22 de julio: Día Mundial del Cerebro
NEUROREPOSITORIOS,
BIBLIOTECAS BIOLOGICAS
PARA TRATAMIENTOS
INNOVADORES DEL CEREBRO
Cuando
se produce una hemorragia repentina en el cerebro, ocurre una serie de cambios
en respuesta; unos pueden proteger al paciente, pero otros cambios pueden ser
patológicos.
Los
mecanismos subyacentes a los eventos en torno a un accidente cerebrovascular
aún no se han delineado por completo y, actualmente, faltan modelos animales
que puedan capturar con precisión la afección en humanos. Sin embargo, este
obstáculo podría superarse con tejido recolectado de pacientes con accidente
cerebrovascular hemorrágico y almacenado en neurorepositorios.
El
núcleo del neurorepositorio del Hospital Metodista de Houston mantiene una
colección de especímenes relacionados con el sistema nervioso y datos clínicos
de pacientes que han dado su consentimiento de antemano.
"Ahora
contamos con una importante infraestructura que apoya el estudio de la
neurooncología, las enfermedades neurodegenerativas, los accidentes
cerebrovasculares y otras condiciones que afectan al cerebro humano",
explica el doctor Robert Rostomily, investigador principal y supervisor de
operaciones en el neurorepositorio del Hospital Houston Methodist.
"Es
importante destacar que al tener acceso a muestras derivadas de humanos tenemos
ahora plataformas realistas que validan la eficacia de los medicamentos
candidatos y exploran los mecanismos subyacentes de la enfermedad".
En
la actualidad, una parte sustancial de los protocolos biomédicos están
encabezados por la investigación con animales, especialmente en ratones. Los
roedores son relativamente fáciles de obtener, se reproducen bien en cautiverio
y nacen precoces, lo que brinda a los científicos la oportunidad de estudiar
procesos de desarrollo que de otro modo serían inaccesibles en otras especies.
Hoy en día, las herramientas genéticas y moleculares avanzadas han transformado
a los roedores en modelos atractivos para la investigación.
Pero,
¿puede la investigación en otras especies sustituir a la de los humanos? La
sabiduría científica convencional nos dice que, aunque los humanos y los
roedores divergieron de un ancestro común hace unos 80 millones de años,
ciertos aspectos fundamentales del desarrollo y la fisiología se conservan
evolutivamente.
Y,
ciertamente, ha habido una multitud de descubrimientos derivados de la
investigación con roedores en áreas que abarcan la inmunología, la
neurociencia, el cáncer y las enfermedades infecciosas. Sin embargo, una mirada
más profunda, a menudo, revela diferencias específicas de cada especie. Las
enfermedades neurodegenerativas, en particular la enfermedad de Alzheimer, son
un ejemplo evidente ya que ésta no se presenta de forma natural en los
roedores.
"Nos
estamos dando cuenta, de que para las enfermedades cerebrales, el sistema
inmunológico es un factor determinante en las respuestas, ya sea cuando hay
daño de ADN o en presencia de procesos inflamatorios", comenta el doctor
Rostomily. "Pero el sistema inmunológico del ratón es muy diferente al de
los humanos, por lo que no es sorprendente que el trabajo sobre enfermedades
neurodegenerativas, hemorragias intracerebrales y accidentes cerebrovasculares
se haya traducido muy mal en los humanos".
IMPOTANCIA DE ESTA NOVEDAD
Los
neurorepositorios, por lo tanto, llenan un vacío importante al proporcionar
acceso a muestras derivadas de humanos con enfermedades neurodegenerativas,
cáncer y otras condiciones cerebrales. En el Hospital Houston Methodist, las
células cancerosas derivadas de pacientes, generadas a partir de muestras
almacenadas, se utilizan para crear injertos de tumores cerebrales primarios.
Luego, aprovechando las muchas ventajas de los roedores, estos xenoinjertos se
implantan en ratones inmunodeprimidos para estudiar la progresión del cáncer.
Este trabajo se ha extendido ahora a la investigación de tumores cerebrales con
metástasis y otros cánceres del sistema nervioso central.
"Nuestra
base de datos ayuda a las personas que estudian el meningioma. Tenemos también
un grupo que investiga los linfomas primarios del sistema nervioso central.
Además, investigamos cáncer cerebral y accidentes cerebrovasculares”, apunta el
investigador del Hospital Houston Methodist.
"Podemos
observar las muestras cuidadosamente para validar las observaciones que hemos
hecho previamente en modelos preclínicos", explica el doctor Muralidhar
Hegde, profesor en neurocirugía del Hospital Houston Methodist. "Lo que
hace que nuestro trabajo sea más relevante para la condición humana, no son
únicamente las muestras, sino también los conocimientos de los médicos y los
datos clínicos".
Si
bien es un recurso invaluable para la investigación del cerebro, el
neurorepositorio requiere una planificación estratégica significativa. Los
pasos necesarios son considerables: se deben recolectar formularios de
consentimiento para pacientes internos y ambulatorios y se deben obtener,
procesar y almacenar muestras del quirófano, todo mientras se preservan los
derechos de privacidad de los participantes.
En
un futuro próximo, los datos de imágenes de los pacientes podrían vincularse
con los datos genómicos y moleculares existentes en los neurorepositorios, y
las investigaciones de diferentes laboratorios podrían compartirse y
actualizarse en la base de datos. En última instancia, esa información completa
podría servir como conjuntos de entrenamiento para la inteligencia artificial,
que luego podrían integrar todos los datos y ayudar a decidir tratamientos
individualizados para los pacientes.
Por
lo tanto, los neurorepositorios amplían el conjunto de herramientas del
investigador del cerebro en muchas formas. Al proporcionar acceso a muestras de
tejido derivadas de pacientes, los investigadores tienen una ventana para
comprender la progresión de la enfermedad en humanos, probar la eficacia de los
medicamentos y mejorar la terapéutica.
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