ESTUDIAN USO DE
NANOPARTICULAS CONTRA EL COVID-19
En
un sinfín de películas futuristas hemos visto cosas increíbles que se han
materializado en la vida real, pero aún quedan temas que nos siguen
sorprendiendo como si fueran sacados de algún libro de ciencia ficción, tal es
el caso de una nueva tecnología que se está creando y utilizando en el Hospital
Houston Methodist y a través de la cual se busca emular a la naturaleza y sus
comportamientos para usos médicos y terapéuticos.
A
través del uso de partículas biomiméticas, la doctora Francesca Taraballi, profesora
científica de materiales en Cirugía Ortopédica del Hospital Houston Methodist,
y su equipo de trabajo buscan desentrañar los misterios de la naturaleza y
emular sus comportamientos en pro de la salud y en esta coyuntura en la lucha
contra el COVID-19.
“En
los últimos meses las nanopartículas han comenzado a estar en el lenguaje común
porque las vacunas contra el COVID de Pfizer y de Moderna, están usando estas
nanopartículas. Sabemos que la tecnología clave de estas vacunas es el ARN
Mensajero, que codifica para las proteínas del SARS-CoV-2 y esto ayuda a
nuestro sistema inmunitario a desarrollar anticuerpos contra el virus y a
prevenir infecciones futuras. El ARNm de vida corta se encapsula en envolturas
macromoleculares grasas formadas por lípidos, llamadas nanopartículas, que
desempeñan un papel clave en la protección y el transporte del ARNm en las
vacunas”, explica la doctora Taraballi.
“En
2016 desarrollamos un tipo de nanopartículas biomiméticas usando partes de
leucocitos y ahora lo que estamos estudiando es el llamado tropismo, qué se
refiere al comportamiento de las nanopartículas en un ambiente inflamatorio
controlado. Por definición, los leucocitos migran a un sitio donde hay
inflamación y se adhieren al endotelio, que es básicamente la pared del vaso.
Los leucocitos excavan, atraviesan la barrera del endotelio y llegan al órgano
o tejido que está siendo afectado por un tumor, traumatismo o inflamación”,
describe la experta del Hospital Houston Methodist.
“Pero,
¿cómo relacionar todo esto con el nuevo coronavirus?, el COVID-19, en sí es una
enfermedad inflamatoria que afecta al endotelio, entonces las partículas
biomiméticas pueden apuntar selectivamente al endotelio inflamado y actúan como
mini policías. Ahorita, estamos en un estudio preclínico por lo que todavía no
lo hemos explorado con pacientes, pero seguro obtendremos datos que nos
ayudarán a demostrar que esto se puede trasladar para uso médico en humanos”,
añade.
Tal
innovación supone una esperanza no sólo para la lucha contra el COVID-19 sino
para cualquier otro padecimiento.
“Básicamente
estamos pensando su uso para cualquier enfermedad que tenga una base
inflamatoria, por lo que se puede pensar para cáncer, enfermedades
cardiovasculares, enfermedades musculoesqueléticas, entre otras”, afirmó la doctora
Taraballi del Hospital Houston Methodist.
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