LA IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL
EN LA LUCHA CONTRA EL CANCER
*Un tercio de las personas tratadas por
cáncer tienen una afección en su salud mental
Ser
diagnosticado con cáncer tiene un impacto multifactorial en la vida de una
persona y sus seres queridos; sentimientos como depresión, ansiedad y miedo son
muy comunes. Por lo tanto, un diagnóstico como este no solo afecta al cuerpo
sino también tiene una influencia significativa en el estado mental de un
paciente.
Se
estima que, hasta un tercio de las personas tratadas por cáncer, tienen una
afección en su salud mental y que las tasas de trastorno depresivo son hasta
tres veces más altas que en la población general.
Entre
el 8% y 24% de las personas con cáncer viven también con depresión y los
jóvenes son los que tienen mayor riesgo de ver su salud mental comprometida en
comparación con adultos que cuentan con el mismo diagnóstico.
Muchas
personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad no se les informa
sobre la posibilidad de desarrollar una afección de salud mental como
depresión, ni reciben tratamiento para ello.
Además,
hay varios factores por los que una persona con cáncer no recibe tratamiento
psicológico especializado: El tratamiento de cáncer al igual que la depresión y
ansiedad, tienen síntomas compartidos como fatiga, falta de sueño y disminución
del apetito, lo que puede dificultar su diagnóstico y señales de una afectación
al estado mental.
Un
estudio encontró que recibir tratamiento para la salud mental puede cambiar el
curso para superar una enfermedad como el cáncer, al mostrar tiempos más largos
de supervivencia.
Estas
personas a menudo ven una mejora en su condición médica en general y tienen
mayores probabilidades de seguir adelante con la atención médica y tener una mejor
calidad de vida.
Merck
se preocupa por apoyar a sus pacientes de la manera más humana posible y el
enfoque psicológico es una parte fundamental “En el contexto de la atención
médica, reconocer y validar las emociones del paciente y su familia es esencial,
al igual que fomentar que el paciente se empodere en relación con su
enfermedad, asumiendo la responsabilidad y tomando decisiones que mejor se
adapten a su situación. Además, la comunicación dentro de la familia y la
construcción de una red de apoyo efectiva son aspectos fundamentales. Estas
relaciones y la comunicación positiva entre el médico y el paciente reducen
notablemente sus niveles de angustia, y buscamos que se beneficien de una
variedad de enfoques para su bienestar”, comentó la psicóloga Erika Martínez.
Además,
es muy recomendable realizar exámenes de salud mental de rutina en entornos
oncológicos y seguir haciendo esfuerzos de investigación para identificar las
combinaciones más efectivas entre tratamientos farmacéuticos y psicológicos.
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