viernes, 24 de junio de 2016


URGE PUBLICAR LA NORMA OFICIAL MEXICANA PARA
EL CÁNCER DE PRÓSTATA EN EL DIARIO OFICIAL

*El anteproyecto de NOM fue creado en 2014 entre académicos, comunidad médica y organizaciones de la sociedad civil bajo el liderazgo del CENAPRECE

*A la fecha no ha sido autorizado aún para su publicación en el Diario Oficial de la Federación


Durante 2014, la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer trabajó junto con un grupo de académicos, autoridades y representantes de la comunidad médica, en la creación del anteproyecto de la Norma Oficial Mexicana (NOM) para la atención del cáncer de próstata.
La cual debió quedar así: “NOM para la Detección, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica del Crecimiento Prostático Benigno y Cáncer de Próstata”.
Sin embargo, desde esa fecha, dicha NOM ha seguido un proceso de revisión que se ha prolongado demasiado y obviamente ha impedido que ésta sea liberada.
Contar con una Norma Oficial para la atención del cáncer de próstata hará posible tener una referencia para el diagnóstico, tratamiento y vigilancia de quienes son diagnosticados con este tipo de cáncer, marcará la base para la generación de campañas de detección temprana y los lineamientos para atender a quienes están en las diferentes etapas de éste cáncer.
Al respecto, Mayra Galindo Leal, directora general de la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer, manifestó que “el cáncer de próstata es la causa número uno de muerte, en hombres. De ahí la importancia de poder contar con una guía y referencia para su atención y seguimiento; desde los niveles más básicos de atención hasta las etapas avanzadas”.

UNETE AL EQUIPO

Por ello y a fin de aumentar la conciencia sobre la importancia del auto-cuidado y con la intención de invitar a todos los involucrados a trabajar en equipo en beneficio de la detección oportuna y de una atención de calidad tras el diagnóstico, la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer inició la campaña digital Únete Al Equipo.
Esta campaña compartirá información sobre detección temprana, cuidados y necesidades actuales de los pacientes ya diagnosticados, entre las que destaca la aprobación de la NOM antes mencionada.
“Ser parte del equipo ganador, en beneficio de los hombres y en beneficio de quienes viven con cáncer de próstata es la motivación que debemos tener para lograr más. Para ubicar qué podemos hacer desde nuestras trincheras. Como esposas, como hijos, cuidar la salud de nuestros padres y hombres cercanos; como médicos dar lo mejor de sí en beneficio de nuestros pacientes, tengan o no cáncer de próstata, estén o no en un proceso de detección; y como autoridades, hacer lo que está en nuestras manos por mejorar la situación de atención y acceso para los mexicanos”, agregó la funcionaria.
La asociación invita a todo el público a sumarse compartiendo y comentando la información sobre cáncer de próstata que estará disponible en redes sociales, usando el hashtag #ÚneteAlEquipo.

CANCER DE PROSTATA

Este tipo de cáncer se forma en los tejidos de dicha glándula y generalmente se presenta en hombres mayores de 65 años de edad. En sus etapas avanzadas se le clasifica en dos tipos:
--cáncer de próstata localizado, que es cuando aún se encuentra confinado a la glándula prostática
--cáncer de próstata localmente avanzado, cuando se ha propagado por fuera de la glándula prostática hasta el tejido circundante, generalmente a las vesículas seminales
--cáncer de próstata avanzado, cuando ya se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos, los huesos o alguna otra parte en el cuerpo.
Actualmente, entre las lesiones malignas que mayor número de defunciones causan entre los hombres mexicanos es precisamente este tipo de cáncer (8.1%). Aún más, entre los varones de 60 años o mayores, la tasa de defunciones por tumores de próstata es de 121.57 por cada 100 mil hombres.



DIAGNOSTICO

Para detectar el cáncer de próstata, se deben hacer dos exámenes médicos:
Tacto rectal: en este examen un médico, enfermero u otro profesional de la salud palpa la próstata a través de la pared del recto para evaluar el tamaño, la forma y la dureza de la glándula prostática.
Prueba del antígeno prostástico específico (PSA, por sus siglas en inglés): El PSA es una sustancia producida por la próstata, la cual, si se encuentra en demasía, puede significar que se ha desarrollado cáncer de próstata.
Sin embargo, otras anomalías, como una próstata agrandada, infecciones de ésta y algunos procedimientos médicos, también pueden incrementar los niveles de PSA, por lo cual esta prueba no es definitiva para diagnosticar el cáncer.
Una vez que los estudios resultan positivos, el médico puede indicar otros exámenes para determinar en qué estadío se encuentra el mal, incluyendo: ecografías, rayos x y una biopsia.

TRATAMIENTO

El tipo de tratamiento que se ofrezca al paciente que tiene cáncer de próstata dependerá de la velocidad de crecimiento del cáncer y su diferenciación del tejido circundante, es decir: de la etapa en la que se encuentre dicha enfermedad.
Cuando se encuentra en una etapa avanzada; es decir, cuando el tumor se ha extendido más allá de la próstata, invadiendo la vejiga, el recto, las vesículas seminales, los nódulos linfáticos, huesos u otras partes del cuerpo, el primer paso consiste en evitar que el organismo continúe con la producción de testosterona, hormona masculina que aprovechan las células cancerígenas para reproducirse. Dicho procedimiento para inhibir la generación de testosterona, llamado castración, se logra mediante técnicas como cirugía y manipulaciones hormonales (hormonoterapia).
Si después de 18 a 20 meses el cáncer sigue presente, se puede administrar quimioterapia, tratamiento que genera diversos efectos secundarios, incluyendo cansancio excesivo, anemia, caída de cabello y toxicidad en la piel.
En caso de que la quimioterapia no detenga el avance del cáncer de próstata, existe la posibilidad de ofrecer al paciente este nuevo medicamento que inhibe la producción de los andrógenos, lo cual favorece que los tumores se reduzcan y crezcan más lentamente.
Este tratamiento mejora la calidad de vida del paciente, pues a diferencia de la quimioterapia, no genera fatiga, lo cual permite al hombre reintegrarse a sus actividades normales. Asimismo, debido a que no ocasiona la caída de cabello, mejora la autoestima del paciente.
De igual manera, a diferencia de la quimioterapia, no genera neuropatía, trastorno que limita la motilidad del paciente.



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