INTOLERANCIA A LA LACTOSA:
RECONOCIENDO
SUS SEÑALES Y PREVINIENDO
LOS SINTOMAS
*En estas épocas de calor se antoja un rico
helado, pero, ¿has sentido que los lácteos te caen mal últimamente?
De
acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH, por
sus siglas en inglés), cerca del 68% de la población mundial tiene algún grado
de la llamada intolerancia a la lactosa.
Antes
de pedir tu próximo helado con crema batida, conviene conocer las señales de la
intolerancia a la lactosa para decidir si los productos lácteos son la mejor
opción para tu sistema digestivo.
¿Cómo
funciona la intolerancia a la lactosa?: “La lactosa es un tipo de azúcar
que se descompone en el intestino gracias a una enzima llamada lactasa”, explica
el Dr. Phillip Simpson, médico familiar y especialista en atención primaria del
Hospital Houston Methodist. “Después de la infancia, cuando la leche ya no es
nuestra principal fuente de nutrición, muchas personas dejan de producir
suficiente lactasa”.
Cuando
los niveles de lactasa son bajos, el cuerpo no puede descomponer bien la
lactosa en glucosa y galactosa. Esa lactosa no digerida fermenta en el colon,
lo que provoca gases, inflamación abdominal y otros síntomas digestivos.
La
mayoría de estos síntomas aparecen entre 30 minutos y dos horas después de
consumir alimentos con lactosa.
¿Es
lo mismo que una alergia?: No. La intolerancia a la lactosa no es una
alergia.
“Las
alergias son respuestas del sistema inmunológico”, señala el Dr. Simpson. “En
el caso de la intolerancia, los síntomas se deben a que el cuerpo no procesa
bien la lactosa, pero no se trata de una reacción alérgica. La alergia a la
leche es una respuesta a las proteínas de la leche, no al azúcar de la
lactosa”.
Las
alergias a la leche son reales, pero se consideran una condición completamente
diferente. Pueden variar en gravedad y presentarse como otras alergias
alimentarias comunes: sarpullido, inflamación de labios, lengua o garganta,
vómito e incluso anafilaxia.
¿Cómo
aliviar los síntomas?: “Con el tiempo, los síntomas desaparecen por sí
solos”, explica el especialista. “La mejor forma de evitar molestias es dejar
de consumir productos con lactosa. Actualmente, no existe una forma de hacer
que el cuerpo produzca más lactasa, así que eliminar la lactosa de la dieta
sigue siendo la opción más eficaz”.
Aunque
no hay un tratamiento que revierta esta condición, puedes probar con
suplementos de la enzima lactasa antes de consumir lácteos. Estos suplementos
pueden ayudarte a prevenir los síntomas incómodos tras ingerir productos con
lactosa.
¿Cómo
se puede diagnosticar la intolerancia?: Existen distintas pruebas para
confirmar si tienes intolerancia a la lactosa. El Dr. Simpson recomienda dos de
las más confiables: la prueba del aliento con hidrógeno y la prueba de
tolerancia a la lactosa. Ambas se realizan antes y después de consumir una
bebida rica en lactosa.
La
prueba del aliento con hidrógeno funciona porque, cuando el cuerpo no puede
procesar la lactosa, esta se fermenta y produce hidrógeno. Si los niveles de
hidrógeno aumentan después de beber el líquido con lactosa, es señal de
intolerancia. La otra prueba consiste en analizar la glucosa en sangre antes y
después de consumir lactosa para ver si se produce un aumento esperado.
Si
estas pruebas no están a tu alcance, el Dr. Simpson sugiere hacer una prueba
casera: evitar productos con lactosa durante una o dos semanas y observar si
desaparecen los síntomas.
¿Cuáles
son los síntomas de intolerancia a la lactosa?: Son tres tipos principales:
primaria, secundaria y congénita.
Intolerancia
primaria: Es el tipo más común y se debe a una predisposición genética. El
cuerpo reduce su producción de lactasa después de la infancia, lo que va
disminuyendo poco a poco la tolerancia a la lactosa.
“Es
natural que la producción de lactasa disminuya con el tiempo”, explica el Dr.
Simpson. “Cada persona tiene su propio ritmo. Tal vez algunas poblaciones
desarrollaron más tolerancia porque históricamente dependieron más de los
productos lácteos”.
Intolerancia
secundaria: Este tipo ocurre cuando una enfermedad intestinal o una
condición inflamatoria afecta las células que producen lactasa.
Algunos
ejemplos son la enfermedad de Crohn o la celiaquía.
Déficit
congénito de lactasa: Es el tipo más raro y requiere atención médica
inmediata.
“Es
una condición hereditaria en la que el bebé nace sin la capacidad de producir
lactasa”, señala el especialista del Hospital Houston Methodist. “Es necesario
intervenir de inmediato con una dieta especial, para evitar complicaciones
graves como deshidratación o pérdida de peso”.
¿Qué
productos inesperados contienen lactosa?: La lactosa y los derivados
lácteos se usan comúnmente como aditivos o rellenos.
Algunos
alimentos procesados —como ciertos panes, aderezos para ensaladas, carnes frías
o suplementos de proteína— pueden contener pequeñas cantidades de lactosa,
especialmente si se usan lácteos como aglutinantes. Aunque estos productos
generalmente no provocan síntomas en la mayoría de las personas con intolerancia,
quienes son más sensibles deberían revisar las etiquetas.
También
hay medicamentos —como tabletas o cápsulas— que pueden contener lactosa como
ingrediente inactivo. Puedes revisar en la etiqueta si aparece “lactosa” o
alguna de sus variantes, o consultar al farmacéutico si prefieres otra opción.
Según el Dr. Simpson, las cantidades en estos casos suelen ser muy pequeñas y
raramente causan molestias, a menos que la persona sea extremadamente sensible.
¿La
intolerancia a la lactosa es peligrosa?: “La intolerancia a la lactosa no
suele ser una condición peligrosa, más bien es incómoda”, indica el Dr.
Simpson.
Con
excepción del déficit congénito, en general no hay un riesgo grave inmediato.
Sin
embargo, los productos lácteos son una fuente importante de proteínas, calcio y
vitamina D. Si decides dejar de consumir alimentos con lactosa, asegúrate de
mantener un buen consumo de estos nutrientes para cuidar tu salud. Puedes
considerar tomar suplementos de lactasa antes de consumir lácteos o buscar
alternativas sin lactosa.

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