EL VERANO: NUEVO RETO PARA
NIÑOS AFECTADOS
POR INCENDIOS FORESTALES EN
LOS ANGELES
Era
un día soleado típico en Los Ángeles -aparte de los vientos inusualmente
fuertes- y el Dr. Eugene Kim, cirujano en jefe del hospital pediátrico Cedars-Sinai
Guerin Children's, estaba atendiendo a sus pacientes cuando recibió un mensaje
de texto del colegio de su hija.
El
tono era urgente: «Por favor, recoja a su hija ahora». Momentos después, Kim,
director de la División de Cirugía Pediátrica, se enteró de que su comunidad de
Pacific Palisades estaba al borde de una orden de evacuación por incendio
forestal. Corrió a casa para ayudar a su familia a hacer las maletas, pero
estaba seguro, por experiencias pasadas, de que volverían pronto.
La
familia Kim cumple ahora cuatro meses en un apartamento de Santa Mónica: Los
incendios forestales de Los Ángeles, que comenzaron el 7 de enero de 2025 y
devastaron también la comunidad de Altadena, destruyeron su casa.
Las
hijas de Kim, de 13 y 16 años, quedaron desarraigadas de su hogar, su escuela y
su comunidad. En un abrir y cerrar de ojos, se vieron separadas de sus amigos y
no pudieron participar en las actividades locales. Y ahora, con las vacaciones
de verano a la vuelta de la esquina, ellas y muchos otros estudiantes afectados
podrían sufrir más alteraciones en sus rutinas diarias.
CONEXIONES Y CONSTANCIA
Suzanne
Silverstein, MA, ATR, directora fundadora de Share & Care de Cedars-Sinai,
un programa en 30 escuelas del área de Los Ángeles que ayuda a los niños en
riesgo a superar el trauma, dijo que los padres deben estar preparados para
guiar a los niños -muchos de los cuales todavía están de duelo- a través de esa
alteración.
«Las
comunidades de Pacific Palisades y Altadena estaban muy unidas y siguen
sufriendo», dijo Silverstein. «Niños y padres han tenido que enfrentarse a la
pérdida de sus hogares y de sus vínculos con la comunidad. Es un doble golpe, y
es normal que aún estén de duelo».
Silverstein
señaló que los niños del programa Share & Care han recibido objetos
donados, y a menudo les oye decir: «Yo tenía esto en mi casa que se quemó».
Y
añadió: «También tienen dificultades porque han cambiado de colegio -su familia
se ha mudado, o su colegio original ya no existe- y sus amigos están en
colegios diferentes. Han tenido que empezar de nuevo».
Silverstein
subraya la importancia de mantener los contactos, especialmente durante las
vacaciones de verano. Anima a los padres a organizar reuniones para jugar con
amigos que se han trasladado a otras zonas: «Familias enteras pueden volver a
conectar, lo que puede ser un regalo para tener a todos juntos y vivir
experiencias positivas, y ver que todo el mundo está bien».
La
constancia también es clave, explica Silverstein. Si los niños han asistido siempre
a un campamento de verano y éste se celebra este verano, podría ser sanador
para ellos volver a ir, «si es algo que les resulta familiar y con lo que
pueden conectar, de antes del incendio».
Como
terapeuta artística, Silverstein también anima a los niños a expresarse de la
forma en que se sientan más cómodos.
«¿Escribiendo,
dibujando, a través de la poesía o actuando? Dales más de esas experiencias
este verano», dice a los padres.
El
arte es una herramienta curativa en Share & Care: a los niños más pequeños
se les anima a dibujar lo que están experimentando, mientras que a los mayores
se les anima a escribir o dibujar en un diario, y luego compartirlo si lo
desean.
También
se enseña mindfulness, técnicas de respiración calmante y a sentarse juntos en silencio
y escuchar lo que comparten los demás miembros del grupo.
Se
trata de actividades que los padres pueden continuar con sus hijos durante las
vacaciones de verano, explica Silverstein.
«Hemos
enseñado a los padres las técnicas de respiración que utilizamos con sus
hijos», explica. «Los padres también pueden beneficiarse, ya que este sigue
siendo un momento estresante y abrumador para ellos también».
Silverstein
señaló que el proceso de sanación es diferente para cada niño, y una fuerte
conexión entre padres e hijos puede marcar el camino para abordar mejor las
necesidades de cada individuo.
APOYANDOSE UNOS A OTROS
En
las semanas posteriores al incendio, la familia de Kim se quedó en el condado
de Orange con unos parientes. Recuerda que la amabilidad se puso de manifiesto
cuando sus hijas, nadadoras de competencia, fueron invitadas a nadar con el
equipo local. Su hija mayor aceptó la oferta.
«Fue
muy importante para mantener una cierta conexión, y le ayudó a recuperarse»,
dice, porque pudo participar en una actividad rutinaria que le gustaba y, al
mismo tiempo, hacer nuevos amigos.
Kim
afirma que tanto sus dos hijas como él y su esposa se han beneficiado de pasar
tiempo con antiguos vecinos y amigos que se están recuperando de los incendios.
«Hablar
de la pérdida total que hemos experimentado con gente que también ha pasado por
ello es una gran ayuda», dijo.
Kim
dijo que espera crear una experiencia de verano «normal» para sus hijas, a
pesar de que la familia está viviendo en un lugar diferente, con reuniones de
nadar y unas vacaciones a la costa este, una tradición familiar. Su hija mayor
también será voluntaria en Cedars-Sinai, una actividad que le satisface.
Para
la familia Kim, el tiempo juntos puede haber sido lo más sanador.
«Mi
mujer y yo estábamos bastante preocupados por el estrés que este trauma pudiera
causar a las niñas», afirma. «Al principio, hubo días de lágrimas y noches sin
dormir, pero hace tiempo que no vemos que las emociones se desborden. Seguimos
observándolas de cerca y nos aseguramos de que sepan que estamos aquí para
ellas. Me asombra su resistencia: me da fuerzas verles levantarse cada mañana, ir
al colegio y seguir adelante al día siguiente».
Ahora
que termina el año escolar, estos momentos son más importantes que nunca.
«No
podemos recuperar las cosas que perdimos», dice Kim, “pero podemos ayudarnos
unos a otros a escribir el siguiente capítulo”.

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