INFLUENZA ESTACIONAL Y
COVID-19: CINCO
RECOMENDACIONES PARA
PROTEGER A LA FAMILIA
La
epidemióloga en Lapi Laboratorio Médico Elisa Sánchez nos explica los mitos y
realidades sobre los riesgos de adquirir Covid-19 o influenza estacional, los beneficios
de entrenar el sistema inmunológico, la importancia de recibir un diagnóstico y
tratamiento adecuado, la tranquilidad que dan las vacunas y las acciones que
ayudan a estar libre de virus respiratorios.
Ante
la cercanía de la temporada de frío, Elisa Sánchez, jefa de Epidemiología en
LAPI Laboratorio Médico, aclara los riesgos que el virus COVID-19 comparte con
la influenza estacional que es la séptima causa de muerte en México. Desde su
expertise, la doctora Sánchez también habla sobre la importancia de recibir
vacunas actualizadas contra ambos virus.
1.-
Mitos y realidades sobre los riesgos de adquirir COVID-19 o influenza
estacional:
Si
ya te contagiaste antes, es difícil que vuelva a suceder - MITO.
Personas
con factores de riesgo es posible que no tengan enfermedad grave - REALIDAD.
Personas
jóvenes con un estilo de vida saludable es factible que tengan enfermedad grave
- REALIDAD.
Si
ya te vacunaste alguna vez la protección sigue siendo igual - MITO.
La
influenza puede provocar síntomas graves o incluso la muerte al igual que el
COVID-19 - REALIDAD.
Cuando
ya padeciste la enfermedad, no puedes tener síntomas severos - MITO.
Sobre
la importancia de aplicarse vacunas actualizadas de COVID-19 y/o influenza la
epidemióloga Elisa Sánchez comentó: “Si haces ejercicio y comes bien, es
probable que tengas un buen sistema inmune que te defienda contra los virus,
pero tal vez no sabes que tienes algún factor de riesgo para sufrir de síntomas
graves. Hay variables sobre el COVID-19 que desconocemos para determinar si la
enfermedad será seria o no, así que es mejor no confiarse y vacunarse, en vez
de dejar la salud al azar”. Las vacunas de COVID-19 e influenza contra las
nuevas cepas ya están disponibles en LAPI Laboratorio Médico.
2.-
Entrenar a tu sistema inmunológico puede salvar la vida:
Aunque
hay cierta inmunidad tras haber adquirido la enfermedad o una vacuna tiempo
atrás, esta protección pierde efectividad con el tiempo. Existen personas que
tienden a pensar que “ya son demasiadas vacunas” y que una más está de sobra o
hasta les puede hacer mal, sobre esto la doctora Elisa Sánchez explicó: “No hay
que tenerle miedo a las vacunas, al contrario, una vacuna actualizada entrena a
nuestro sistema inmunológico a reconocer mejor a una nueva amenaza para
protegernos. Nuestro cuerpo tiene la capacidad de aprender a defenderse cada
vez mejor”.
3.-
Qué personas obtienen más beneficios y tranquilidad de las vacunas:
El
COVID-19 es cada vez más contagioso y aunque en general ya no produce
enfermedad grave como antes, aún puede hacerlo. En cuestión de
hospitalizaciones, en la actualidad los menores de 1 año, 1 a 4 años de edad y
los mayores de 65 años son quienes más se hospitalizan a causa de COVID-19*.
Las poblaciones de mayor riesgo en general son personas con obesidad, mayores
y/o con enfermedades como diabetes, cáncer, VIH, enfermedades respiratorias
crónicas, padecimientos cardiovasculares o aquellos que debilitan el sistema
inmunológico; de hecho, la influenza también implica un riesgo mayor para ellas.
“Las
vacunas contra el COVID-19 tienen una tecnología completamente segura y desde
el año 2020 está en continuo desarrollo, no ha parado de avanzar en efectividad
y seguridad; puede aplicarse desde los seis meses de edad en adelante y también
a mujeres embarazadas. Ningún medicamento, ni siquiera el paracetamol es
inocuo, en el caso de la vacuna su efectividad es mucho más alta que el riesgo
a sufrir un efecto adverso”, aeguró la epidemióloga Elisa Sánchez.
4.-
Sin pruebas no hay un tratamiento adecuado y aumenta el riesgo para adultos
mayores:
Es
recomendable para recibir un tratamiento oportuno y que los adultos mayores o
personas con riesgo disminuyan la probabilidad de hospitalización, ya que los
cuadros complicados son difíciles de identificar y hoy se puede diagnosticar
COVID-19 o influenza a partir de una sola prueba en Lapi Laboratorio Médico.
El
diagnóstico sin pruebas puede ser confuso, especialmente en ciertos grupos de
edad. En las personas mayores, los síntomas de infecciones graves pueden diferir
de los observados en personas jóvenes. Por ejemplo, una señal importante de
alerta puede ser una temperatura corporal baja en lugar de fiebre.
En
los niños pequeños, los problemas respiratorios son más evidentes porque su
abdomen puede hundirse visiblemente al intentar respirar; sin embargo, en los
adultos, estos signos no son tan obvios. Por eso, es útil tener a mano un
oxímetro para medir la saturación de oxígeno en la sangre.
Además,
los síntomas de enfermedades respiratorias como la COVID-19 y la influenza son
muy similares, incluyendo congestión nasal, dolor de garganta, tos, y en
ocasiones, vómito, náuseas o diarrea. Esto hace que sea fundamental apoyarse en
pruebas diagnósticas específicas para distinguir entre estas condiciones y
recibir el tratamiento adecuado.
5.-
Acciones para disfrutar una temporada invernal libre de virus respiratorios:
Hacer
ejercicio es vital para tener un buen sistema inmunológico, pero durante la
época de frío hay un incremento de partículas suspendidas en el aire que nos
hacen más proclives a sufrir padecimientos respiratorios y puede ser
inconveniente ejercitarse en el exterior. Por esto es importante revisar la
calidad del aire, por ejemplo en la Dirección de Monitoreo Atmosférico. Las
personas vulnerables pueden usar cubrebocas para protegerse.
Consumir
1.5 a 2 litros de agua al día para mantener una adecuada hidratación. Sin
embargo, las personas con enfermedad renal o cardíaca deben seguir las
recomendaciones específicas de sus médicos.
La
medida más eficaz para no contagiarse de virus respiratorios es el cubrebocas,
sobre todo en lugares concurridos y poco ventilados.
Preferir
lugares bien ventilados, lavarse las manos o usar gel antibacterial después de tocar objetos de
alto contacto como manijas, botones de elevadores, terminales bancarias o
barandales.
Aplicar
la sana distancia.
Tener
una alimentación sana, una buena guía es el Plato del Buen Comer que forma
parte de la Norma Oficial Mexicana (NOM), para la promoción y educación para la
salud en materia alimentaria. Consumir frutas altas en vitamina C como fresa,
guayaba o naranja. Exponerse al sol con protección solar de 10 a 20 minutos
diarios.
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