martes, 13 de diciembre de 2022

 

DIEZ TIPS PARA GESTIONAR LA

ESCASEZ DE AGUA EN EL 2023

 


*México presenta condiciones desfavorables para alcanzar la seguridad hídrica

 

 

SAN ANTONIO, Texas.- Durante el 2022 vimos el problema de agua que presenta México y muchas partes del mundo; para muestra basta recordar la agonía que sufrieron los habitantes de Monterrey, la segunda ciudad más grande de nuestro país, que pasó meses sin poder satisfacer las necesidades básicas de la población a miles de familias después de que sus fuentes principales de agua se secaron.

México padece hoy la crisis del agua que ya se vaticinaba hace 45 años por la ONU.

Con desiertos en cerca de la mitad del territorio, tiene un estrés hídrico extremadamente alto. Según los datos de CONAGUA, a principios de diciembre de 2022, el 53% de las presas del país estaban por debajo del 80% de su capacidad.

Un signo de desgaste tanto de nuestro sistema de administración del recurso, como de nuestra relación con el agua. El clima ya no es nuestro aliado.

Al respecto, la doctora Rosario Sánchez Flores, co-presidenta de la Comisión de Acuíferos Transfronterizos de la Asociación Internacional de Hidrogeólogos y Directora del Foro Permanente de Aguas Binacionales entre México y Estados Unidos opina: “Aunque no lo parezca, vivimos un momento histórico y más tarde que temprano tendremos que ajustarnos a la nueva realidad de escasez de agua y de condiciones ambientales desde nuestro hogar y en el entorno familiar”.

De acuerdo a la doctora Sánchez, existen muchas medidas para adoptar en la vida diaria que pueden facilitar la adaptación en torno al manejo del agua en nuestro hogar:

   Comprar frutas, verduras, carnes en negocios locales o mercados regionales, pues reduce la huella hídrica y de carbono.

   Elegir jardines, jardineras, y plantas más resilientes como plantas ornamentales de climas áridos que disminuyan significativamente el consumo de agua para riego. El uso de agua potable para riego de jardines ya constituye una violación a la ley en muchas partes del mundo.

   Plantar hortalizas y legumbres para consumo doméstico, ya que ayuda a reducir la siembra industrializada que proviene de otras partes del mundo y su respectivo consumo de agua. Así como la siembra de árboles que brinden sombra para mejorar los microclimas. Es importante involucrar a los menores del hogar en esta tarea para fomentar el conocimiento familiar, educación ambiental y valores hacia la protección del agua y de los servicios ambientales.

   Reportar o arreglar sus fugas ya que el 30% del agua se desperdicia de esta forma.

   Recolectar el agua de lluvia por medio de contenedores para riego en casa, para recarga local de acuíferos y/o usos no domésticos.

   Cuidar las áreas verdes existentes y no maltratar la fauna y flora en espacios cercanos a casa, en visitas a zonas abiertas como bosques o sierras y centros vacacionales, y evitar encender fogatas.

   Educar a los niños en la protección y conservación del agua y de los sistemas que proveen agua a las regiones. Los valores ambientales son efectivos siempre y cuando se fomenten a temprana edad.

   Hervir el agua por lo menos 5 minutos antes de tomarla, si duda de su calidad.

   Antes de adquirir un inmueble, revisar si la ubicación está en zonas de inundación o deslave. Al construir una casa, considerar integrar infraestructura gris para el reúso de agua de manera doméstica.

   Recordar que el agua atrae agua; mientras más áreas verdes se fomentan, más alta será la resiliencia del sistema a la escasez y al aumento de la temperatura.

Debemos hacer conciencia que México presenta condiciones desfavorables para alcanzar la seguridad hídrica, tanto en infraestructura como en administración del recurso y sobre todo en términos de educación, de concientización y de responsabilidad social. El agua superficial ya no es una opción para las demandas actuales de agua, y por lo menos más de la mitad de nuestros acuíferos están sobreexplotados.

 

 

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