LOS PROBIOTICOS AYUDAN A
FORTALECER EL SISTEMA INMUNOLOGICO
*Brindan grandes beneficios al organismo,
ayudan a regular la respuesta inmune e inflamatoria y su acción
inmunomoduladora beneficia al aparato respiratorio
La
inclusión de los probióticos en la alimentación se ha vuelto una práctica muy
común hoy en día, esto se debe a los grandes beneficios que brindan al
organismo, tales como, mantener el equilibrio de la flora intestinal, estimular
la producción de vitaminas, favorecer una buena digestión y sobre todo, ayudan
a fortalecer el sistema inmunológico.
En
el sistema inmunológico, los probióticos ayudan a regular la respuesta inmune e
inflamatoria en el intestino, gracias a que las bacterias beneficiosas
interactúan de forma íntima con la mucosa intestinal y con las células
inmunitarias que hay en ella. De ahí, la importancia de incluir en nuestra
alimentación probióticos para aumentar las defensas de los intestinos.
Es
importante destacar que la acción inmunomoduladora de los probióticos no se
queda en el aparato digestivo. Estas bacterias beneficiosas influyen en las
defensas que existen en otras mucosas, como las del aparato respiratorio e
incluso sobre las defensas (células y anticuerpos) que hay en la sangre.
Al
respecto, el doctor Miguel Ángel Valdovinos, jefe del Laboratorio de Motilidad
GI del Instituto Nacional de Ciencias Médica y Nutrición Salvador Zubirán
(INCMNSZ), destacó que “los probióticos son benéficos para la salud porque
ayudan a tener un sistema inmune que funcione apropiadamente, evitan la
invasión de microorganismos peligrosos, regulan el movimiento del intestino,
mejoran la función de la barrera intestinal, además de facilitar la digestión
de algunos alimentos, producir vitaminas y otros nutrientes, así como participar
en la extracción de energía de los alimentos”.
¿PERO, QUÉ SON LOS PROBIOTICOS?
Los
probióticos son microorganismos vivos que, al administrarse en cantidades
adecuadas, brindan un beneficio para la salud. Se encuentran en el organismo de
manera natural, pero también están presentes en alimentos como el yogurt, kéfir
y chucrut. Los principales probióticos son los lactobacilos y las
bifidobacterias. Además, se pueden agregar a algunos alimentos que están
disponibles como suplementos alimenticios.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha constatado que los efectos de los
probióticos dependen del tipo de bacteria. Por tanto, no todos los probióticos
son iguales, ni tienen los mismos beneficios sobre el organismo y, por ello, no
todos ejercen las mismas funciones ni utilizan los mismos mecanismos.
A
nivel digestivo, unos actúan más en la producción de vitaminas y otros en la
facilitación de digestión de nutrientes, por ejemplo, a nivel inmunitario, unos
pueden estimular su acción, mientras que otros pueden frenarla. Por ello, no se
puede generalizar en las funciones de los probióticos y hay que analizarlas
cepa por cepa.
"En
la actualidad, un probiótico debe estar perfectamente identificado, es decir,
se requiere conocer el género, la especie y la cepa e idealmente el genoma (los
genes) del microorganismo contenido en el producto que se comercializa como
probiótico. Se requiere de por lo menos un estudio clínico en humanos,
conducido de acuerdo con los estándares científicos aprobados, en el cual el
probiótico haya mostrado ser benéfico para la salud. Los microorganismos deben
estar vivos y en la cantidad que se señala en el producto probiótico hasta la
fecha de caducidad”, puntualizó el jefe del Laboratorio de Motilidad GI del
INCMNSZ.
Razón
por la cual, “antes de consumir un probiótico, recordemos que no todos los
probióticos son iguales y que cada probiótico tiene una indicación para una
condición o trastorno específico”, concluyó el especialista.
SU USO SE RECOMIENDA PARA:
---Controlar
el cólico del lactante.
---Prevenir
la diarrea asociada al uso de antibióticos.
---Controlar
los síntomas del síndrome de intestino irritable, conocido coloquialmente como
colitis.
---En
bebés prematuros para prevenir enterocolitis necrozante (Enfermedad que se
produce cuando el tejido del intestino grueso (colon) se inflama, dañando y, en
ocasiones, matando el tejido del colon del bebé).
Así
como:
En
las diarreas agudas de niños y adultos.
En
los trastornos metabólicos asociados a la diabetes y obesidad.
En
enfermedades de la boca como gingivitis o periodontitis.
En
la prevención de osteoporosis.
En
el tratamiento de enfermedades alérgicas como rinitis, asma, dermatitis atómica.
Para
potenciar la respuesta a vacunas como la influenza.
En
enfermedades del hígado como el hígado graso o la cirrosis.
En
trastornos neurológicos y psiquiátricos como el espectro autista, la enfermedad
de Parkinson, la ansiedad y depresión.
Y
recuerda, antes de tomar suplementos alimenticios con probióticos, consulta
primero con el médico para asegurarte de que sean los adecuados para ti o tu
familia.
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