martes, 7 de junio de 2011

CAFEINA

¿Por qué deshacerse del café?

*Descubra las mentiras que se dicen en torno a éste


¿Se puede imaginar un fin de comida sin café o una tarde cualquiera sin una taza de esta aromática bebida? Por supuesto que no es indispensable, pero muchas veces no se puede prescindir de ella.
Sin embargo, si no puede dejar de tomar más de tres tazas al día, ¡cuidado!, porque tal vez está ingiriendo cafeína de más que puede afectar su organismo. Y si se está preguntando –con algo de culpa- si debería dejarla. La respuesta es: no necesariamente.
La cafeína es la droga más popular y más estudiada, que afecta cada organismo de forma diferente. Es un potente estimulante que puede mantenerle despierto, pero también puede provocar agitación, aumento de adrenalina, presión arterial alta, alteración en el ritmo cardiaco y hasta un simple dolor de cabeza.
Puede crear un hábito, pero no adicción, y ser causa de síntomas temporales de fatiga. Con cada sorbo de café tenga presente que aumenta los niveles de epinefrina y norepinefrina, las hormonas que originan estrés.
En las mujeres, la cafeína bloquea la adenosina, una sustancia química del cerebro que ayuda a la relajación y por ende el sueño.
Esta “inofensiva” sustancia estimula la vejiga para excretar más orina, que a la vez puede conducir a una deshidratación leve, pero que se confunde con diurético.
Estimula la producción de pequeñas cantidades de dopamina, hormona que levanta el ánimo, y permite que los ácidos grasos ingresen al torrente sanguíneo para aumentar el nivel de energía. Algunas personas pueden beber café y dormir profundamente, mientras que otras pierden el sueño por largo tiempo.
Y, lo más ignorado: la cafeína estimula la actividad del intestino grueso, actuando como laxante. Pero la verdad es que no todo es malo en la cafeína y consumirla de forma moderada puede traer algunos beneficios. Una o dos tazas de café al día protegen de cálculos biliares, alivian el asma y hasta ayudan a perder peso.
El té, el café y el chocolate, los tres portadores de cafeína, contienen antioxidantes que tienen sus propios beneficios, como la disminución del riesgo de cáncer y problemas cardiacos. La verdad es que parece ser que el café no afecta positiva o negativamente el riesgo de cáncer.
Pero antes de prescindir de la taza de café a cualquier hora, consulte al médico para detectar si su organismo tiene algún riesgo de salud que lo obligue a eliminar definitivamente la cafeína o solamente reducir su consumo diario.



AYUDA A LA SALUD

Una cantidad moderada de cafeína no hace daño y hasta puede ayudar a prevenir algunas dolencias. Si sufre de sobrepeso, una taza de café o té antes de practicar una rutina de ejercicio podrían aportar un impulso adicional al metabolismo, permitiendo que la cafeína libere la grasa acumulada, de suerte que el cuerpo pueda quemarla para obtener energía.
Al parecer la cafeína y otros compuestos en el café reducen la cantidad de colesterol en la bilis, el jugo digestivo de la vesícula. Cuando el colesterol en la bilis aumenta de nivel, éste se puede cristalizar y formar cálculos.
Cuando el nivel de colesterol es alto, no es la cafeína lo que debe preocupar, sino el cafestol y el kahweol, dos compuestos del café, especialmente en el no filtrado, como el instantáneo o el que se prepara en cafeteras de presión.
Estos elementos se remueven al utilizar los filtros de papel o de metal. Si quiere comprobarlo, use un filtro de papel antes de beber una taza de café instantáneo.
En cuanto a los cálculos renales, lo mejor es beber agua en demasía y cuando mucho dos tazas de café al día. De acuerdo con algunos especialistas, cuando los enfermos de asma bebieron hasta tres tazas de café experimentaron un 25 por ciento menos de ataques.
Durante un evento de asma, los conductos de aire en los pulmones se cierran y causan la sensación de falta de aire. La cafeína está vinculada con la teofilina, un medicamento contra el asma, relaja los músculos y conserva abiertos los conductos respiratorios.
Toda persona susceptible a sufrir un descenso de la presión arterial después de una comida copiosa (hipotensión postprandial), con una taza de café o té evitará la fatiga, el mareo, la visión borrosa o hasta los desmayos. En este caso la cafeína acude al rescate elevando la presión arterial.
Las mujeres que están en la etapa de la menopausia tampoco tienen por qué dejar de beber café, pese a que con la cafeína aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis e interferir en la absorción del calcio. Basta con añadir dos cucharadas de leche entera a cada taza de té o café para anular tal efecto.
Las causas para no disfrutar de una deliciosa taza de café pueden ser variadas, entre otras, si se sufre de insomnio, nerviosismo, temblores, irritabilidad, incapacidad de concentración y desorientación.
Pero es aconsejable que además suspenda la ingesta de té, chocolate y bebidas de cola. Porque puede que la cafeína sea solamente una pequeña parte del problema.
Por otra parte, es cierto que la cafeína actúa como estimulante, pero puede ser por muy poco tiempo y es posible que reduzca la efectividad de ciertos medicamentos antidepresivos. Es mejor que consulte al médico si se encuentra bajo tratamiento contra la depresión.
En opinión de algunos especialistas, la cafeína puede hacer más difícil la concepción y aumentar los riesgos de aborto, y ser responsable del peso bajo en el recién nacido, por lo que las mujeres embarazadas deben consumir el café con moderación.
Por su parte, la FDA de Estados Unidos recomienda que cuando se está lactando también se disminuya la cafeína, porque existe la posibilidad de que pase a la leche materna, en perjuicio de la salud del bebé.
Para quienes sufren de úlceras pépticas y acidez, es un alivio saber que no es la cafeína la que estimula la secreción de ácidos digestivos, sino otras sustancias en el café y el té, que agravan la indigestión, el reflujo gastroesofágico y las úlceras.

CUÁNDO SUSPENDER EL CAFÉ

Aquellas personas que sufren de hipertensión deben reducir o eliminar la cafeína, ya que puede elevarla en 10 puntos más con el riesgo de un ataque cardiaco o derrame cerebral.
Igualmente, si sufre ataques de pánico o de frecuentes dolores de cabeza o migraña, reduzca gradualmente el consumo de café hasta eliminarlo del todo.
La suspensión abrupta del café puede causar irritabilidad, depresión, letargo, modorra, náusea, dolor de cabeza o vómitos, síntomas que pueden durar días o semanas.
Para que el proceso sea más fácil, cambie el café por té, después de una semana o dos, inclínese por las tisanas de hierbas, hasta que logre eliminar por completo la cafeína.
Y un último consejo: si quiere mantenerse alerta y con energía sin cafeína, duerma el tiempo suficiente, sustituya el tiempo del café por un poco de ejercicio, ingiera porciones pequeñas de comida con más frecuencia –la ingesta de alimento en abundancia provoca debilidad-, y evite el alcohol, ya que es un antidepresivo, pero puede causar somnolencia.

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