ALGUNAS PERSONAS PRESENTAN
SECUELAS
CARDIACAS, TRAS PADECER
COVID-19
“Desafortunadamente
estamos viendo efectos sobre el corazón y el sistema vascular que realmente
superan en número, a los efectos sobre otros sistemas de órganos”, comenta la
doctora Susan Cheng, cardióloga del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles.
No
es sólo un problema para los pacientes con COVID largo. Hasta un año después de
haberse contagiado de COVID-19, las personas podrían correr mayor riesgo de
desarrollar un nuevo problema relacionado con el corazón, lo cual puede ir
desde coágulos y arritmias hasta un infarto, incluso si en un principio parecen
haberse recuperado satisfactoriamente.
Entre
los puntos que se desconocen están: ¿quiénes son los más propensos a padecer
estas secuelas? ¿Son reversibles, o una señal de advertencia de mayores problemas
cardiacos posteriormente en la vida?
“Estamos
a punto de salir de esta pandemia como un mundo más enfermo debido a problemas
cardiacos relacionados con el virus”, comenta el doctor Ziyad Al Aly de la
Universidad Washington, que ayudó a hacer sonar la alarma sobre problemas de
salud persistentes relacionados con el COVID-19. Las consecuencias, añadió,
“probablemente repercutirán por generaciones”.
Desde
hace mucho tiempo, las enfermedades del corazón han sido la principal causa de
fallecimientos en EE.UU y el mundo. Pero en Estados Unidos, las muertes
relacionadas con el corazón habían descendido a niveles récord en 2019, justo
antes de que azotara la pandemia.
“El
COVID-19 borró una década de esos avances”, señaló la doctora Cheng.
Las
muertes por ataques al corazón aumentaron durante cada uno de los repuntes del
coronavirus. Peor aún, se supone que los jóvenes no sufren infartos cardiacos,
pero la investigación de Cheng documentó un incremento de casi el 30% en
muertes por ataques al corazón en personas de entre 25 y 44 años en los
primeros dos años de la pandemia.
El
siguiente es un indicio inquietante de que los problemas podrían continuar: la
hipertensión es uno de los mayores riesgos para las enfermedades cardiacas, y
“de hecho, la presión arterial de la gente se ha incrementado considerablemente
durante el transcurso de la pandemia”, agregó.
QUÉ ES COVID LARGO
Los
síntomas cardiovasculares forman parte de lo que se conoce como COVID largo, un
término general que abarca decenas de problemas de salud, los cuales incluyen
fatiga y confusión mental. Los Institutos Nacionales de Salud están iniciando
estudios pequeños de algunos posibles tratamientos para ciertos síntomas de
COVID largo, incluido un problema en el ritmo cardiaco.
Pero
Cheng dijo que tanto los pacientes como los doctores necesitan saber que, en
ocasiones, los problemas cardiovasculares son el primero o el principal síntoma
del daño que dejó el coronavirus.
“Estos
son individuos que no necesariamente acudirían con su médico y dirían: ‘Tengo
COVID largo’”, señaló.
¿Qué
tan grande es el riesgo de padecer problemas del corazón luego de contagiarse
de COVID? Para averiguarlo, Al Aly analizó registros médicos de una enorme base
de datos de la Administración de la Salud de los Veteranos.
Las
personas que habían sobrevivido al COVID-19 en las primeras etapas de la
pandemia tenían más probabilidades de experimentar arritmias, coágulos, dolor
en el pecho y palpitaciones, e incluso ataques al corazón y derrames
cerebrales, hasta un año después en comparación con las que no se habían
infectado. Eso incluye incluso a personas de mediana edad que no habían
presentado señales previas de enfermedad cardiaca.
Con
base en esos hallazgos, Al Aly calculó que 4 de cada 100 personas requieren
atención por algún tipo de síntoma relacionado con el corazón en el año
posterior a que se recuperaron del COVID-19.
Por
persona, ese es un riesgo menor. Pero dijo que la mera enormidad de la pandemia
significa que millones de personas quedaron con al menos algún síntoma
cardiovascular. Aunque una reinfección todavía podría provocar problemas, ahora
Al Aly está estudiando si el riesgo general disminuyó gracias a las vacunas y a
que surgieron cepas más moderadas del coronavirus.
Investigaciones
más recientes confirman la necesidad de comprender y atender mejor estas
secuelas cardiacas. Un análisis esta primavera de una amplia base de datos de
aseguradoras de Estados Unidos halló que era dos veces más probable que los
pacientes con COVID largo buscaran atención médica por problemas
cardiovasculares, incluidos coágulos, arritmias o derrames cerebrales en el año
posterior a la infección, en comparación con pacientes similares que no se
contagiaron de COVID-19.
VINCULO CON DAÑO AL CORAZON
El
que haya un vínculo con daños al corazón posterior al contagio no es tan
sorprendente. La fiebre reumática, una reacción inflamatoria a la faringitis
estreptocócica no atendida —especialmente antes de que el uso de antibióticos
fuese algo común, la cual genera cicatrices en las válvulas cardiacas. “¿Esto
va a convertirse en la próxima enfermedad reumática del corazón? No lo
sabemos”, señaló.
Pero
Al Aly dice que hay un simple mensaje con el cual quedarse: uno no puede
modificar su historia de infecciones de COVID-19, pero si ha hecho caso omiso
de otros riesgos para el corazón —como el colesterol o la presión arterial
elevados, la diabetes mal cuidada o el fumar— ahora es el momento de cambiar
eso.
“Estas
son las cosas sobre las cuales podemos hacer algo. Y creo que son más
importantes ahora de lo que lo eran en 2019”, manifestó.
NOTA: El Departamento de Salud y
Ciencia de The Associated Press recibe apoyo del Grupo de Ciencia y Medios
Educativos del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable de
todo el contenido.
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