PEARL Y GRACE: CIENTIFICAS
QUE DESARROLLARON
LA VACUNA CONTRA LA
TOSFERINA EN EL 1930
El
papel de las mujeres en la ciencia es cada vez más notorio y esencial, y somos
testigos y beneficiarios de sus proyectos, desarrollos e innovaciones.
Entre
las historias de #MujeresConCiencia, se encuentran las de Pearl Kendrick y
Grace Eldering, científicas que junto con la química Loney Clinton Gordon
codesarrollaron la vacuna contra la tos ferina en la década de 1930.
Si
bien una década antes ya existían vacunas para tratar y prevenir esta
enfermedad, ninguna era lo suficientemente eficaz.
En
aquel tiempo, la tos ferina cobraba la vida de seis mil niños estadounidenses
cada año, más que la difteria, la escarlatina y el sarampión.
Kendrick
y Eldering desarrollaron métodos para
cultivar la bacteria de la tos ferina (Bordetella pertussis, descrita en 1906
por Bordet y Gengou), inactivarla y crear una vacuna segura.
También
fueron pioneras en dirigir el primer ensayo clínico controlado a gran escala.
En
1932, mientras investigaban el crecimiento de la bordetella pertussis, su
laboratorio comenzó a ofrecer un servicio de diagnóstico de placas para la tos
y, a medida que ayudaban a los médicos, también pudieron determinar las etapas
contagiosas de la enfermedad (durante las tres primeras semanas de la
infección, la tos de un niño contenía suficientes bacterias activas para
infectar a más niños; que la mayoría de los niños no "eran
infecciosos" en la cuarta semana; y que después de la semana cinco, el 90%
de los niños no representaba riesgo de contagio para los demás).
Más
tarde, Kendrick y Eldering se aventuraron a investigar en entornos más amplios,
con ensayos clínicos cuidadosamente controlados, para asegurar su esterilidad y
eficacia, y en 1938 determinaron el régimen de dosis en el que la vacuna era
efectiva para proteger a los niños. Para 1940 la vacuna ya se distribuía por
todo Estados Unidos.
En
1943, la Academia Estadounidense de Pediatría aprobó la vacuna para uso
rutinario y un año después, la Asociación Médica Estadounidense recomendó su
uso.
En
1948, el uso rutinario de la vacuna redujo la incidencia de tos ferina a 51
casos por cada cien mil habitantes y la tasa de mortalidad a menos de 1 caso
por cada cien mil habitantes.
Gracias
a la curiosidad y la destreza de estas científicas, el mundo pudo contar con
herramientas seguras y efectivas para reducir la incidencia de la tos ferina.
Actualmente,
en México se cuenta con la vacuna hexavalente para la prevención de tosferina,
difteria, tétanos, hepatitis B, poliomielitis e infecciones causadas por
haemophilus influenzae del tipo b; y la aplicación rutinaria de la vacuna redujo la morbilidad de la tos ferina, de 130
casos por cien mil habitantes en 1950, a menos de 10 por cada cien mil
habitantes en 1980.
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