miércoles, 17 de mayo de 2023

 

LA ESPIRITUALIDAD MEJORA LA SALUD:

 LO DICE HARVARD

 


*Buscar el significado, el propósito o la trascendencia final a la vida influye de manera positiva en el bienestar de las personas: Marta Sahelices

 

 

La relación entre salud, religión y espiritualidad es un asunto que preocupa especialmente a Harvard; de hecho, cuenta con un proyecto dedicado de forma específica a ello titulado Initiative on health, religion and spirituality.

Una línea de investigación interdisciplinar en la que especialistas empíricos, académicos y teólogos buscan –mediante estrictos métodos de análisis científicos y sociocientíficos– comprender el modo en que cuerpo, mente y espíritu interactúan a la hora de aliviar enfermedades y promover el bienestar humano.

Es por ello que el nuevo estudio Spirituality in Serious Illness and Health (Espiritualidad en Enfermedades Graves y Salud), dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y el Hospital Brigham and Women's, no viene sino a confirmar algo en lo que la universidad lleva insistiendo desde hace años: no se puede ignorar el efecto beneficioso de la espiritualidad y la religión en la salud.

Tanto es así, que estos últimos hallazgos, publicados recientemente en el Journal of the American Medical Association (JAMA), no dejan lugar a dudas en la conclusión final: “La espiritualidad debe incorporarse en la atención tanto de enfermedades graves como de la salud en general”. Pero, ¿por qué? Entre otras cosas, porque tal y como declaró Tyler VanderWeele, uno de los coautores del estudio y profesor de epidemiología en la Harvard Chan School: “Enfocarse en la espiritualidad en el cuidado de la salud significa cuidar a la persona en su totalidad, no solo a su enfermedad”.

 

          VINCULO ENTRE ESPIRITUALIDAD Y SALUD

 

Más de 15 mil artículos publicados entre enero de 2000 y abril de 2022 (de los cuales 586 cumplieron con los estrictos requisitos del estudio) fueron identificados y analizados por los investigadores en busca de evidencias que demostrasen el vínculo entre espiritualidad y salud.

“Este estudio representa el análisis sistemático más riguroso y completo de la literatura moderna sobre la salud y la espiritualidad hasta la fecha”, dijo al respecto Tracy Balboni, autora principal, doctora del Dana-Farber/Brigham and Women's Cancer Center y profesora de Oncología Radioterápica en la facultad de Medicina de Harvard.

Tras esta mirada detallada a los cientos de estudios en los que participaron miles de pacientes, un grupo estructurado y multidisciplinario de expertos, llamado panel Delphi, revisó la evidencia colectiva más sólida sobre los beneficios de nutrir la espiritualidad de los pacientes como parte de la atención médica (16 declaraciones de evidencia fueron desarrolladas), y ofreció varias recomendaciones, como por ejemplo concienciar a los profesionales de la salud o incorporar la educación sobre el cuidado espiritual en la formación de los equipos interdisciplinarios que atienden a personas con enfermedades graves.

El panel de expertos también instó a incluir enfoques centrados en el paciente que tengan en cuenta los beneficios ‘protectores’ de la participación en la comunidad espiritual, tal y como demostró en 2020 otra investigación también dirigida por la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard: “Las personas que asistían a servicios religiosos al menos una vez a la semana tenían significativamente menos probabilidades de morir de ‘muertes por desesperación’, incluidas las muertes relacionadas con el suicidio, la sobredosis de drogas y la intoxicación por alcohol”.

Los autores del estudio señalaron entonces que la participación religiosa puede servir como un antídoto importante contra la desesperación y la depresión y como un activo para mantener la esperanza y que la religión está asociada con una resiliencia psicosocial fortalecida al fomentar una sensación de paz y una perspectiva positiva, y promover la conexión social. Asimismo, se vincula con una vida más saludable y longeva (se está empezando a investigar la relación entre religión, meditación y otras prácticas espirituales con el envejecimiento celular).

Todos estos avances de la investigación se ven impulsados por una preocupación práctica, la de aliviar enfermedades y promover el bienestar humano. Y no solo tienen que ver con los efectos positivos de la religión organizada, sino también con otras formas de encontrar el significado, propósito, valor o trascendencia final a la vida, lo que define la espiritualidad en su conjunto y mejora la calidad de vida de las personas, a tenor de los últimos descubrimientos.

 

 

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