MUERTE
SILENCIOSA POR FALTA DE SUEÑO: EL SUEÑO
MATADOR
*El 80%
de personas con alteraciones en el sueño ni siquiera tiene un diagnóstico y
mucho menos tratamiento
Desde 1999 se han incrementado un 29% las
consultas médicas relacionadas a alteraciones en el sueño y ha habido un
aumento del 293% en las prescripciones de medicamentos relacionados a tratar
esta alteración; el 80% de personas con alteraciones en el sueño ni siquiera
tiene un diagnóstico y mucho menos cuenta con tratamiento, probablemente por la
falta de importancia que la gente le otorga al sueño como parte fundamental de
su salud.
Para ayudar al organismo a tener un gran
impacto positivo en las horas de sueño se deben integrar algunos nutrientes en
la alimentación diaria como las vitaminas A, D, B12 y ácido fólico.
De igual forma beneficiar las horas de sueño se
modificarán los hábitos de consumo alimentario, disminuir la cantidad de grasa
saturada y carbohidratos, ya que estas últimas pueden generar la presencia de
sueño interrumpido y tardar más en conciliarlo.
Si se presentan algunas de los siguientes
condiciones probablemente no está durmiendo bien: diabetes, hiperlipidemias
(colesterol o triglicéridos elevados), enfermedades cardiovasculares, sobrepeso
u obesidad, dificultad para tener el peso óptimo, cansancio durante el día,
despertar con cansancio, ojeras, falta de concentración, pérdida de memoria,
depresión, roncar por las noches, dolor de cabeza frecuente.
Para mejorar la vida drásticamente y observar
cambios casi inmediatos es importante iniciar un tratamiento de manera oportuna
para mejorar el control de glucosa, disminuir la presión arterial, disminuir el
hígado graso, entre otras mejoras.
En el Centro de Nutrición y Medicina Funcional
(CNMF) se han identificado algunos suplementos para ayudar a los pacientes con
sus problemas de sueño: melatonina, taurina, magnesio, L-theanina, bálsamo de limón,
passiflora, entre otros.
Las recomendaciones con las que se puede
comenzar a mejorar la calidad de sueño son: evitar estimulantes como cafeína y
alcohol desde las 12:00 del mediodía, mantener un peso saludable, evitar
descongestivos nasales o medicamentos para la gripe, evitar la actividad física
después de las 6:00 de la tarde, no realizar actividades que puedan provocar
ansiedad cerca de la hora de dormir, evitar tener televisión o dispositivos
digitales en el cuarto, mantener un horario de sueño fijo de entre 7-9 horas,
no ir a la cama después de las 11:00 de la noche, no tomar siestas mayores a 45
minutos, realizar una cena ligera evitando comida muy condimentada o picante,
realizar el último alimento 3 horas antes de ir a dormir, limitar la ingesta de
líquidos y tomar una ducha de agua caliente.
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