HEMOFILIA ADQUIRIDA: CURABLE SOLO SI
SE IDENTIFICA Y TRATA OPORTUNAMENTE
*A diferencia de la hemofilia congénita, es
curable si es diagnosticada y tratada de manera oportuna; de lo contrario, sus
consecuencias pueden ser letales
Poco
se habla de la hemofilia adquirida, enfermedad desconocida para la mayor parte
de la población, pero que causa efectos graves en la salud si no es
diagnosticada y tratada a tiempo.
La
hemofilia adquirida es una enfermedad rara que afecta sólo a 2 de cada millón
de personas a nivel mundial y causa hemorragias tan abundantes que pueden tener
consecuencias letales en los pacientes. Afecta principalmente a los adultos
mayores de 70 años y a mujeres durante el embarazo o en el periodo del post
parto.
Diferencia entre congénita y adquirida: La
doctora Angélica Licona, gerente médico de Enfermedades Raras para Novo Nordisk
México, explicó que la hemofilia congénita es un trastorno de la coagulación de
carácter genético hereditario, cuyo resultado es la poca o nula capacidad del
cuerpo para producir factor VIII (hemofilia A) o factor IX (hemofilia B), que
son proteínas de la sangre que controlan las hemorragias. “La falta de estos
factores ocasiona que la cadena de coagulación del cuerpo quede incompleta, lo
que propicia episodios de sangrado, principalmente en articulaciones”.
Para
saber identificar a la hemofilia adquirida es necesario conocer sus diferencias
de la congénita. “A diferencia de la hemofilia congénita o hereditaria, la
hemofilia adquirida es una enfermedad de carácter autoinmune, donde una persona
con un sistema de coagulación previamente sano desarrolla anticuerpos o
inhibidores contra uno o varios factores de la coagulación.
“El
factor de la coagulación más frecuentemente dañado en la hemofilia adquirida es
el Factor VIII y esta disminución en la concentración del factor da como
resultado una tendencia hemorrágica importante”, explicó la doctora Licona.
El
patrón de hemorragia observado en la hemofilia adquirida es muy diferente al
observado en la forma congénita. Las hemorragias articulares (hemartrosis) que
se dan en la hemofilia congénita grave, no son comunes en la hemofilia
adquirida, en la que las principales manifestaciones son hemorragias cutáneas
(moretones extensos o equimosis) y hematomas en tejidos blandos (músculos y
órganos), las cuales suelen ser muy intensas.[
Otras
manifestaciones de la hemofilia adquirida pueden ser hemorragia
gastrointestinal y hemorragia posparto prolongada. “Los pacientes pueden
fallecer debido a complicaciones hemorrágicas”, advirtió la doctora Licona.
“La
causa del desarrollo de inhibidores se desconoce, pero con frecuencia existen
otros padecimientos médicos relacionados, como trastornos autoinmunes, entre
ellos artritis reumatoide, colitis ulcerativa o psoriasis; enfermedades
malignas como tumores sólidos, leucemias, linfomas o mieloma múltiple; el uso
de ciertos medicamentos y el embarazo. Las personas con hemofilia adquirida
suelen ir al hospital por primera vez debido a una hemorragia espontánea y
habitualmente grave, difícil de controlar”, señaló la doctora Licona.
Curable, si se detecta a tiempo: La
hemofilia adquirida es un problema de salud realmente serio, ya que el 94.6% de
los pacientes presenta hemorragia súbita y el 70.3% presenta hemorragia grave.
La doctora Licona advirtió que en México y el mundo hay cada vez más casos de
hemofilia adquirida, con un índice de mortalidad de hasta 28% debido a un
diagnóstico tardío. “Este alto índice de mortalidad se asocia a la falta de
información de los médicos para identificar la enfermedad. Lo importante es que
tanto médicos como público en general aprendan a identificarla y sepan que hay
manera de tratarla”.
El
tratamiento de la hemofilia adquirida incluye: erradicar la presencia del
anticuerpo o inhibidor y detener la hemorragia, en donde es recomendable el uso
de agentes de puenteo o agentes “by pass”, dentro de los que destaca el Factor
VII recombinante activado (NovoSeven) para controlar los episodios
hemorrágicos.
A
este respecto, la gerente médico de Enfermedades Raras de Nordisk subrayó que
“la mortalidad baja radicalmente con el tratamiento. En México hay mayor
accesibilidad al factor VII en las instituciones de salud y lo importante es
diagnosticar oportunamente”.
“A
diferencia de la hemofilia congénita, que es crónica, la hemofilia adquirida sí
tiene cura. El paciente tendrá la posibilidad de retomar su vida normal,
siempre y cuando reciba el tratamiento adecuado. Por ello, invitamos al público
a consultar al especialista en hematología ante la aparición de sangrado
abundante, súbito y sin causa aparente; podría tratarse de una hemofilia
adquirida”, subrayó la doctora Licona.
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