29 de mayo: Día Mundial de la Salud Gástrica
INHIBIDORES DE LA BOMBA DE
PROTONES: CUANDO LA
AYUDA CONTRA ACIDEZ
ESTOMACAL ES UNA PESADILLA
La
comida mexicana es muy reconocida a nivel mundial por su sabor, variedad,
colores, texturas y por su picor, razón por la cual esta puede ser irritante,
provocando acidez, reflujo e indigestión, lo que provoca que los mexicanos sean
muy afectos al uso indiscriminado de los medicamentos denominados “inhibidores
de la bomba de protones” como el omeprazol, pantoprazol, lansoprazol,
esomeprazol, y rabeprazol.
Datos
del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportan que alrededor del 25%
de los mexicanos toman este tipo de medicamentos al menos una vez a la semana,
de los cuales 18% lo hace sin prescripción médica.
Si
bien este tipo de medicamentos de libre venta puede resultar un gran alivio
para quien padece acidez estomacal, su consumo indiscriminado y por largo
tiempo, pueden producir daños importantes a la salud.
Al
respecto, el doctor John Cooke, presidente del Departamento de Ciencias
Cardiovasculares del Hospital Houston Methodist, indica: “este tipo de
medicamentos que reducen el ácido en el estómago son muy útiles para las
personas que tienen úlceras gástricas, inflamación, dolor por irritación, etc.”.
Por
lo tanto, “estos medicamentos, de los cuales el más común es el omeprazol,
están aprobados en todo el mundo para su uso a corto plazo para reducir el
ácido gástrico y aliviar el dolor provocado por el reflujo ácido. Sin embargo,
debido al alivio que producen, personas de todo el mundo los usan por largos
periodos de tiempo y no por las razones correctas”, agregó el especialista.
El
doctor Cooke explicó que el uso prolongado de este tipo de medicamentos puede
provocar efectos secundarios adversos a la salud. “Como cardiólogo, estoy
particularmente preocupado por los problemas que ocurren con el uso a largo
plazo de los inhibidores de la bomba de protones sobre el corazón. Esos efectos
secundarios incluyen latidos cardíacos irregulares que podrían deberse a los
niveles de magnesio y calcio en el cuerpo; además de presentar un mayor riesgo
de muerte por un infarto o por insuficiencia cardíaca”.
Sin
embargo, de acuerdo con el especialista, los problemas cardíacos no son el
único efecto adverso, también ha habido informes de mayor riesgo de demencia y
deterioro del pensamiento.
LLAMADO DE LOS CIENTIFICOS
Desde
el Hospital Houston Methodist, un grupo de científicos encabezados por el doctor
Cooke estudian los efectos secundarios de los inhibidores de la bomba de
protones sobre el corazón.
“El
estudio que llevamos a cabo en el Hospital Houston Methodist en conjunto con la
Universidad de Stanford fue un estudio retrospectivo. El principal foco de
atención estaba ubicado en el revestimiento del corazón, el cual es como el
teflón cuando está sano, la sangre fluye a través de los vasos sanguíneos y no
se pega a estos. Lo que encontramos fue que los inhibidores de la bomba de
protones pueden hacer que el revestimiento envejezca más rápido y empiece a
funcionar mal y se vuelva pegajoso”, señalaron.
Lo
cual, “podría aumentar el riesgo de problemas cardíacos como un ataque
cardíaco. Investigamos a más de 1.8 millones de pacientes, y seccionamos a
quienes tomaban inhibidores de la bomba de protones y a quienes no, y
descubrimos que las personas que tomaban este tipo de medicamentos eran más
propensas a sufrir un ataque al corazón”, añadieron.
Tras
los hallazgos, el doctor Cooke recomendó a las personas limitar el uso de
medicamentos como el omeprazol a periodos cortos de tiempo y siempre con
vigilancia médica.
“Estos
medicamentos nunca fueron aprobados para un uso a largo plazo; hay indicios de
que puede tener otros efectos secundarios como fracturas óseas, demencia,
trastornos del pensamiento, problemas renales, además de los problemas
cardiovasculares ya mencionados”, subrayó.
Para
concluir, el doctor Cooke recomendó a la población en general “hablar con el
médico acerca de cómo se puede dejar de tomar los inhibidores de la bomba de
protones, ya que más que ayudar, a largo plazo pueden causar problemas mayores
que un simple reflujo ácido”.
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