EL PODER DEL CONSUMIDOR
INTERPONE DENUNCIAS EN CONTRA
DE FUNCIONARIOS Y
EXFUNCIONARIOS DE LA COFEPRIS
●Un juicio en Estados Unidos revela
comunicaciones entre exfuncionarios de COFEPRIS y Coca-Cola en los años 2013 a
2016, para desarrollar la política de etiquetado en favor de esta empresa
En
conferencia de prensa la organización civil El
Poder del Consumidor (EPC), informó que en días pasados se presentaron
diversas denuncias ante la Secretaría de la Función Pública en contra de
funcionarios actuales y exfuncionarios de la Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), relacionados con posibles
conflictos de interés y el ocultamiento de los mismos.
Las
denuncias en las que se presume un conflicto de interés se presentaron por las
comunicaciones que tuvieron, entre 2013 y 2016, altos miembros de la COFEPRIS,
como Patricio Caso y Álvaro Pérez Vega, con directivos de la empresa Coca-Cola.
La
finalidad de estas reuniones fue diseñar el antiguo etiquetado de alimentos
(GDA), ampliamente criticado por la sociedad civil, la academia y los
organismos internacionales. También, las comunicaciones reflejan que la
COFEPRIS y Coca-Cola buscaban colaborar en una defensa en conjunto contra los
amparos que se habían sido presentados, en 2014 y 2015, por El Poder del
Consumidor y otras organizaciones de la sociedad civil, contra la autoridad y
la empresa.
Desde
2011, la industria de alimentos y bebidas no alcohólicas introdujo en el país
el etiquetado llamado Guías Diarias de Alimentación (GDA) de manera voluntaria.
La primera empresa en hacerlo fue Coca-Cola. Se trataba de un etiquetado
formulado y propuesto por la industria de alimentos, que establecía un criterio
de azúcar del doble del máximo recomendado por la organización mundial de la
salud el cual fue permitido por las autoridades.
Posteriormente,
en 2014 y, mediante un proceso opaco en el que se excluyó a sectores de la
sociedad civil, la academia y los organismos internacionales y en desapego a la
ley, la COFEPRIS al mando de Mikel Arriola volvió obligatorio el uso de este
etiquetado. Todo esto pese a que la propia oms/ops, organizaciones de la
sociedad civil y la academia se opusieron. Vale la pena recordar las cartas de
OPS/OMS enviadas a la Secretaría de Salud, en las que se manifestó la
ineficiencia de este etiquetado.
ETIQUETADO AMAÑADO
Además,
mediante solicitudes de acceso a la información, se pidió información sobre la
creación de este etiquetado, sobre la cual, la COFEPRIS respondió que el
etiquetado no había sido elaborado por un grupo de expertos, únicamente por dos
abogados y una ingeniera.
Una
de estas personas, informó COFEPRIS fue Patricio Caso Prado, exfuncionario de
la misma Comisión y que ahora trabaja para Coca-Cola.
Ante
la opacidad de la autoridad y la ineficiencia del etiquetado, el Poder del
Consumidor, diversos consumidores y otras asociaciones civiles, interpusieron
demandas de amparo en contra de la COFEPRIS, llamando al juicio a Coca-Cola y
sus subsidiarias, como Jugos del Valle, como terceras interesadas.
A
la par y derivado de dichos juicios de amparo, en 2020 se inició un proceso
legal en los Estados Unidos llamado Foreign Legal Assistance (FLA), en el cual
se puede obtener información de empresas estadounidenses que sean relevantes
para un juicio en el extranjero.
Así,
un Juez en Atlanta de los Estados Unidos resolvió a favor esta petición y,
mediante negociaciones con abogados de la empresa Coca-Cola Company, se
obtuvieron diversos documentos, entre los cuales se encontraban comunicaciones
que habían tenido altos miembros de la COFEPRIS con directivos de la empresa.
En
los correos se expresaba que los miembros de la COFEPRIS entre 2013 y 2016 se
habían reunido con el personal de Coca-Cola para dos temas. El primero,
colaborar mutuamente en la elaboración del etiquetado GDA.
El
segundo, colaborar en una defensa sobre los litigios presentados por EPC y
otras organizaciones contra la COFEPRIS y Coca-Cola, en las que se incluyen
documentos con información para las pruebas periciales de los juicios y
propuestas de reuniones entre funcionarios y personal de la refresquera.
“Estas
interacciones, en las que el actuar de los servidores no es imparcial, si no
que privilegia a un tercero, en este caso Coca-Cola, y en el que el interés de
la institución, que debería ser la salud pública, es dejado de lado y se
anteponen intereses particulares de una empresa; todas estas representan un
conflicto de interés de los exfuncionarios de la COFEPRIS”, declaró Javier
Zúñiga, coordinador del área jurídica de El Poder del Consumidor.
INFORMACION “INCOMPLETA”
Sin
embargo, no toda la información fue otorgada, por lo que, se buscó más
información sobre estos correos, mediante solicitudes de acceso a la
información.
Ante
esto, la respuesta de la autoridad fue declarar lo solicitado como inexistente.
También se informó que, por política de correo interna, cada funcionario era
responsable del uso de su información contenida en cuentas institucionales.
Al
no encontrarse la información, se presume que la información solicitada pudo
haber sido destruida por los propios funcionarios involucrados en las
comunicaciones.
Ante
esta respuesta, EPC interpuso los recursos correspondientes ante el Instituto
Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos
Personales (INAI), mismos que fueron ganados, sin que hasta el momento se hayan
cumplido las resoluciones.
De
esta manera, tanto el incumplimiento de los funcionarios actuales por no
otorgar la información solicitada, como por el conflicto de interés de los
exfuncionarios de la COFEPRIS, se presentaron una serie de denuncias ante la
Secretaría de la Función Pública.
Algunos
de los denunciados son Patricio Caso, Álvaro Pérez Vega y Mikel Arriola, entre
otros.
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