TE AMO CON TODA MI DOPAMINA
*Cuando conocemos a alguien que nos gusta y
con quien sentimos afinidad, surge la bioquímica del amor, un coctel de
neurotransmisores que nos hace sentir enamorados
¡Ay
el amor! Todos deseamos –o tememos- el momento en el que Cupido, dios griego
del amor, lance una de sus flechas hacia nosotros para caer presas del amor.
Se
dice que el amor es el más sublime de los sentimientos. Es inspiración de los
más bellos poemas como los que escribiera Pablo Neruda; de estados de locura
como el que se dice llevó a Van Gogh a cortarse la oreja para obsequiarla a la
mujer amada que lo despreciaba, y hasta de grandes guerras como la legendaria
Guerra de Troya causada por el arrebatado amor de Paris por la bella Elena.
¿Es
el amor un sentimiento profundo y hermoso que nace de manera inesperada en
nuestras almas como lo describieron los artistas románticos del siglo XVIII o
es un acto de la voluntad: la decisión de amar (cuidar, responsabilizarse,
respetar y conocer) a una persona como diría el psicoanalista Erich Fromm.
Pues
tal vez sea un poco de las dos pero en realidad es primero que nada una
cuestión de química: bueno, de la bioquímica del amor.
El
enamoramiento es un estado emocional producto de la alegría, en el cual una persona
se siente poderosamente atraída por otra con la que tiene cosas en común.
Pero
desde el punto de vista bioquímico, se trata de un proceso que se inicia en la
corteza prefrontal del cerebro, pasa al sistema endocrino y se transforma en
respuestas fisiológicas y cambios bioquímicos ocasionados en el hipotálamo
mediante la estimulación de dopamina.
Se
dice que en el amor, siempre hay algo de locura, y es cierto: al enamorarnos la
corteza prefrontal que es la parte más racional del ser humano, baja su nivel
de influencia, por lo que se puede decir que se razona en menor medida, además
de que hacemos estallar un coctel de reacciones químicas.
¿QUÉ NOS ATRAE DE LA OTRA PERSONA?
El
proceso químico del enamoramiento empieza por la atracción pero ¿qué es
exactamente lo que nos atrae de la otra persona?
Nos
sentimos atraídos por aquellas personas con sistemas inmunes diferentes al
nuestro, lo que inconscientemente distinguimos por su olor.
Esto
se relaciona con nuestro instinto reproductivo, pues la descendencia de una
pareja con sistemas inmunes muy distintos tendrá una carga genética más variada
y, por lo tanto, será más resistente a posibles enfermedades y tendrá más
posibilidades de sobrevivir.
Al
respecto, el doctor Jorge Reskala, médico naturópata experto en
neuroendocrinología, explica que cuando estamos viviendo el estado que
conocemos como enamoramiento, nuestro cerebro estimula la secreción de
adrenalina, hormona que hace que el corazón nos lata más rápido, nos suba la
presión arterial, nos suden las palmas de las manos y nos ruboricemos.
Por
supuesto, nos sentimos más alegres lo que llega a desactivar las sensaciones de
hambre y de sueño. Por otra parte, debido a la acción de la hormona
norepinefrina, dejamos de pensar con claridad y, sin darnos cuenta, reducimos
nuestro mundo a una única persona: nos hemos enamorado.
Por
si fuera poco, generamos una mayor cantidad de neurotransmisores como la
serotonina que nos hace sentir mucho más felices, así como de dopamina que nos
hace sentir placer y euforia al estar con la persona amada.
La
dopamina tiene un potente sistema de recompensa y por eso nos crea la
“necesidad” de estar con esa persona. Curiosamente, es el mismo neurotransmisor
que se activa con los juegos de azar y con las drogas, así que es posible decir
que nos hacemos adictos a una persona.
Por
si fuera poco, produciremos también feniletilamina que nos hace sentir todo con
mayor intensidad.
La
bioquímica del enamoramiento que nos hace sentir un amor pasional y una gran
alegría, dura apenas entre seis y ocho meses en promedio.
Luego
vendrá una etapa más tranquila del amor, pero más profunda y comprometida,
señalan los psicólogos, basada en el muto conocimiento de la pareja.
El
explosivo coctel de neurotransmisores cambiará cuando el deseo, los nervios o
incluso la obsesión por la otra persona, empiecen a descender y surja en su
lugar el anhelo de afianzar el vínculo con la pareja.
AMOR MENOS EXCITANTE
Es
en este momento, explica el doctor Reskala -también experto en homeopatía y
fundador de Biaani México, orden integral de bienestar-, en el que el amor se
hace quizá menos excitante pero más sólido; la oxitocina nos ayuda a forjar
lazos permanentes con nuestra pareja y se libera con el contacto físico, sobre
todo durante el orgasmo.
Cuando
nos tomamos de la mano, nos abrazamos o nos besamos, nuestro cerebro descarga
una dosis de oxitocina, haciendo que nos sintamos más unidos con la otra
persona.
Hay
que destacar que nuestra imaginación y las expectativas que nos creamos, sean
realistas o no, actúan como forma de contacto y hacen que liberemos oxitocina,
provocando los mismos resultados. De este modo, nos podemos sentir muy unidos a
una persona a la que ni siquiera vemos.
Es
así que la bioquímica del amor domina gran parte de nuestras emociones.
Pero,
aunque una persona provoque que se desborden todos estos procesos, podemos
tener cierto control gracias a la intervención de corteza prefrontal y a
nuestra conciencia y voluntad.
Es
importante romper con la creencia de que ante el enamoramiento nada se puede
hacer. Muchas relaciones tóxicas siguen adelante bajo pretexto de que se está
enamorado, pero somos seres racionales y podemos elegir lo que más nos
conviene.
Pero
así como hay relaciones tóxicas, las hay sanas, hermosas, constructivas,
honestas, maduras, fuertes y sin duda lograr una relación de pareja así, es una
de las mejores cosas que nos puede pasar.
Y
esto de enamorarse, será causado por reacciones químicas de nuestro cerebro,
pero lo que sigue siendo un hermoso misterio es: ¿por qué hay una persona
específica que genera estas reacciones? La ciencia no lo sabe ¿y usted?
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