COLOCAN LATA DE REFRESCO DE 5 METROS FRENTE A SS
PARA EXIGIR ACCIONES URGENTES CONTRA LA DIABETES
*El 70% del consumo de azúcar añadida de los mexicanos proviene de las
bebidas azucaradas
*Piden a la Secretaría de Salud una campaña nacional para advertir del
riesgo que significa el consumo habitual de estas bebidas y que efectivamente
salgan de todas las escuelas
*Se requiere un etiquetado frontal que advierta del riesgo de estas
bebidas, y que se proteja a los niños en todos los medios y horarios de toda publicidad
En el marco del Día Mundial de la Salud organizaciones de la Alianza por la
Salud Alimentaria (ASA) inflaron y colocaron una enorme lata de refresco con la
leyenda DIABETES frente a la Secretaría de Salud demandando acciones
urgentes para reducir el consumo de bebidas azucaradas.
“En México la diabetes constituye un problema de salud pública que requiere
de urgente atención. Apenas en 1980, constituía la novena causa de muerte y en
tan solo 20 años se transformó en la primera.
“Actualmente, más de 10 millones de adultos viven con la enfermedad, se
estima que uno de cada tres niños mexicanos desarrollará diabetes a lo largo de
su vida y de acuerdo a recientes investigaciones, México es uno de los países
con mayor número de casos nuevos de diabetes que se han reportado en el mundo
(González-Villalpando, 2014). En 2012 se registraron 83 mil muertes prematuras
debidas a la diabetes”, declaró Fiorella Espinosa coordinadora del área de
investigación de El Poder del Consumidor.
Además, el hecho de que 7 de cada 10 mexicanos tenga obesidad, aumenta el
riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (DM2) para una gran parte de la
población.
Un estudio reciente en población mexicana indicó que las personas con
sobrepeso fueron 2 veces más propensas a desarrollar diabetes mientras que las
personas con obesidad triplicaron esa probabilidad (Pinto G, 2015).
ENFERMEDAD LETAL
La diabetes suele disminuir la calidad de vida de las personas, les genera
altos gastos por el tratamiento de la enfermedad, disminuye la productividad y
causa muertes prematuras, de hecho, se ha estimado que reduce entre 5 y 10 años
la esperanza de vida.
El alto consumo de bebidas azucaradas en nuestro país ha contribuido de
manera importante a este problema.
Alrededor de 24 mil personas mueren al año por el consumo de bebidas
azucaradas, de estas, 21 mil ocurren por diabetes.
Múltiples investigaciones científicas indican que el consumo de refresco
aumenta el riesgo de tener sobrepeso y obesidad, así como diabetes e incluso
enfermedades del corazón; es decir, las primeras causas de muerte en el país.
Se ha visto que los países con mayor disponibilidad de jarabe de maíz de
alta fructosa (JMAF) -endulzante usado en México para estas bebidas- tienen
alrededor de 20% mayor prevalencia de diabetes tipo 2, independientemente de
las cifras de obesidad.
Espinosa explicó que el problema con las bebidas azucaradas es que, debido
a su alto contenido de azúcar, es muy fácil y muy probable exceder la cantidad
de calorías que se consumen en un día.
Esto ocurre porque a diferencia de los alimentos, estas bebidas proveen
calorías que no son capaces de generar saciedad; es decir, no dan la sensación
de estar llenos y poder seguir consumiendo más y más.
Además, el único nutrimento que el cuerpo recibe es azúcar, la cual será
fácilmente transformada en grasa por el hígado.
El 70% de los azúcares añadidos que consume el mexicano provienen de las
bebidas azucaradas, lo que indica que la mayoría del azúcar que consume es
azúcar líquida y tiene este efecto.
Diversos estudios muestran que los individuos con un alto consumo de
bebidas azucaradas (es decir una o más porciones al día), tienen un mayor
riesgo de desarrollar DM2, si se comparan con aquellos que no las consumen.
La magnitud del riesgo varía entre 26 y 31% aunque se han encontrado cifras
tan altas como 83% para algunos grupos de edad.
También se ha visto una mayor presencia de grasa visceral entre los
consumidores de refresco, condición que se asocia con el desarrollo de diabetes.
CIENCIA CONTRA INDUSTRIA
Una reciente investigación del doctor Lustig muestra cómo en 9 días, niños
con síndrome metabólico que dejaron de consumir azúcares (fructosa), redujeron
su presión arterial, sus niveles de triglicéridos y colesterol, y mejoraron
indicadores relacionados con el azúcar en sangre, esto independientemente de la
pérdida de peso.
Una prueba más de que las calorías no son iguales como pretende hacer creer
la industria.
Por lo anterior y por la importancia que tiene para el país, es urgente que
las autoridades sanitarias refuercen las medidas para reducir el consumo de
bebidas azucaradas entre la población ya que es una acción preventiva y por
ende costo-efectiva.
PROPUESTAS
Propuestas para reducir el consumo de bebidas
azucaradas:
Primero: es necesario un etiquetado frontal de advertencia como
el implementado en Chile o Ecuador que informe si una bebida es baja, media o
alta en azúcar añadida, a diferencia del etiquetado mexicano que induce al
sobre consumo de azúcar por utilizar un valor de referencia mucho más alto que
el recomendado por la OMS.
Segundo: es urgente que el Estado vigile el cumplimiento de los lineamientos generales
para el expendio y distribución de alimentos y bebidas en las escuelas, que
prohíben la venta de bebidas azucaradas de lunes a jueves, además, sensibilizar
a la comunidad de los beneficios de llevar a cabo esta acción.
De acuerdo a la plataforma Mi Escuela Saludable, el 72% de los 514 reportes
correspondientes al ciclo escolar 2015-2016, revelaron la presencia de
refrescos (no light) en el plantel.
Tercero: la regulación sobre publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños debe
cubrir el horario y programación en el que más expuesta está la población
infantil, así como otros canales de comunicación (internet, videojuegos,
envases), estar basada en los recientes criterios nutrimentales presentados por
la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y no por aquellos establecidos
por la industria alimentaria.
También se deben regular estrategias de mercadotecnia que van especialmente
dirigidas a niñas, niños y adolescentes, como los regalos, personajes y
concursos.
Cuarto: el impuesto a las bebidas azucaradas logró disminuir el consumo en 6% en
su primer año de existencia, debe ser aumentado de uno a dos pesos por litro,
como fue recomendado a nivel nacional e internacional para tener mayores
resultados en salud.
Dirigir sus recursos a través de un fondo transparente, como lo propone el
Senado, para políticas de prevención e instalación de bebederos en escuelas y
espacios públicos.
Esta política debe estar acompañada del establecimiento de un precio máximo
al agua embotellada para lo cual tiene facultades el ejecutivo federal.
“En este día Mundial de la Salud exigimos que el gobierno implemente
políticas integrales que protejan los derechos de la población de los daños
generados por el consumo de bebidas azucaradas –como la diabetes-.
La campaña de la industria contra el impuesto a las bebidas azucaradas sólo
tiene una razón: es la única medida que ha disminuido sus expectativas de
ventas.
“El impuesto será eficiente si se refuerza y se acompaña de otras políticas
en materia de publicidad, etiquetado, disponibilidad en escuelas y campañas
informativas masivas sobre el riesgo de estas medidas”, señaló Luis Manuel
Encarnación, coordinador de la Coalición ContraPESO.
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