¿CÓMO DAR APOYO EMOCIONAL A
TU
HIJO EN EL REGRESO A CLASES?
●El nuevo curso escolar puede generar estrés
en los niños y es preciso contar con la participación de los padres en el apoyo
emocional ante los temores del regreso a clases
Para
las familias el regreso a clases significa un nuevo riesgo. El acoso escolar se
ha incrementado en México y América Latina; actualmente 7 de cada 10 niños y
adolescentes sufren bullying, de acuerdo con un estudio de la organización no
gubernamental internacional Bullying Sin Fronteras para América Latina y
España. Es por ello que cobra más valor para las familias contar con las
herramientas para brindar apoyo emocional a sus hijos.
“Volver
a las aulas supone un conjunto de emociones encontradas para los niños y adolescentes.
Por un lado, la alegría de ver a los amigos, estrenar mochila o platicar sobre
el viaje en familia; por otro lado, está dejar la seguridad que se tiene en
casa, y regresar a la jungla con el compañero que se burla porque usa lentes, o
por cualquier otra situación. Ésta y otras situaciones pueden ser escenarios de
angustia que afectan a los estudiantes en su desarrollo social y emocional”, apunta
la psicóloga Gina Goldfeder.
“En
ocasiones, los niños y adolescentes, al igual que los adultos, tienen dificultades
para regular sus emociones o para hacer frente a los desafíos de su día a día.
Esto se puede observar al relacionarse con sus compañeros, al asumir cambios o
dificultades familiares como la separación de los padres, el fallecimiento de un
ser querido, exámenes o cambios de colegio”, recuerda Gina Goldfeder.
La
doctora Goldfeder afirma que “Nuestros hijos son personas individuales, seres humanos
con su propia idiosincrasia, expectativas, temores, sueños y metas personales y
si nos adentramos a su mundo interior preguntándoles sus miedos y logros, puede
formar un lazo más estrecho en el entendimiento de lo que están viviendo y cómo
apoyarlos a entender lo que están viviendo entendiendo desde donde ellos ocupan
un lugar. Conocer con curiosidad el mundo interior de nuestros hijos a través
del diálogo, hablando de lo que ellos quieren decir más que lo que nosotros
queremos hablar con ellos que nos digan nos brinda una forma respetuosa,
amorosa, afectiva y efectiva para poder acompañarlos”.
La
sensación de volver a clase es una de estas situaciones que altera las emociones
en un niño y generarles emociones negativas y difíciles de manejar, ya sean
tristeza, nerviosismo, irritabilidad, preocupaciones recurrentes, síntomas de verdadera
ansiedad como: temblor en las manos, alteraciones del sueño, falta de concentración,
pérdida del apetito, tristeza, llanto o incluso reacciones físicas como
alteración en el ritmo cardiaco. Estos y otros síntomas pueden causar enojo o
irritabilidad en el infante por no poder identificar o controlar lo que están sintiendo.
Ésta situación afecta directamente al estudiante; sin embargo, su bienestar
emocional es algo que también involucra a la familia.
Para
el doctor Nicholas Westers, psicólogo clínico de Children´s Health, es importante
que los padres hablen de la transición. El especialista propone identificar
algunas de las situaciones que los estudiantes enfrentan en el regreso a clases
y que puedan ser la causa de preocupación o ansiedad:
● Dificultad para relacionarse
socialmente.
● Miedo al error o al fracaso.
● Distanciamiento con amigos o profesores
de cursos anteriores.
● Perder la seguridad del entorno familiar
que vivió en vacaciones.
● Miedo a las burlas y el acoso escolar.
De
acuerdo a cada etapa las situaciones son diferentes, como adolescentes sus preocupaciones
detonan más en el autocuidado, la socialización, los vínculos, el sentido de
pertenencia y la relación con la autoridad, rebeldía, etc.
Según
datos publicados por la la organización Healthy Children, durante la primaria los
niños siguen necesitando que sus padres estén ahí, cerca pero no pegados.
“Hay
que estar disponibles para escucharles cuando lo necesiten. Les gusta contar lo
que ha pasado en el colegio, opinar y que los padres les den opinión sobre sus
preocupaciones o inquietudes”, comenta la doctora Jennifer Zubler de la American
Academy of Pediatrics.
FORMACION DEL CARACTER
“Lo
que ocurre en la escuela le va dando al estudiante la autopercepción de cuál es
su lugar en el mundo por la cantidad de horas que está en la escuela, casi la mitad
de sus días con estas interrelaciones que definen la forma en la que se ve a sí
mismo desde la etapa de educación primaria, hasta que entra a la preparatoria”,
afirma la doctora Goldfeder.
Como
padres es importante demostrar empatía con las emociones de los hijos y que
cuenten con todo su apoyo para acompañarlo en la adaptación al nuevo ciclo escolar
y atravesar sus miedos y emociones de la forma más positiva posible.
La
psicóloga Gina Goldfeder añade algunas recomendaciones para apoyar emocionalmente
al estudiante ante el nuevo curso escolar:
● Preguntarle acerca de sus emociones:
¿Cómo te sientes de regresar a la escuela? ¿Hay algo que te preocupe? ¿Estás
listo para conocer a tu maestro nuevo? Lo importante es escucharlo y poder
encontrar los puntos que le puedan estar causando ansiedad.
● Platicar sobre recuerdos agradables de
su curso anterior; logros, personas, momentos, etc.
● Validar sus emociones y expresar su
apoyo: “Confío en ti”, “Puedes contar conmigo”.
● Involucrar al niño en la rutina de
preparación: Qué ropa usará, qué lunch le gustaría, organizar la mochila, para
darle la sensación de “ESTAR LISTO”.
● Observar su comportamiento día a día
para medir y controlar las emociones y saber a qué acciones recurrir.
● Celebrar su avance y sus triunfos.
Cada
niño y cada familia son diferentes y, por tanto, lo que sirve para unos no siempre
será lo más indicado para otros. Por ello, cuando se percibe que alguna faceta
de la educación o el desarrollo de los hijos sobrepasa a la familia, o
existen
dudas sobre cómo manejar ciertos temas, pedir ayuda profesional puede ser la
opción más indicada. Esto permitirá aprender a relacionarse mejor con los pequeños,
y de esta forma ayudarles a supsuperar sus desafíos con éxito, manteniendo una
buena convivencia familiar.
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