miércoles, 28 de agosto de 2024

 

VINCULAN LA DEPRESION Y LA MALA SALUD MENTAL EN

ADULTOS JOVENES, CON MAYOR RIESGO CARDIOVASCULAR

 


 

Los adultos jóvenes que padecen depresión o mala salud mental en general informan más ataques cardíacos, derrames cerebrales y factores de riesgo para enfermedad cardiovascular que sus contemporáneos sin problemas de salud mental, indica una nueva investigación.

Las conclusiones, publicadas recientemente en la revista Journal of the American Heart Association, se suman a una gran cantidad de pruebas acumuladas que vinculan el riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte con la depresión, pero deja sin respuesta la interrogante de cómo un factor pudiera conducir al otro.

"Aunque la relación entre la enfermedad cardíaca y la depresión probablemente sea bidireccional, es importante priorizar la salud mental entre los adultos jóvenes ya que esto puede ser beneficioso para la reducción de la enfermedad cardíaca y para mejorar la salud cardíaca en general", dijo la doctora Yaa Adoma Kwapong, autora principal del estudio e investigadora posdoctoral en el Centro Johns Hopkins Ciccarone para la Prevención de Enfermedad Cardiovascular, en Baltimore.

Kwapong y sus colegas querían entender mejor cómo la salud mental puede afectar la enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo en etapas tempranas de la vida. Ellos analizaron datos de 593 mil 616 adultos con una edad promedio de 35 años que participaron en el Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Conductuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, una encuesta de autoevaluación representativa de la nación, entre el 2017 y el 2020.

Los investigadores, dijo Kwapong, encontraron "una prevalencia particularmente alta de depresión en este grupo", 19.6%, una tasa que ella dijo que podía deberse al aumento en general de la depresión en el 2020, en el último año del estudio y el primer año de la pandemia del COVID-19. Una encuesta diferente citada en el estudio encontró que, en general, el 8.4% de los adultos de Estados Unidos reportaron al menos un episodio grave de depresión en el 2020.

La nueva investigación encontró que, entre los adultos jóvenes que informaron tener depresión, la probabilidad de enfermedad cardiovascular era más del doble en comparación con aquellos sin depresión. Entre las personas sin enfermedad cardiovascular establecida, aquellas que informaron depresión tenían una probabilidad 1.8 veces más alta de tener una salud cardiovascular subóptima que aquellas sin depresión.

De igual forma, mientras mayor fue la cifra informada de días de mala salud mental, más alta fue la probabilidad de tener enfermedad cardiovascular. En comparación con las personas que informaron que no tuvieron días de mala salud mental en el mes anterior, aquellas que reportaron hasta 13 días de mala salud mental tuvieron 1.5 veces más probabilidad de enfermedad cardiovascular, mientras que para aquellos participantes que informaron días de mala salud mental entre dos semanas y todo el mes, su probabilidad se duplicó.

La depresión produce mayores niveles de hormonas de estrés y crea inflamación, que en ambos casos son factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular, dijo Lavretsky, quien no participó en la nueva investigación. "Y las personas deprimidas no cuidan sus cuerpos, no visitan regularmente a los médicos y pueden tener sueño interrumpido", todo lo cual aumenta los riesgos de enfermedad cardíaca y derrame cerebral.

 

 

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