LA 4T DEBE AUMENTAR EL PRESUPUESTO EN SALUD PARA PREVENIR LAS ENFERMEDADES
Y REDUCIR PRODUCTOS QUE LAS OCASIONAN
*Con prevención, el sector más pobre de la población es quien tiene los
mayores beneficios en salud y en la reducción de los costos de bolsillo para
atender enfermedades
El consumo de tabaco, alcohol, bebidas azucaradas y alimentos no esenciales
aumentaron su carga global de enfermedad, que afectaron la salud de millones de
mexicanos.
En el año 2017, el consumo de bebidas azucaradas causó al menos 16 mil 348
muertes (2.3% del total de éstas con factor de riesgo identificado); fumar se
asoció con 59 mil 55 (8.4% del total de muertes) y al uso de alcohol se le
atribuyeron 51 mil 575 muertes (7.2% del total de muertes).
De forma paralela y contradictoria, durante los últimos años de la pasada
administración disminuyó el presupuesto en salud en 4% en términos reales, con
una reducción en el número de usuarios de instituciones y programas de salud en
5.6 millones de personas. Al 2017, el gasto público en salud representó solo el
2.8% como porcentaje del Producto Interno Bruto, el más bajo en los últimos 9
años.
El alcohol, el tabaco, las bebidas azucaradas y la comida chatarra tienen
factores en común: generan externalidades negativas: elevados costos para el
sector salud y para la economía de las familias; son productos de los que la
población tiene información insuficiente sobre sus daños en salud; son
productos adictivos, se asocian con problemas de autocontrol o con consumo
compulsivo.
Frente a este panorama resulta urgente un aumento en los impuestos a estos
productos ya que se traducen en reducciones en su consumo y beneficios para la
salud.
A pesar de que México ya cuenta con un impuesto a estos productos, estos
son bajos comparados con otros países. Además, estos impuestos especiales
deberían ser etiquetados como parte del presupuesto en salud, como una forma de
corrección de las externalidades generadas por el consumo de estos productos.
Alejandro Calvillo, miembro de la Alianza por la Salud Alimentaria declaró:
“México debe fortalecer sus políticas públicas para la prevención de
enfermedades no transmisibles, las muertes prevenibles que están directamente
asociadas con el 18% del total de muertes con factor de riesgo asociado. Si el
sello distintivo de la 4T es la preocupación por las necesidades de la gente,
tanto el gobierno de la República como el Congreso de la Unión deben tomar
acción para alcanzar el máximo grado de protección del derecho a la salud,
siguiendo las recomendaciones de la OMS para disminuir la carga de las
enfermedades no transmisibles con medidas fiscales, etiquetados de advertencia,
regulación de publicidad, etc”.
Diversos análisis han demostrado que los impuestos a estos productos tienen
mayores beneficios en los sectores más pobres de la población ya que reducen
más su consumo y en consecuencia se pueden lograr beneficios a la salud. Adicionalmente,
la recaudación puede utilizarse en programas dirigidos a este sector de la
población.
Por su parte, Erick Antonio Ochoa, responsable del Área de control de
Tabaco de la Coalición México SaludHable, declaró: “Vemos con
preocupación que una minoría de legisladores anticipa que no habrá ajustes a
los impuestos saludables. Si hay un compromiso del gobierno por no subir
impuestos, nosotros entendemos que son impuestos generales, no los impuestos
específicos que son fundamentales como política de salud pública dirigidas a
reducir el consumo de productos que dañan la salud y que, al mismo tiempo
pueden mejorar el financiamiento del sistema de salud.
“En suma, ¿cómo mejorar la atención en los hospitales en la sierra de
Oaxaca, en Los Altos de Chiapas, en la Montaña o la Costa Chica de Guerrero?, no
será si los costos de atención médica aumentan por falta de políticas públicas
de prevención o porque se beneficie a algunas empresas con impuestos bajos”,
añadió Erick Antonio.
Con el Acuerdo de Certidumbre Tributaria firmado por Peña Nieto en 2014 se
vino abajo cualquier posibilidad de revisar y actualizar impuestos saludables
al tabaco o las bebidas azucaradas y los alimentos no esenciales. Tan es así,
que hoy, por ejemplo, los impuestos específicos al tabaco son 30% menores que
en 2010, cuando se hizo el último ajuste a la política fiscal.
Un pequeño ajuste a las tasas impositivas de los productos que más enferman
y matan podría aumentar en más de 50 mil millones de pesos la recaudación. Si
es interés del presidente y de los legisladores del Congreso, desde las
organizaciones civiles se está de acuerdo que se etiqueten para fortalecer la
atención médica en los estados y municipios que más lo necesitan, aunado que
podría mejorarse el presupuesto en hospitales que atienden a más personas por
casos de diabetes, enfermedades cardiovasculares, diversos tipos de cáncer y
enfermedades pulmonares asociadas.
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