SE INTERNACIONALIZA IMPUESTO A BEBIDAS AZUCARADAS
Y SE CONVIERTE EN FUENTE DE BIENESTAR SOCIAL
*El impuesto debe ser al menos de 20%, destinarse
los recursos a salud en las comunidades acompañado de otras políticas
“El impuesto a las bebidas azucaradas se está internacionalizando
y convirtiendo no sólo en parte fundamental de las políticas de salud pública
para combatir la obesidad y la diabetes sino también en una fuente importante
de ingresos para inversión en bienestar social”, señalaron expertas de Estados
Unidos y México.
En el Foro “Impuestos a las bebidas Azucaradas: Tendencia
Mundial”, la doctora Hannah Lawson del Departamento de Salud de la Ciudad
de Filadelfia, explicó que esa ciudad es la segunda en obesidad y diabetes en EU
y que el impuesto se estableció para las bebidas endulzadas, tanto para las que
tienen azúcar agregada como para las bebidas con edulcorantes no calóricos.
El impuesto es de 1.5 centavos de dólar por onza lo que en algunos
casos llega al 20% del precio del producto. Los ingresos se están destinando a
beneficiar a niños y familias de bajos recursos, subsidiando educación
preescolar, mejoras a parques, centros recreativos, bibliotecas y escuelas.
La docora Lawson explicó, que al contrario de lo que la industria
había advertido, no se ha registrado pérdida de empleos en el sector y que se
proyecta la generación de empleos a partir de la inversión de lo recaudado en
educación preescolar de los sectores de menores ingresos.
La también directora de Investigación y Evaluación para la
División de Prevención de Enfermedades Crónicas de Filadelfia comentó que la
propuesta del impuesto fue combatida por la industria de bebidas que invirtió
más de 10 millones de dólares en contra de esta política, señalando que la inversión
para promover esta medida fiscal fue de 2.5 millones de dólares.
La primera ciudad en implementar el impuesto a las bebidas
azucaradas en Estados Unidos fue Berkeley en California. Al respecto, la
doctora Lynn Silver del Public Health Institute de California expuso los
resultados de diversas evaluaciones sobre el impacto en el consumo que
encuentran al menos una reducción de 9.6% en las compras de estas bebidas. La especialista
señaló que no se han registrado pérdidas de empleos en el sector del comercio y
la industria de alimentos y que se ha creado un comité independiente encargado
de recomendar al gobierno el uso de los recursos recaudados, que se destinarán
al entrenamiento de nutricionistas para la comunidad negra, para programas de
cocina y huertos al interior de las escuelas y para programas de prevención de
obesidad y diabetes.
Por su parte, la doctora Arantxa Colchero, investigadora de la
Dirección de Economía de la Salud del Instituto Nacional de Salud Pública,
explicó que los estudios que ha realizado este Instituto junto con
investigadores de la Universidad de Carolina del Norte y que han sido
publicados en revistas científicas, señalan una caída de compras de 6% en 2014,
el primer año del impuesto, y de 9% en el segundo año.
La doctora Colchero señaló la importancia de retomar la
recomendación de la Organización Mundial de la Salud de aumentar el impuesto de
10% a 20% y destinar los recursos a la prevención.
Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC),
señaló que el impuesto a las bebidas azucaradas se está estableciendo como una
medida necesaria para combatir la obesidad y la diabetes en el mundo, a partir
de que estas bebidas son la principal fuente de azúcares añadidos en la dieta
en muchas naciones.
Calvillo comentó que esta medida fiscal debe ser acompañada de
otras políticas y destacó que el impuesto ya existía en algunos países antes de
establecerse en México pero que en los últimos años se ha propagado en diversas
naciones, regiones y ciudades.
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