miércoles, 22 de junio de 2011

ENDOMETRIOSIS

ENDOMETRIOSIS, ENFERMEDAD
QUE INVALIDA A MUJERES FÉRTILES


Dolores RODRIGUEZ RAMIREZ
Por causas que la ciencia aún desconoce, cientos de mujeres son víctimas de la endometriosis, en ocasiones desde la primera menstruación y que les marca un destino de dolor y sufrimiento.
Es una enfermedad originada por el crecimiento desordenado de placas de tejido endometrial fuera del útero, provocando espasmos y dolor, en ocasiones muy severo.
El tejido endometrial, cuyo crecimiento es normal dentro del útero, recubre las paredes de éste para prepararlo a la concepción.
Suele afectar el revestimiento de la cavidad abdominal o la superficie de los órganos localizados en ésta y a menudo se desarrolla sobre los ovarios y los ligamentos que sostienen el útero.
Con menos frecuencia se encuentra también en la superficie externa del intestino delgado y grueso, los uréteres –conductos que van desde los riñones hasta la vejiga-, la vagina, cicatrices quirúrgicas presentes en el abdomen o en el revestimiento interno de la pared torácica (pleura). En raras ocasiones se encuentra en los pulmones.
El tejido endometrial es elaborado por las hormonas dentro del útero, pero cuando crece de manera desordenada provoca hemorragias abundantes durante la menstruación y al mismo tiempo calambres abdominales, dolor, irritación y más tejido cicatricial.
Conforme avanza la enfermedad, si no se detecta y atiende oportunamente, se forman bandas fibrosas que enganchan entre sí estructuras que normalmente no lo están (adherencias); fuera de la cavidad uterina éstas pueden obstruir o interferir el funcionamiento de los órganos cercanos.
La endometriosis es más frecuente en los parientes de primer grado de las mujeres que la padecen: madre, hermana o hija.
Otros factores que incrementan el riesgo de padecerla es dar a luz por primera vez después de los 30 años de edad y tener un útero anormal.  Curiosamente, este padecimiento ataca con mayor agresividad a las mujeres de origen caucásico.
Se considera que cerca del 10 al 15 por ciento de las mujeres que menstrúan entre los 25 y 44 años sufren endometriosis, pero puede aparecer desde la adolescencia. Entre un 25 a 50 por ciento de las mujeres estériles padece esta enfermedad, que puede impedir la fecundación.
La endometriosis grave causa infertilidad al bloquear el paso del óvulo desde el ovario hasta el útero; la endometriosis leve también puede causar esterilidad, sin embargo, en este caso el mecanismo que la provoca aún no está claro.

ORIGEN

Las células del revestimiento interno del útero, por motivos que aún no están muy claros, se desplazan hasta zonas externas al mismo y siguen creciendo. En teoría, tal vez podría deberse a que pequeños fragmentos del revestimiento uterino, que se desprenden durante la menstruación, retroceden hacia las trompas de Falopio en dirección a los ovarios hasta entrar en la cavidad abdominal, en vez de salir con el flujo menstrual a través de la vagina.
Provoca dolor en la parte inferior del abdomen y la zona pélvica, irregularidad menstrual e infertilidad. Algunas mujeres que sufren endometriosis grave no presentan síntomas, mientras que otras que la tienen en grado mínimo sufren dolor invalidante.
En ocasiones el dolor menstrual aparece años después de que se desarrolló la enfermedad; en otras el dolor se presenta durante el coito (dispareunia), antes o durante la menstruación.
El tejido endometrial que se adhiere al intestino grueso o a la vejiga urinaria causa hinchazón abdominal, dolor durante las evacuaciones, hemorragia rectal durante la menstruación o dolor en la parte inferior del abdomen durante la micción.
Cuando el tejido se localiza en un ovario o una estructura cercana da lugar a la formación de una masa llena de sangre (endometrioma), que puede romperse bruscamente o dejar escapar algo de su contenido, lo que causa un agudo y repentino dolor abdominal.

DIAGNOSTICO

Se sospecha que hay endometriosis cuando al palpar el abdomen se provoca dolor o cuando el médico siente la presencia de una masa de este tejido atrás del útero o cerca de los ovarios. La confirmación del diagnóstico requiere la visualización de trozos de tejido endometrial mediante un laparoscopio dentro de la cavidad abdominal, a través de una pequeña incisión por debajo del ombligo.
Ya que no es fácil reconocer la endometriosis, el diagnóstico sólo se puede establecer mediante una biopsia. Se pueden emplear otros procedimientos, como la ecografía, un enema opaco con bario, una tomografía computarizada y una resonancia magnética. Sin embargo, su utilidad diagnóstica es limitada.
Para facilitar el seguimiento de la evolución de la endometriosis se recurre al análisis de sangre que detecta marcadores de este padecimiento, como el CA-125 y los anticuerpos frente al tejido. No obstante, como estos marcadores pueden ser elevados en muchas otras enfermedades, no son útiles para confirmar el diagnóstico.

TRATAMIENTO

Este depende de los síntomas de la paciente, su edad y la extensión de la enfermedad. Los fármacos que suprimen la actividad de los ovarios y retardan el crecimiento del tejido endometrial comprenden una combinación de anticonceptivos orales, progestágenos, danazol y agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH).
Los agonistas de la GnRH son sustancias que al principio estimulan la liberación de gonadotropinas por parte de la glándula hipófisis, pero al cabo de unas semanas de tratamiento se anula esta liberación.
Es recomendable la extirpación quirúrgica de la mayor cantidad posible de tejido endometrial, ya que el tratamiento farmacológico no cura la enfermedad, que generalmente reaparece una vez finalizado éste.
Regularmente este tejido se extirpa durante la laparoscopia y en ocasiones se recurre a la cirugía para extirpar el tejido de más de 4.5 a 6 centímetros de diámetro. Puede utilizarse un electrocauterizador y un láser para destruirlo. No obstante, la extirpación quirúrgica es sólo una medida temporal, ya que la endometriosis vuelve a desarrollarse en la mayoría de las pacientes.
Los anticonceptivos orales pueden retrasar el avance de la enfermedad tras el tratamiento con fármacos o la extirpación quirúrgica; pero sólo la extirpación quirúrgica de ambos ovarios impide la recurrencia de la endometriosis. Este procedimiento sólo se realiza en las mujeres que no desean tolerar los espasmos y el dolor o que no desean embarazarse.
Tras al extirpación de los ovarios y el útero se puede comenzar con la terapia de sustitución de estrógenos, ya que esta cirugía provoca los mismos efectos que la menopausia. Pero si aún queda una considerable cantidad de tejido habrá que esperar cuando menos de 4 a 6 meses, intervalo que permite que el tejido, que puede estimularse por la terapia de reemplazo hormonal, desaparezca totalmente.

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