SERIO IMPACTO DE LOS
REFRESCOS
EN LA SALUD; BEBA AGUA
NATURAL
Dulces,
refrescantes y muy tentadoras, así son las bebidas azucaradas y casi nadie está
exento de consumirlas, aunque sea esporádicamente.
Al
respecto, Martha Flores Mendona, especialista en Nutrición Celular y Medicina
Biológica, manifestó que “el grave problema es que los mexicanos tomamos más refresco que las
personas de otras naciones del mundo. De hecho, somos el país
con mayor número de litros de
refresco consumidos al año”.
Explicó
que, “junto con nuestra propensión a desarrollar obesidad, diabetes tipo 2 y
enfermedades cardiovasculares, nos hace presas de un problema de salud de
magnitudes millonarias y discapacitantes”.
Actualmente,
consumir con gran frecuencia bebidas azucaradas se ha hecho un hábito para
chicos y grandes, lo que contribuye de modo importante a los malos hábitos
adquiridos que se han ido heredando generación tras generación.
Un
mexicano promedio consume 160 litros de refresco al año, según datos obtenidos
de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2014.
De
acuerdo con Martha Flores, si bien la ingesta de ciertos productos sin valor
nutrimental ha sido ampliamente estudiada en los últimos años y se sabe que los
efectos negativos en el organismo rebasan los límites, cabe reiterar que las
opiniones científicas sobre los refrescos sólo se inclinan hacia una sola
respuesta: no son saludables.
Los
científicos y expertos en el tema, afirman que una lata diaria de refresco
prácticamente perjudica todas las partes del organismo, incluyendo el cerebro,
corazón, pulmones y dientes.
CAMBIAR
AGUA POR REFRESCO
El
consumo de bebidas azucaradas representa un claro factor de riesgo para
desarrollar sobrepeso y obesidad y diabetes tipo 2, una enfermedad en la que el
cuerpo no puede controlar apropiadamente el azúcar en la sangre, lo cual puede
ocasionar ceguera, amputación de las extremidades inferiores, ataque cardiaco,
impotencia y la muerte.
El
riesgo de que un niño sea obeso aumenta en 60% con cada bebida azucarada
adicional consumida diariamente, y casi duplican el riesgo de sufrir caries
dentales.
Por
ello, explicó la especialista en Nutrición Celular y Medicina Biológica, “es
urgente que hagamos conciencia de lo que comemos, respiramos y bebemos, y
luchar por una calidad de vida futura para nosotros mismos y las próximas
generaciones”.
Un
paso importante en este sentido es beber agua natural.
El
agua aminora la fatiga, ayuda a tener una mejor digestión y a combatir el
estreñimiento, es auxiliar en la pérdida de peso y en el mantenimiento de una
piel sana, regula la temperatura del cuerpo y mejora el estado de ánimo, entre
otras cosas más.
Cada
día nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos en los que se pierde agua,
por lo que la piel tiende a resecarse, y además disminuye la humedad de nuestro
organismo, necesaria para funcionar bien.
En
condiciones normales y con un adecuado funcionamiento del riñón, una persona
pierde alrededor de mil 450 mililitros de agua al día, distribuidos entre la
orina (500 mililitros), durante la respiración, como vapor de agua (600
mililitros), en el sudor (200 mililitros) y desde luego, dependiendo de las
condiciones climáticas y actividad física que se realice y por la materia fecal
(150 mililitros).
Por
lo tanto “es necesario que le ayudemos a nuestro cuerpo a mantener el
equilibrio, compensando esta pérdida tomando no menos de 1,450 mililitros de
agua diariamente y mucho mejor si completamos los dos litros”, concluyó la
especialista.
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