GRATITUD
Y GENEROSIDAD DESDE LA PERSPECTIVA DE NEUROCIENCIA
*Se activan áreas cerebrales
vinculadas con la cognición moral y los juicios de valor
Un equipo de neurocientíficos ha logrado mapear cómo el cerebro
humano experimenta la gratitud, gracias a la ayuda de un recurso inesperado:
los testimonios de personas que sobrevivieron al Holocausto nazi.
Han descubierto que, cuando nos sentimos agradecidos, se activan
áreas cerebrales vinculadas con la cognición moral y los juicios de valor,
entre otras.
Un equipo de neurocientíficos ha logrado mapear cómo el cerebro
humano experimenta la gratitud, gracias a la ayuda de un recurso inesperado:
los testimonios de personas que sobrevivieron al Holocausto nazi.
"En medio de esta horrible tragedia, hubo muchos actos de
valentía e intentos de salvar vidas", explica el director del estudio,
Glenn Fox, investigador del Brain and Creativity Institute de la University of
Southern California (USC).
"Se suele asociar el Holocausto solo con cosas horribles.
Pero cuando se escucha a los sobrevivientes, también encontramos historias de
increíble virtud y de gratitud por la ayuda que se ha recibido", añade Fox
en un comunicado de la USC.
El estudio arroja nueva luz sobre un tema muy poco estudiado,
señalan los investigadores, pues hasta la fecha no se ha prestado mucha
atención a la gratitud como emoción, a pesar de que esta premia a la
generosidad y así mantiene un ciclo saludable de comportamiento social, explica
por su parte Antonio Damasio, coautor del trabajo.
Áreas activadas:
Fox
explica que así se descubrió que, cuando sentimos la gratitud, en el cerebro se
activan aquellas áreas responsables de los sentimientos de recompensa, de la
cognición moral, de los juicios de valor subjetivos, de la equidad, de la toma
de decisiones económicas y de la autorreferencia.
Estas áreas incluyen la corteza prefrontal ventral, la corteza
prefrontal dorsomedial, así como el cortex del cíngulo anterior. En general, la
corteza prefrontal, parte anterior de los lóbulos frontales del cerebro, está
involucrada en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, en
la expresión de la personalidad, en los procesos de toma de decisiones y en la
adecuación del comportamiento social adecuado en cada momento. El cortex del
cíngulo anterior, por su parte, ha sido vinculado a la empatía y las emociones.
Otros mapas: Aunque la
gratitud en el cerebro haya sido poco estudiada hasta la fecha, como señalan
Fox y sus colaboradores, sí que se habían realizado ya mapas cerebrales de
otras emociones humanas.
Por ejemplo, en 2013 se publicó un mapa de la inteligencia
emocional y, en 2012, otro más del cerebro enamorado.
En 2003, además, un estudio reveló la zona del cerebro en la que
se alberga la identidad emocional, una característica de nuestra especie que
nos hace únicos.
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