NOVEDOSA MASCARILLA NASAL
PARA EVITAR CONTAGIO AEREO
DE COVID-19 CUANDO COMEMOS
La
principal vía de entrada para el COVID 19 son los orificios nasales a través de
partículas inhaladas que, según su tamaño, se pueden dividir en dos: los
aerosoles con un tamaño menor de 5 micras, que son capaces de permanecer
suspendidas en el aire por al menos tres horas, y las gotitas de más de 20
micras que caen rápidamente suelo por gravedad debido a su mayor tamaño.
De
ahí la necesidad de desarrollar barreras físicas que impidan la entrada y
diseminación de microorganismos respiratorios. Actualmente, se han identificado
mutaciones que convierten al Coronavirus en un agente más contagioso por vía
aérea y que pudiera invalidar el éxito de algunas vacunas.
La
mascarilla nasal es una nueva opción que un grupo multidisciplinario ha
desarrollado, liderado por el doctor Gustavo Acosta Altamirano, profesor de la
Escuela Superior de Medicina del IPN, quien creó un prototipo de mascarillas
nasales que se adecuan a la anatomía de la nariz de cualquier persona, sin
importar su fisonomía ni edad, permitiendo la correcta filtración del aire
inhalado y espirado, sin el riesgo de contagio para diferentes virus
respiratorios, incluido el SARS CoV-2.
Dicha
mascarilla nasal es una alternativa para los pacientes que se atienden en
consultorios odontológicos, comensales de restaurantes durante la ingesta de
alimentos y bebidas, o en comidas durante vuelos de larga duración, lo que
coadyuvará a la reactivación de la economía de actividades productivas,
disminuyendo el riesgo de contagio.
La
Sociedad de Odontólogos Egresados de la Facultad de Estudios Superiores
Zaragoza (SOEFES), que preside el doctor Aldo Urendez, avaló la creación de
esta mascarilla por cumplir con los estándares de calidad y protección para los
pacientes.
El
equipo desarrollador está integrado por la doctora Ana María González Farías, doctora
Guadalupe Sepúlveda Vázquez del Hospital Regional de Alta Especialidad
Ixtapaluca y las MPSS Thalía Fernanda Camarillo González y MPSS Valeria Juárez
García de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, UNAM y Eleazar Lara
Padilla, de la ESM del IPN; quienes evaluaron diversos materiales, inclusive de
tela y desechables, para que pudieran ser accesibles a toda la población.
“Se
tomó en cuenta el tamaño de los aerosoles y la vía de infección del virus, para
que la eficacia de las mascarillas nasales sea adecuada y cumpla con los
estándares de calidad”, mencionó la doctora González Farías.
El
uso de la mascarilla nasal no pretende desplazar al cubrebocas; sin embargo,
hay algunas actividades de la vida cotidiana que obligan a su retiro, como en
la hora de comer alimentos o en alguna consulta odontológica.
México
ocupa el tercer lugar de mortalidad por casos de SARS CoV-2. La pérdida parcial
o total del sentido del olfato se ha identificado que es un marcador temprano
de la infección por SARS CoV-2. El virus ingresa a través del aire inspirado
por las fosas nasales sin protección, posteriormente se dirige al nervio olfatorio
y llega al sistema nervioso central.
El
COVID-19 genera infecciones respiratorias, donde el paciente puede cursar
asintomáticos hasta provocar un síndrome respiratorio agudo severo que puede
conducir a la muerte.
El
doctor Gustavo Acosta mencionó que esta mascarilla nasal, única en su tipo,
permitirá que se realicen actividades seguras en lugares como son los
restaurantes, aviones o clínicas odontológicas.
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