ENTRE 50% 60% DE PERSONAS CON DIABETES

MELLITUS PRESENTAN HIPERTENSION ARTERIAL

 

*La proporción de la hipertensión en México es de 11.5% en mujeres y 19.6% en hombres

 

 

Seguramente has oído las palabras Diabetes Mellitus (DM) e hipertensión arterial (HTA) en una misma conversación. Sin embargo, no todos tenemos clara la dimensión de estas condiciones y su impacto sobre la salud de los mexicanos.

Expertos de la Federación Mexicana de Diabetes, A.C. nos explican que por sí solas, la Diabetes Mellitus o la hipertensión arterial podrían conllevar una serie de complicaciones en diferentes órganos y cambios drásticos en la rutina diaria de una persona.

“Pero es de enfatizar que entre 50% y 60% de las personas con DM presentan también hipertensión arterial, que aumenta con la edad y con la presencia de nefropatía“, explica el doctor Josafat Camacho, presidente médico de la Federación Mexicana de Diabetes, A.C.

En el marco del Día Mundial de la Hipertensión (17 de mayo) es importante reflexionar que, a nivel nacional, la prevalencia de hipertensión arterial es del 30.2% de la población. Y en el caso de la diabetes, el número de personas (entre 20 y 79 años) viviendo con esta condición es 14.1 millones, siendo México el país #7 en el ranking de países con adultos entre 20 y 79 años viviendo con diabetes.

 

        ¿Qué son la hipertensión y la diabetes?

 

La hipertensión arterial es el aumento anormal y persistente de la tensión de la sangre hacia las arterias. Esto pudiera incrementar el riesgo de padecer enfermedades en diferentes órganos.

Para hacerlo más fácil de entender, sirve explicar que la presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos, tras el “bombeo” del corazón; y puede cambiar de un momento a otro dependiendo de la actividad, estados de ánimo, cambios de posición con ejercicio o durante el sueño. Cuando la presión arterial es igual o mayor a 140/90 mmHg, se considera hipertensión.

“Le hipertensión es una condición crónica, pero sin duda es prevenible y se puede controlar muy bien, a modo de evitar las complicaciones cardiovasculares que son, en sí, los motivos de defunción en estos casos”, añade el experto. Es una condición que suele avanzar en silencio, y debemos estar un paso adelante, ya que “solo 50% de las personas que vive con hipertensión conoce su diagnóstico”.

Cuando se trata de un caso sintomático de hipertensión, la persona puede presentar dolor de cabeza, zumbido en los oídos, vértigo, dolor torácico, hemorragias nasales.

En cambio, se habla de diabetes cuando el nivel de glucosa en la sangre (también conocido como azúcar en la sangre) es muy alto. Al pasar del tiempo el exceso de glucosa en la sangre puede ocasionar complicaciones si no se mantiene en control.

Por ejemplo, se puede generar daño a los ojos (retinopatía), riñones (nefropatía), nervios (neuropatía) y problemas del corazón (cardiopatía). Estas pueden prevenirse con un adecuado control de los niveles de glucosa, lípidos (colesterol y triglicéridos) y presión arterial.

Se puede tener una vida plena y saludable viviendo con diabetes, siempre y cuando se cuente con un tratamiento médico adecuado y se adopten comportamientos saludables al estilo de vida.

A continuación te compartimos algunos consejos saludables útiles cuando se vive con hipertensión y/o diabetes:

     1. Conoce tus números: cuando la presión arterial es igual o mayor a 140/90 mmHg, se considera hipertensión.

     2. Monitorea frecuentemente la presión arterial con un baumanómetro.

     3. Evalua la frecuencia cardiaca en reposo que, en una persona saludable, oscilara entre 60 y 100 latidos por minuto.

     4. Automonitoreo de la glucosa: en compañía del profesional de la salud se deben fijar los niveles glucémicos adecuados para mantener el control.

     5. Tratamiento farmacológico: un profesional de la salud te ayudará a seleccionar el tratamiento más óptimo para los máximos beneficios y control de tu diabetes.

     6. Reducción de riesgos: es importante que las personas que viven con diabetes estén enteradas de las posibles complicaciones crónicas derivadas de un tratamiento deficiente.