CUANDO
UNA HORMONA DEL ESTRÉS FALLA, LA SALUD PODRIA SUFRIR
*Un
estudio sugiere que la falta de variación en los niveles de cortisol podría
vincularse con males como la inflamación y el cáncer
“Unos niveles diurnos constantes de
cortisol, una hormona del estrés, se asocian con graves problemas de salud,
como la inflamación, la obesidad y el cáncer”, señalan unos investigadores.
Normalmente, los niveles de cortisol
deberían variar a lo largo del día.
"El nivel de cortisol es alto de
forma natural en la mañana para ayudar a animar a las personas, y se reduce en
la tarde", manifestó Emma Adam, profesora de desarrollo humano y políticas
sociales en la Universidad de Northwestern, y autora líder del estudio.
"La pérdida de este ciclo, o la
falta de variación en el cortisol, es lo que se asocia con resultados negativos
de salud en nuestro estudio", apuntó Adams en un comunicado de prensa de
la universidad.
Los investigadores sospechan que el
estrés crónico podría ser responsable de unos niveles de cortisol menos
variables. Lo llaman "desregulación circadiana relacionada con el
estrés".
Pero el estudio solo encontró una
asociación entre unos niveles de cortisol menos variables y una mala salud. No
se diseñó para probar causalidad.
Para la investigación, el equipo del
estudio revisó los datos de 80 estudios. Los investigadores observaron en
concreto 12 problemas de la salud, y encontraron que lo parecían estar
asociados con una pérdida en la variación de los niveles de cortisol.
"Aunque la inflamación y la
disfunción del sistema inmunitario presentaron las asociaciones más firmes, la
fatiga, el cáncer, la depresión y la obesidad eran peores en las personas que
tenían menos variación en el cortisol", destacó Adam.
Los hallazgos sugieren que restaurar
los ritmos diarios de cortisol podría beneficiar a la salud de las personas.
"Lo importante es corregir los
ritmos, más que corregir los niveles", escribieron los investigadores.
Adoptar hábitos saludables, como el
ejercicio regular y un sueño adecuado, es un paso importante para restaurar los
ritmos diarios de cortisol potentes, apuntaron Adam y sus colaboradores.
Los resultados del estudio aparecen en
la edición de septiembre de la revista Psychoneuroendocrinology.
No hay comentarios:
Publicar un comentario