BOMBAS RADIOACTIVAS DE
PRECISION, NUEVO METODO CONTRA TUMORES HEPATICOS
*Los científicos de Mayo Clinic buscan nuevos
caminos que les permitan aprovechar viejas tecnologías para tratar el cáncer de
hígado
En
los años 60, los científicos desarrollaron la radioembolización, un tipo de
tratamiento contra el cáncer que envía esferas radiactivas microscópicas por
medio de los vasos sanguíneos para llegar al tumor y matar a las células
cancerosas.
«Es
como una pequeña bomba radioactiva que se envía directamente donde más se la
necesita», explicó el doctor Beau Toskich, radiólogo intervencionista
especializado en oncología intervencionista de Mayo Clinic en Florida.
En
las décadas pasadas, la radioembolización se usaba como tratamiento paliativo
para frenar la evolución del cáncer de hígado en pacientes que se habían
sometido a quimioterapia, como lo habitual, pero que no podían realizarse
tratamientos curativos.
En
la actualidad, el doctor Toskich y sus colegas están realizando investigaciones
para reconsiderar esta tecnología y buscar métodos nuevos para maximizar su
capacidad de beneficiar a una mayor cantidad de pacientes.
En
la mayoría de los tipos de cáncer, la radioterapia se origina fuera del cuerpo
y penetra la piel, los huesos y los órganos contiguos hasta llegar a las
células malignas en un proceso que permite limitar la cantidad de radiación que
se administra de manera segura.
Sin
embargo, muchos tumores hepáticos tienen una propiedad singular que posibilita
la radioembolización: basan su suministro de sangre casi completamente en unas
pocas arterias que normalmente nutren algunas partes del hígado.
Si
la radioembolización se administra únicamente por las arterias hepáticas que
abastecen al tumor, se pueden administrar dosis más altas de radiación de
manera segura.
«Es
como una explosión nuclear controlada que rodea al cáncer, mientras que la
exposición a la radicación de las partes del hígado que no necesitan
tratamiento es poca o nula», explicó el especialista.
La
investigación que llevó a cabo el equipo del doctor Toskich se centra en mapear
las áreas específicas de abastecimiento de sangre del hígado por medio de
sondas pequeñas y mini tomografías computarizadas para analizar los vasos
sanguíneos responsables de nutrir al tumor del paciente. Una vez completo el
mapeo, el paciente suele recibir el tratamiento durante una única sesión
ambulatoria.
A
medida que la radiación surte efecto con el paso de los meses, el hígado usa
sus capacidades regenerativas inherentes para recuperarse de la pequeña parte
tratada junto con el tumor.
El
doctor Toskich está trabajando con el doctor Kabir Mody, oncólogo de Mayo
Clinic en Florida, en otro proyecto que busca determinar si la
radioembolización puede estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo para
combatir el cáncer de hígado.
Gracias
a las altas dosis de radiación que posibilita este método más preciso de
radioembolización, los tumores muestran resultados prometedores en etapas
tempranas de investigación.
Es
por esto que el equipo se muestra optimista en cuanto a su capacidad para
aumentar la cantidad de pacientes con cáncer de hígado que son candidatos para
cirugías de extracción de tumores, ya sea por medio de resección o trasplante
de un hígado nuevo, o mediante la radioembolización como único tratamiento en
determinadas circunstancias.
«Descubrimos
que, en pacientes que recibieron un trasplante de hígado después de dosis altas
de radioembolización, aproximadamente la mitad de los tumores tratados
presentan muerte celular total y más del 95% presenta una extensa respuesta al
tratamiento», indicó el doctor Toskich.
«Estamos
erradicando ciertos tumores por medio de la radioembolización, que se usaba
únicamente para frenar la evolución del cáncer de hígado cuando otros tratamientos
no eran posibles», precisó.
Según
el doctor y cirujano Tushar C. Patel, gastroenterólogo y decano de
investigaciones de Mayo Clinic en Florida y quien colabora en este proyecto, la
radioembolización juega un papel importante en el control del crecimiento de
los tumores en pacientes con cáncer de hígado a la espera de un trasplante.
«Creemos
que también se podría usar como tratamiento curativo en pacientes con cáncer de
hígado incipiente», señaló. «Los esfuerzos exhaustivos de Mayo en la investigación
de cáncer de hígado y nuestras amplias capacidades de atención médica
interdisciplinaria están ayudando a desarrollar estrategias únicas de
tratamiento», concluyó.
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