SIETE IDEAS DE DESAYUNO PARA
CATAPULTAR TU CEREBRO
Desde
siempre es bien sabido que el desayuno es el alimento más importante del día
pero, ¿realmente sabemos por qué? Ante esta pregunta, el doctor Randall Wright,
médico neurólogo del Hospital Houston Methodist, nos explica por qué desayunar,
además de darnos la energía suficiente para comenzar nuestro día, ayuda a
nuestro cerebro a tener un mejor funcionamiento.
Al
doctor Randall Wright le gusta pensar en el “desayuno para el cerebro” como un
momento en el día en el que tenemos la oportunidad de llenar nuestro cuerpo con
alimentos que nos dan un impulso de alto octanaje, proporcionando energía,
cognición y claridad al cerebro durante horas.
“Desayunar
una variedad de frutas frescas, verduras, granos, nueces y semillas, y toda la
nutrición que estos alimentos ofrecen, le da a tu cerebro el combustible que
necesita para el día. El cerebro es el órgano que más energía utiliza en
nuestro cuerpo, por ello si lo alimentamos de manera correcta, estaremos
realmente haciéndole un gran favor”, explicó el especialista.
“Pero
si eres de los que no sienten hambre cuando despiertas, esperar para comer
también, está bien. El ayuno intermitente es beneficioso para el cerebro.
Saltarse los bocadillos de medianoche y pasar de 12 a 14 horas sin comer
permite que los niveles de glucosa en el cuerpo bajen, lo que da un “descanso”
de comer y permite que los transmisores cerebrales se limpien y reinicien. Sin
embargo, este tipo de práctica debe ser supervisada por un nutriólogo o un
médico especializado en nutrición, ya que el ayuno no controlado puede
conllevar a otros problemas metabólicos”, explicó el doctor Wright.
El
especialista afirmó que está bien tomar café y agua en esas primeras horas de
la mañana antes de que comience el hambre.
Pero
hay que tener cuidado de no caer en la tentación de comer cualquier cosa, ya
que esto nos llevará a probar donas, pan de dulce o cereales cuyo contenido
calórico es superior al recomendado. Si te viene a la mente la imagen de una
dona glaseada tibia goteando azúcar, eso es lo que NO debes comer.
“Sí,
le darás satisfacción a tu estómago, pero no le harás bien a tu cerebro”,
comentó el Dr. Wright.
El
cerebro no está diseñado para manejar grandes volúmenes de glucosa. Una carga
de azúcar puede iniciar un círculo vicioso de antojos y tentar a las personas a
comer un par de donas, para luego volver a sentir hambre en poco tiempo. Los
niveles de glucosa en el cerebro aumentan, luego disminuyen y luego aumentan
nuevamente.
El
doctor Wright también alertó sobre mantenernos bien hidratados, ya que, “a
veces confundimos el hambre con la sed y sólo necesitamos de 180 a 250
mililitros de agua para reanudar cualquier actividad. Nuestros cerebros están
hechos principalmente de agua, por lo que incluso una pequeña deshidratación
puede afectar nuestro pensamiento”.
Además,
el mejor desayuno para el cerebro necesita dos ingredientes clave que solo tú
controlas: el ejercicio y el sueño. Ambos son fundamentales para la salud del
cerebro.
SIETE DESAYUNOS PERFECTOS
Lunes: Toast o pan integral con
aguacate y huevo, acompañado de un plato de frutos rojos.
Martes: Avena preparada con
arándanos y nueces.
Miércoles: Salmón con fruta en cubos
a un lado.
Jueves: Requesón o queso cottage
con duraznos, semillas y nueces.
Viernes: 2 o 3 rebanadas de queso
panela, uvas, almendras, acompañado de galletas de trigo integral y huevo duro.
Sábado: Tortilla de 2 huevos con
un arcoíris de vegetales que incluyan pimientos rojos, verdes, naranjas y
amarillos, cebollas y jitomates.
Domingo: Yogur griego natural
acompañado de tus tres frutas favoritas y cubierto con nueces.
“Las
personas activas pueden tener un gran poder cerebral. El simple hecho de
moverse hace que la sangre fluya hacia el cerebro. De igual importancia es la
necesidad del cerebro de dormir lo suficiente para recargar energías y
prepararse para los más de seis mil pensamientos que tenemos al día en
promedio”, concluyó el doctor Wright, especialista del Hospital Houston
Methodist.
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