lunes, 16 de enero de 2017


LA FALTA DE SUEÑO INDUCE A COMER Y EL HAMBRE CAUSA INSOMNIO


*Científicos de la Universidad de Nueva York lograron aislar los genes que regulan el conflicto sueño-hambre


La falta de sueño hace que se tengan ganas de comer y el hambre quita las ganas de dormir. Este hallazgo de los investigadores ofrece nuevas pistas sobre cómo elige el cerebro las distintas conductas claves para la supervivencia.
Los biólogos de la Universidad de Nueva York, en colaboración con neurobiólogos de la Universidad de Massachusetts, lograron aislar genes que regulan el conflicto sueño-hambre.
Estudios anteriores ya han demostrado que los sistemas neuronales que controlan el sueño y la alimentación en los mamíferos están interconectados; sin embargo, poco se sabía sobre los genes y bases neuronales de esta interacción.
Los investigadores se abocaron a buscar cómo determinar qué genes son responsables de esta asociación de comportamientos.
Para este estudio examinaron la genética de la mosca de la fruta Drosophila, ya que la estructura genética que controla el reloj molecular de estos animales tiene genes homólogos con funciones similares en los mamíferos, como aquellos mecanismos que controlan el sueño y la vigilia o el metabolismo.
Por estos parecidos fue posible identificar, en la mosca de la fruta, los genes que pueden ser utilizados para tratar problemas humanos, como los relacionados con el sueño y el metabolismo.
En primer lugar, los científicos determinaron que, en las moscas de la fruta, la privación de alimento les producía insomnio, lo que significa que la falta de comida afecta las conductas de sueño de estas moscas de la misma forma en la que lo hace sobre el sueño de los mamíferos.
Después, se propusieron aislar los genes y neuronas responsables de regular estos comportamientos y, tras realizar un screening inicial de dos mil genes, identificaron cerca de 12 implicados en la interacción entre alimentación y sueño.
Entre esta docena de genes, eligieron dos -Clock (Clk) y cycle (cyc)- que juegan un papel en la regulación del reloj biológico de las moscas de la fruta.
Ambos genes, cuya actividad era particularmente importante tanto en el sueño como en la alimentación, están también presentes en los mamíferos.
Con el objetivo de determinar el impacto de estos dos genes en la relación entre sueño y alimentación, los investigadores examinaron a las moscas de la fruta con y sin los genes Clk y cyc en condiciones de privación de alimento, en las que las moscas sólo recibían un gel líquido que contenía nutrientes cada 24 horas.
Después, controlaron sus movimientos para determinar las características de su sueño.
Los resultados demostraron que dormían tres o cuatro veces menos las moscas hambrientas que no tenían los genes Clk y cyc, en comparación con aquellas que poseían estos genes.
De esta forma, los resultados demostraron que ambos genes ayudaban a conciliar el sueño en condiciones de privación de la alimentación.
De acuerdo con la versión de Alex Keene, investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Nueva York, autor principal de este estudio, “éste es un importante avance en el campo de las aproximaciones a la genética relacionada con las conductas. Sabemos que el cerebro está conectado para realizar más de dos acciones a la vez, pero era menos evidente el rol que los diferentes genes jugaban en estas acciones”.



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