan
controlarla cuando se dirige de manera especial a la infancia, el grupo
poblacional al que más tendríamos que estar protegiendo de ambientes poco
saludables” declaró Simón Barquera, director del Centro de Investigación en
Nutrición y Salud del INSP.
Coordinado por la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA), el documento
destaca la importancia de regular la publicidad invasiva de alimentos y bebidas
no saludables como una medida prevenible para enfrentar la obesidad, en vista
de que la regulación actual, en principio, solo se enfoca en TV y cine, dejando
fuera otros medios y herramientas de mercadeo, al tiempo de que los criterios
nutrimentales para decidir qué productos se publicitan fueron diseñados por la
industria.
Adriana Labardini Inzunza abogada especialista en TIC para el desarrollo
sustentable recordó: “En los últimos cinco años, las autoridades competentes no
sólo no han tutelado eficazmente los derechos de los menores a la salud y a la
información, sino que han actuado en contra del interés superior del menor al
proponer y expedir normatividad administrativa (COFEPRIS) que a todas luces
simula soluciones y permite a las industrias relacionadas evitar o evadir las
prohibiciones a la publicidad dirigida a niños y adolescentes mediante lagunas,
excepciones y formalismos tramposos”.
Un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) revela que
el público infantil pasó en promedio frente al televisor, 4 horas 46 minutos al
día en 2017, y esta cifra no incluye todo el tiempo que pasan frente de otras
pantallas (celular, computadora, tablet, etc.), tiempo durante el cual niños y
adolescentes están altamente expuestos a la publicidad para alimentos y
bebidas.
Por su parte Fiorella Espinosa investigadora en salud alimentaria de El
Poder del Consumidor puntualizó: “La televisión es sólo una parte del problema,
los niños están expuestos a la publicidad en línea, en redes sociales,
videojuegos en línea, espacios infantiles, las escuelas, en la calle, el
transporte público y en puntos de venta. También en el empaque de los productos
que están llenos de imágenes y mensajes que engancha a los niños”.
LA DESINFORMACION ENFERMA
Issa Luna Pla del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,
declaró: “Es necesario que los nuevos gobiernos federal y estatales introduzcan
el derecho internacional de los niños y las niñas, así como los estándares de
salud y de consumo, a los mercados de alimentos mexicanos. El daño que causaron
los gobiernos anteriores ha dejado a nuestra población infantil destinada a la
enfermedad y desinformados sobre lo que consumen”.
Es importante recordar que todas estas formas de mercadotecnia impactan
en la preferencia de los niños y la exposición a la publicidad influye en la
petición, la compra y el consumo de estos productos chatarra, aumentando los
riesgos a desarrollar obesidad y problemas de salud en la población infantil.
La mayoría de los anuncios a los cuales los niños mexicanos están expuestos
cuando están viendo la TV son de productos altos en azúcar, sodio y grasas.
La regulación actual tampoco cubre ni los programas más vistos por los
niños (telenovelas, series) ni los horarios con mayor audiencia infantil en TV,
entre 20:00-22:00, de acuerdo a reportes del IFT.
El documento presentado pone en evidencia la necesidad de que la
administración entrante re-diseñe la regulación con base en las recomendaciones
internacionales y no proteja los intereses de la gran industria alimentaria.
Para que esto sea posible, la Alianza por la Salud Alimentaria recomendó:
Reformular los criterios nutrimentales para definir los productos que no
podrán ser publicitados, con la participación de un grupo de expertos libres de
conflicto de interés, para que estén alineados con las recomendaciones
internacionales.
Ampliar la regulación en televisión para cubrir los horarios desde las
6:00 hasta las 22:00 horas, incluyendo todos los programas.
Incluir en la regulación todos los medios de publicidad y mercadeo que
pueden dirigirse a la infancia, videojuegos, internet, redes sociales, uso de
personajes en empaques, espacios públicos, y puntos de venta.
Restringir el uso de herramientas de mercadeo como la exposición de
personalidades públicas y de ficción que son atractivas y populares para niños
y adolescentes, regalos, juegos, concursos y patrocinios que tienen el objetivo
de atraer y persuadir.
Por último, recordaron que es fundamental que se reformule la regulación
de publicidad de alimentos y bebidas tomando como referencia la evidencia
científica disponible y las recomendaciones de expertos internacionales y
nacionales, especialmente en relación con el conflicto de interés. La industria
alimentaria no debe estar involucrada en la toma de decisiones en la materia y
las regulaciones no deben convenir a sus intereses. La salud pública y el
interés público deben ser la prioridad, no el interés comercial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario