DIA DE LA ALIMENTACION, POR
UN MUNDO MEJOR ALIMENTADO
*Aproximadamente 42.5 millones de personas en Latinoamérica están
desnutridas y se estima que más de 2 mil millones de personas pueden presentar
hambre oculta
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la
Alimentación, cuyo lema este año es Una
alimentación sana para un mundo #Hambrecero, se destaca que en las últimas
décadas, el drástico cambio que se ha dado en los hábitos alimenticios, a nivel
mundial, alrededor de 672 millones de adultos y 124 millones de niños y niñas
de entre 5 y 19 años son obesos, y más de 40 millones de niños menores de 5
años tienen sobrepeso, como consecuencia de una alimentación poco saludable y estilos
de vida sedentarios.
Paralelamente, aproximadamente 42.5 millones de personas en
Latinoamérica están desnutridas y 188 millones sufren por falta de alimentos,
segundo datos de la FAO (Food and Agriculture Organization of the United
Nations).
La desnutrición infantil impacta directamente la salud y el
desarrollo saludable de los niños con menos de seis años de edad, que sufren anemia
entre 20% y 37% en los países de América Latina, llegando a una condición
severa de 48%-61% en Guatemala.
Si embargo, hasta las personas mayores sufren desnutrición. En México,
por ejemplo, la prevalencia de anemia entre esta población es de 36.6%,
generando condiciones de salud que impactan directamente la calidad de vida de millones
de personas.
A pesar de que las vitaminas y minerales estén presentes en
verduras, legumbres, carnes y derivados lácteos, una gran cantidad de personas
en todo el mundo presenta un consumo por debajo de lo recomendado de estos
alimentos.
Por lo tanto, se estima que más de 2 mil millones de personas
pueden presentar hambre oculta -carencia no visible o diagnosticada de
vitaminas y minerales. Las deficiencias más importantes son las de hierro,
zinc, y calcio entre los minerales y deficiencia de vitamina A, D y en algunas
edades, de las vitaminas C y del complejo B.
Las comunidades tienden a sentir los efectos del hambre oculta en
costos de salud, crecimiento económico reducido, costos elevados de
enfermedades tratables y prevenibles; y, por supuesto, cada individuo y cada
familia que padece estas desnutriciones viven el pobre desarrollo y crecimiento
reducido de los más pequeños de su familia, con dolor y estupefacción.
En México, aproximadamente 3 millones de niños en edad preescolar
y 5 millones de niños en edad escolar presentan deficiencia de vitamina D, lo
que ya es una preocupación de salud pública en el país.
FALTA DE VITAMINAS Y MINERALES
Por otro lado, la insuficiencia de la ingesta de vitamina A entre
los niños de 1 a 8 años es superior al 60% y la prevalencia de anemia (6-10
años) es de 43-57% (5,6).
Es importante mencionar que la fortificación de alimentos básicos
con vitaminas y minerales es una forma comprobada, rentable y sostenible de
llegar a un gran número de personas con nutrientes vitales.
La fortificación se refiere a la adición de pequeñas cantidades
seguras de vitaminas, minerales y otros compuestos esenciales en alimentos y
condimentos de consumo habitual y que son pilares de la alimentación de la
región o comunidad. También permanecen como estrategias vitales la diversidad
dietética y el foco en una alimentación variada, así como el acceso económico a
alimentos de alta calidad nutrimental.
Hoy, muchas de las culturas que padecen de hambre oculta tiene
dietas basadas en cereales, como el maíz, arroz o trigo, tal como sucede en
América Latina y el Caribe, que aportan suficientes calorías para cada
individuo pero que pueden ser pobres en ciertos nutrimentos esenciales. Por
eso, muchos de los esfuerzos gubernamentales en América Latina giran alrededor
de la fortificación de estos cereales que son el pilar fundamental de nuestra
cultura alimentaria, como los proyectos de fortificación de maíz, trigo y
arroz.
La sal fortificada con yodo, por ejemplo, previene el daño
cerebral irreversible en niños pequeños, mientras que la fortificación de la
harina con hierro y ácido fólico ayuda a proteger contra la anemia por
deficiencia de hierro, una de las principales causas de muerte materna y
defectos del tubo neural, respectivamente.
Otro ejemplo es la Vitamina D, que ayuda a que el calcio sea
absorbido por los huesos de los niños o la contribución del DHA a una correcta
función cognitiva. Y, más allá que los requerimientos básicos para la
manutención de la salud, la buena nutrición logra que los niños alcancen su
máximo potencial físico y cognitivo a lo largo de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario