¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE
EL SILENCIO?
El
silencio es esencial para nuestro bienestar. El explorador, abogado y editor
Erling Kagge, quien pasó 50 días caminando en solitario por la Antártida,
ahonda sobre su relevancia.
“Hoy
el silencio es un producto de lujo”. Eso afirma el explorador, abogado y editor
noruego Erling Kagge. Junto con la monja cisterciense Rosa Ana Izquierdo y el
escritor Óscar Esquivias, participó en el Foro de la Cultura de Burgos para
hacer un alegato en defensa del silencio como pieza esencial de la existencia.
Kagge,
la primera persona que ha alcanzado los polos Norte y Sur y la cima del
Everest, ha pasado largo tiempo experimentando el silencio. No se trata sólo de
evitar el ruido exterior, sino de encontrar el silencio interior para
neutralizar todo aquello que nos perturba.
Eso
es lo que aprendió de forma inesperada durante los 50 días que pasó caminando
en solitario por la Antártida. Allí, en medio del blanco infinito, sintió una
detonación interna, una conexión con el entorno que cambió su vida totalmente.
«El mundo desaparece cuando te fundes con él, decía el filósofo Martin
Heidegger. Y eso fue exactamente lo que me pasó», recuerda.
Rosa
Ana Izquierdo está acostumbrada a la ausencia de ruido en el convento de la iglesia
de San Bernardo de Burgos, donde vive. En estos tiempos de estruendos e
hiperconexión, el silencio es necesario para reconectar con la realidad.
«Sin
duda es el terreno fértil del que nace la creación, esencial para escuchar el
latido de lo que nos rodea», añadió Óscar Esquivias.
Y
también para poder mantener nuestra capacidad de concentración, pues, como
explicó Kagge, según apunta un estudio de Microsoft, desde el año 2000 y debido
al alud digital que nos sepulta, nuestra capacidad de mantener la atención ha
disminuido de doce segundos a tan sólo ocho: un segundo menos que la de los
peces dorados.
«Aislarse
del mundo no consiste en dar la espalda al entorno, sino en ver el mundo con un
poco más de claridad, mantener el rumbo e intentar amar la vida», añade este
polifacético noruego.
Autor
del libro El silencio en la era del ruido,
afirma que es necesario desconectar cada día un rato y no estar siempre
accesibles. Sólo así conseguiremos la paz interior suficiente para poder
maravillarnos ante la vida, «una de las formas más puras de felicidad que se me
ocurren».
Kagge
asegura que su mayor proeza no ha sido ir al polo Sur, que, técnicamente, no
tiene más secreto que poner un pie tras otro un número determinado de veces,
sino «saber encontrar el silencio en la vida cotidiana.
Gracias
a ello a veces soy como el poeta William Blake, incapaz de distinguir la
eternidad de un instante». Kagge se refiere a un precioso verso de Augurios de
inocencia que dice así:
«Para ver un mundo en un grano de arena y un cielo
en una flor silvestre, abarca el infinito en la palma de la mano y la eternidad
en una hora».
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