lunes, 18 de julio de 2022

 

¿CÓMO AFECTA LA VIRUELA DEL MONO A LA PIEL?

 


*Las erupciones presentan elevación, líquido transparente y, finalmente, cicatrices

 

 

La viruela del mono continúa propagándose por todo el mundo, y México no es la excepción. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ubica a nuestro país en el cuarto lugar en América Latina con el mayor número de casos reportados, los cuales se concentran en tres entidades: Ciudad de México, Jalisco y Estado de México.

Esta enfermedad vírica, capaz de transmitirse de animales a humanos y de persona a persona, se caracteriza por la aparición de fiebre, malestar de cabeza intenso, dolores musculares, molestia en la espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados y, principalmente, por erupciones en la piel.

“Las características de estas lesiones van desde manchas rojizas, en un inicio, hasta manifestaciones elevadas que se ulceran y dejan una costra gruesa a manera que evolucionan. Si bien pueden aparecer en la cara, extremedidades superiores e inferiores, así como en genitales, tienen la capacidad de diseminarse por todo el cuerpo.

“Es importante saber que el virus causante tiene una incubación de 10 a 12 días después del contagio, el cual se lleva a cabo de una persona a otra por el contacto estrecho con erupciones activas, líquidos corporales, gotas respiratorias y materiales contaminados, como la ropa de cama”, explica Jatziri Chávez Bernal, directora del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE).

Las lesiones cutáneas suelen aparecer de uno a cinco días después de que el paciente empieza con fiebre. En un principio, se trata de manchas bien delimitadas de pocos milímetros, mismas que comienzan a abultarse con el paso de los días y presentan contenido líquido claro.

“Dichas erupciones son contagiosas y rascarlas de manera constante puede favorecer su diseminación, así como la formación de cicatrices”, indica la dermatóloga clínica y oncológica. Si la profundidad de las lesiones es considerable, pueden producirse marcas permanentes incluso sin ningún tipo de manipulación.

No obstante, la gravedad de las huellas depende en gran medida del proceso de cicatrización de cada persona. Otra evidencia hasta el momento es que los pacientes de piel oscura pueden presentar áreas más claras en el lugar donde estuvieron las manifestaciones cutáneas.

Los enfermos de viruela del mono deben ser tratados tanto por infectólogos como por dermatólogos. Además, se les recomienda aislarse por un periodo de dos a tres semanas para evitar la propagación del virus. Cuando interactúen con otras personas, deben usar cubrebocas sin excepciones, así como evitar el contacto estrecho y, sobre todo, de tipo sexual.

“Como dermatólogos, el tratamiento que indicamos va encaminado a ayudar a secar las lesiones de forma más rápida, así como a impedir la formación de cicatrices permanentes”, señala Jatziri Chávez Bernal, directora del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE).

 

 

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