miércoles, 30 de diciembre de 2015

LAS ARTERIAS CERRADAS LIMITAN LA CAPACIDAD DE MOVIMIENTO



*Quienes sufren este problema no tienen pulso detrás de las rodillas

*El Hospital Juárez de México desarrolló una técnica de mínima invasión para reestablecer el flujo sanguíneo


“Sentir dolor continuo en una o ambas piernas puede ocultar un problema severo como el cierre de arterias, que limita la capacidad para caminar o puede ser causa de amputación de la extremidad”, explicó el doctor Onésimo Zaldívar Reyna, adscrito al Servicio de Angiología y Cirugía Vascular, del Hospital Juárez de México.
El especialista recomienda que ante los primeros síntomas se debe acudir con un angiólogo para que realice una exploración minuciosa de las arterias.
Explicó que, en el Hospital Juárez de México desarrollaron un método de mínima invasión para tratar la obstrucción de la arteria iliaca, a fin de permitir el rápido restablecimiento del paciente y, lo más importante, evitar con ello la amputación de la extremidad.
Se trata de un procedimiento endovascular, que se realiza por medio de cateterismo para impermeabilizar la arteria y reestablecer el flujo sanguíneo.
“Ahora, con este tipo de operación, el paciente no pasa a terapia intensiva, y sólo se le tiene en control médico. Al día siguiente de la intervención, se va caminando y sin dolor”, destacó el doctor Zaldivar.
La obstrucción de la arteria iliaca se presenta, principalmente, entre pacientes diabéticos fumadores, que no siguen un control adecuado de su enfermedad.
El doctor Onésimo Zaldívar Reyna informó que, semanalmente, en el Hospital Juárez se atiende a entre seis y siete pacientes en urgencia, quienes por lo regular, ya presentan infección o necrosis de algún dedo.

NO ES PROBLEMA DE CIRCULACION

Por ello, consideró importante que los pacientes acudan a su unidad de salud a tiempo, con los primeros síntomas, para evitar complicaciones y, sobre todo, pidió no automedicarse o confundir el padecimiento con un problema de circulación.
Afirmó que, por ejemplo, los pacientes con esta enfermedad, conocida como artereoesclerótica, no presentan pulso en la zona femoral, detrás de la rodilla, ni en los vasos tibiales que están arriba del tobillo.
Esto ocasiona dolor de reposo, que es cuando el paciente se acuesta y tiene que bajar o colgar la pierna, para reducir el dolor.

“El dolor isquémico o falta de sangre, es uno de los dolores más intensos, que cuando ya no es soportable y no se tienen opciones para disminuirlo, el paciente prefiere la amputación de la extremidad, debido al dolor tan intenso que pueden tener”, concluyó.

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