jueves, 9 de diciembre de 2021

 

EL CÁNCER CERVICOUTERINO DEBE ATENDERSE DESDE ENFOQUE MULTIDISCIPLINARIO PARA FORTALECER SALUD DE MUJERES

 


 

La atención de este tipo de cáncer debe realizarse desde un enfoque multidisciplinario que complemente las acciones dirigidas a elevar el bienestar físico y emocional de las pacientes durante su diagnóstico y tratamiento para maximizar su calidad de vida.

El enfoque integral establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020 para la erradicación del CaCu está conformado por tres pilares, prevención, detección efectiva y tratamiento de lesiones precancerosas, el cual ha sido adoptado por el Modelo para la Atención del Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado (MICAELA) del Instituto Nacional de Cancerología.

La atención individualizada, protocolizada e integral es el eje fundamental del programa MICAELA, que ofrece a sus pacientes incorporadas tratamiento en las áreas de oncología médica, nutrición, psico-oncología y algología, acciones que contribuyen a mejorar el abordaje terapéutico de las pacientes con CaCu.

El apoyo en oncología permite la individualización de esquemas de tratamientos en esta área, de acuerdo al perfil de cada paciente, con y sin comorbilidades, con y sin deterioro renal o edad geriátrica.

La atención nutricional se enfoca en identificar a las pacientes en riesgo de desnutrición o desnutridas antes, durante o después del tratamiento oncológico ya que esta condición es frecuente en pacientes con cáncer, oscila entre el 40% y 80%. Así como la realización de tamizaje y evaluación nutricional en pacientes que acuden por primera vez a consulta, utilizando métodos antropométricos, clínicos y dietéticos para un diagnóstico certero nutricional.

 

                   DISTRES EMOCIONAL

 

Mientras que la atención de psico-oncología permite detectar riesgos de distrés emocional para identificar a las pacientes y sus cuidadores primarios que requieren atención psicológica por presentar ansiedad, depresión o afrontamiento desadaptativa, consulta para fortalecer la adhesión terapéutica.

Por otra parte, el apoyo algológico, permite dar seguimiento al dolor y sintomatología ocasionada por el tratamiento oncológico o por dicho padecimiento, que permite una óptima calidad de vida.

Actualmente, MICAELA cuenta con mil 170 pacientes con cáncer cervicouterino incorporadas, de diferentes estados de la República y que no cuentan con seguridad social; quienes durante 2021 han recibido más de 17 mil consultas en las áreas de cobertura del Programa como, oncología, nutrición clínica, manejo del dolor y psico-oncología.

Entre las acciones del programa MICAELA destacan la prevención primaria mediante promoción de la salud tendiente a reducir el riesgo de infección por VPH (Virus de Papiloma Humano), proporcionar información relevante sobre sexualidad saludable y reducción de factores de riesgo, así como, capacitación de profesionales de la salud de diversos estados; prevención secundaria, a través de tamizaje y tratamiento de lesiones precancerosas, atención y tratamiento del cáncer cervicouterino.

A partir de su creación, el Programa MICAELA ha otorgado 24 mil 727 consultas. Ha contribuido a la educación médica continua capacitando a más de tres mil profesionales de la salud de los servicios estatales de salud donde se priorizó la actualización en entidades con alta prevalencia de CaCu. Con el objetivo de colaborar en la formación de recursos humanos en salud especializados en la atención del CaCu, fortalecer sus capacidades para diagnosticar oportunamente a las pacientes, sensibilizar sobre el uso de la vacuna contra VPH para promoverla entre la población y estandarización de tratamientos oncológicos multisectoriales con base en el modelo integral “MICAELA”.

El programa MICAELA considera la prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento integral como sus ejes de acción para que los ciudadanos cuenten con información oportuna sobre los riesgos y oportunidades de atención del CaCu que permita contribuir en la disminución de la incidencia, prevalencia y mortalidad de esta enfermedad.

Para ello, cuenta con un plan de difusión dirigido a mujeres en condiciones de riesgo y personas que comparten su entorno social, que tiene como propósito difundir acciones preventivas, así como detección oportuna mediante la toma de papanicolaou e importancia de acudir anualmente a su unidad de salud para un tamizaje oportuno.

La prevención de cáncer cervicouterino es responsabilidad de hombres y mujeres, por ello, informarse sobre los factores de riesgo y cómo evitarlos es una parte de la concientización que debemos asumir para disminuir la incidencia de CaCu.

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