ESTAR AL PENDIENTE DE LA SALUD AUMENTA EXPECTATIVA DE VIDA
*Estudio proporcionado por la Doctora Noemí Santos, directora médica de
Landsteiner Scientific,
Se acerca fin de año y con él, el momento en que escucharemos las
12 campanadas que le darán la bienvenida al 2016.
Luego de alzar nuestras copas y brindar, abrazaremos a nuestros
seres queridos y les desearemos muchos años más de vida saludable, deseos que
esperamos se concreten, pues éstos dependen de los cuidados y las medidas de
prevención que implementemos en nuestra vida cotidiana.
Estos momentos se relacionan con la información del INEGI, que
afirma que en México la esperanza de vida al nacer ha pasado de ser de 47 años
en 1950 a 74 años en 2015.
Entre otras razones, esto se debe a una adecuada atención de las
enfermedades infecciosas provocadas por bacterias, hongos y virus, que se
transmiten directa o indirectamente de una persona a otra, como las
enfermedades diarreicas y respiratorias, la tuberculosis, el paludismo, el
dengue, entre otras.
Por otro lado, el hecho de vivir prácticamente 30 años más ha
traído como consecuencia el que las enfermedades crónicas como la diabetes, las
enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la depresión y el cáncer, tengan
más tiempo para desarrollarse.
Pero, la buena noticia es que mediante el autocuidado, todos y
cada uno de nosotros podemos prevenir estas afecciones o, en el último de los
casos, las complicaciones asociadas a ellas, todo a través de un estilo de vida
enfocado en la conservación de la salud en lugar de sólo la atención de la
enfermedad, lo cual aumenta en demasía nuestras posibilidades de una mejor y
longeva vida.
Esta época de fin de año es la oportunidad perfecta para incluir
en nuestros propósitos de 2016 una primera acción que es fundamental para tomar
el control del cuidado de nuestra salud: la revisión médica general.
ENEMIGOS SILENCIOSOS
Y es que muchas de las enfermedades crónicas comienzan a
desarrollarse de manera “silenciosa”, por lo que es recomendable acudir con el
doctor al menos una vez al año, aunque no haya enfermedades o molestias.
Hay que hacer esto sobre todo si se tienen familiares con
antecedentes de alguna enfermedad que pueda ser un factor de riesgo.
Durante esta revisión, de acuerdo con nuestra edad y nuestro sexo,
el médico analizará nuestra presión arterial, Índice de Masa Corporal (IMC),
peso y talla.
Mediante exámenes de laboratorio, a partir de muestras de sangre y
orina, también conocerá los niveles de glucosa y colesterol y de otras sustancias
que proporcionan información sobre el adecuado funcionamiento del hígado y
riñones.
Después, de acuerdo con la edad, sexo y antecedentes de cada
paciente, el médico puede sugerir otros estudios específicos como radiografía
de tórax, electrocardiograma o densitometría ósea y, en el caso de las mujeres,
mastografía y Papanicolaou.
En esta temporada, algunos hospitales privados ofrecen paquetes
que incluyen estos estudios a precios especiales o con facilidades de pago.
En el sector público, también existen programas enfocados en la
prevención que se presentan como alternativas accesibles.
Con base en los resultados de nuestra revisión anual, podemos
estar en condiciones de asumir el control del cuidado de nuestra salud.
Hay que tener presente que un diagnóstico oportuno ofrece la
posibilidad de comenzar con el tratamiento adecuado, así como la adopción o
reforzamiento de hábitos saludables como una alimentación balanceada y
actividad física.
Comprometernos a llevar un estilo de vida equilibrado, con la supervisión
de un profesional de la salud, contribuye hoy a nuestro bienestar y el de
nuestras familias y también es la mejor inversión que podemos hacer para
procurarnos un futuro pleno.
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