lunes, 8 de febrero de 2021

 

DESINFORMACION Y COVID-19: UNA ECUACION RIESGOSA

 

 


Vivimos en una era en donde la información está al alcance de nuestras manos y, es tan inmediata que podemos toparnos con datos confusos y sin sustento científico, que pueden llevarnos a construir falsas creencias.

En los últimos meses y en medio de la pandemia por Covid-19, la desinformación se ha convertido en una seria amenaza a la salud pública.

Para abordar el fenómeno, la OMS se asoció con varias plataformas digitales como Twitter, Facebook, TikTok e Instagram para promover actualizaciones en tiempo real.

También se puso en marcha la campaña #StopTheSpread, en la que se aconseja utilizar fuentes confiables sobre el coronavirus, como la propia OMS y las autoridades sanitarias.

¿Es necesaria esta ola de esfuerzos? ¿De verdad necesitamos un manual para verificar lo que vemos en nuestro timeline? Rotundamente, sí. Pero no se trata solamente de ir a una plataforma, cazar noticias falsas y datos erróneos, para luego publicar correcciones sobre esa información.

Cada red social tiene su propia naturaleza y usuarios, por lo que deben contemplarse abordajes distintos que respondan a la forma en que fluye la desinformación.

Por ejemplo, este estudio analizó la variabilidad entre el contenido con información precisa e inexacta; y analizó las formas en que se propagó en cinco plataformas (Twitter, Instragram, YouTube, Reddit y Gab).

Si bien Gab resultó la más susceptible a la difusión de información errónea, no sólo es cuestión del contenido sino de otros factores como algoritmos de interacción de cada red social y los patrones de interacción de los usuarios, o los grupos o intereses en los que se mueven.

Esto no significa que las plataformas digitales no deban considerarse esenciales para la preparación, respuesta y recuperación de la salud pública, se trata de implementar estrategias que involucren a las audiencias de manera segura y equitativa, al tiempo que las organizaciones de salud pública trabajan de cerca con los desarrolladores de dichos canales.

Ejemplo de esto es #ScienceUpFirst, un movimiento desarrollado por un equipo de científicos y comunicadores de la salud para detener la propagación de la información errónea.

Aquí puedes conocer más sobre la iniciativa y unirte a través de redes sociales. ¡Todas y todos podemos aportar y comunicar hechos basados en la ciencia!

 

 

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