lunes, 13 de enero de 2025

 

NIVELES DE ESTRÉS Y ANSIEDAD HAN AUMENTADO

EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS: PiSA FARMACÉUTICA

 


*19.3% de los mexicanos presentan ansiedad severa, y más del 30% leve o moderada, ubicándose entre los principales trastornos de salud mental en el país

 

 

GUADALAJARA, Jalisco.- El estrés y la ansiedad forman parte de la vida diaria de muchas personas. El estrés, definido como un estado de tensión mental causado por situaciones difíciles o desafiantes, es una respuesta natural que prepara al cuerpo para enfrentar amenazas. En niveles moderados, puede ser positivo al motivarnos a cumplir metas.

Sin embargo, cuando es excesivo o se prolonga, tiene efectos negativos en el bienestar físico y emocional, incluyendo dolores de cabeza, problemas digestivos, insomnio y enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, la ansiedad, que es una respuesta constante y desproporcionada de preocupación o miedo ante estímulos inciertos, puede derivar en trastornos como ataques de pánico, fobias y ansiedad generalizada.

“En México, los niveles de estrés y ansiedad han aumentado significativamente en las últimas décadas. Factores como el tráfico, la inseguridad, la presión laboral, las dificultades económicas y los eventos traumáticos desempeñan un papel central en este fenómeno. También influyen las celebraciones importantes o los cambios de vida, como mudanzas o pérdidas personales”, afirma la Dra. Cynthia Vega, directora de Relaciones Medicas de PiSA Farmacéutica.

Las consecuencias del estrés no sólo se reflejan en la salud física, sino también en el desempeño personal y profesional. En el ámbito laboral, pueden provocar un entorno de baja productividad y tensiones interpersonales, mientras que en el plano personal pueden desencadenar conflictos familiares, aislamiento social y depresión.

El tratamiento del estrés y la ansiedad requiere un enfoque integral. Hablar con profesionales de la salud mental permite manejar las emociones de manera más efectiva. Además, las estrategias de autocuidado, como realizar técnicas de relajación, cuidar los horarios de sueño, practicar ejercicio y sobre todo mantener una alimentación saludable, son fundamentales.

En los últimos años, se ha investigado y discutido ampliamente el eje intestino-cerebro, destacando cómo la microbiota intestinal y su equilibrio pueden influir significativamente en nuestra salud mental. Es en este contexto donde los probióticos emergen como aliados clave, ayudando a mantener una microbiota saludable que pueda contribuir al bienestar emocional y cognitivo.

"Algunas cepas de probióticos pueden ser aliadas para disminuir síntomas de estrés y ansiedad, ya que ayuda a mantener el equilibrio de la microbiota de nuestro intestino, lugar donde se produce la serotonina, un importante componente para nivelar el estrés", explica Dra. Cynthia Vega, directora de Relaciones Medicas de PiSA Farmacéutica, quien destacó la importancia de buscar alternativas seguras y respaldadas científicamente, siempre asesoradas por un médico.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, el 75% de los mexicanos sufre fatiga relacionada con el estrés laboral, mientras que la Secretaría de Salud reporta que el 19.3% de la población padece ansiedad severa y más del 30% presenta niveles de ansiedad leve o moderada. Estas cifras reflejan la necesidad urgente de generar conciencia sobre la importancia de cuidar la salud mental y física. Adoptar hábitos saludables y explorar tratamientos complementarios, como el uso de probióticos bajo supervisión médica, son medidas esenciales para abordar estos desafíos y mejorar la calidad de vida.

El bienestar integral no es un lujo, sino una necesidad primordial para llevar una vida plena y saludable. Abordar de manera efectiva el estrés y la ansiedad no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también desempeña un papel crucial en la prevención de enfermedades crónicas que pueden impactar tanto a quienes las padecen como a las generaciones futuras.

El manejo adecuado del estrés tiene beneficios individuales, como un mejor desempeño personal, laboral y emocional, además también fortalece el tejido social al fomentar relaciones más sanas y entornos más armónicos. En una sociedad como la nuestra, donde el estrés se ha normalizado como parte de la rutina diaria, es vital reconocer la importancia de invertir tiempo, recursos y atención en prácticas que favorezcan la salud mental y física. El bienestar sin duda transforma vidas individuales, y tiene el poder de mejorar el futuro de nuestra comunidad en su conjunto.

 

 

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