25% FUERA DEL AULA POR
MENSTRUAR: LLAMADO
A ROMPER EL CICLO DE LA
DESIGUALDAD
*En México, el 43% de las estudiantes se
ausentan de la escuela durante su periodo y 30% recurren a soluciones
improvisadas, como papel higiénico
El
pasado mes de mayo se conmemoró el Día
Internacional de la Higiene Menstrual y, si bien se ha avanzado en brindar
apoyo y acompañamiento a las niñas, adolescentes, mujeres y personas
menstruantes con el fin de que tengan mejores condiciones durante sus ciclos,
aún hay millones de ellas en Latinoamérica que viven en medio de la pobreza
menstrual.
La
pobreza menstrual —es decir, la falta de acceso a productos de higiene,
educación adecuada y servicios de saneamiento básico— no es sólo una cuestión
de salud pública, sino una manifestación persistente de la desigualdad social,
económica y de género que viven los países de la región.
Según
datos de UNESCO y UNICEF, alrededor del 25% de las adolescentes en la región ha
faltado a la escuela durante su menstruación por no contar con productos
adecuados o instalaciones seguras. Esta ausencia sistemática no sólo afecta su
rendimiento escolar, sino también su autoestima, salud mental y perspectivas de
futuro.
En
el caso de México, de acuerdo con un informe reciente de la organización
Mexicanos Primero, debido a la pobreza menstrual, 43% de las estudiantes
prefieren ausentarse de la escuela durante su periodo y 30% de ellas han tenido
que improvisar con papel de baño ante la falta de productos adecuados.
Asimismo, 6% de la población femenina de la Ciudad de México no ha recibido
información sobre la menstruación en ninguna etapa de su vida.
BARRERA ESTRUCTURAL
Además,
es una barrera estructural que profundiza la desigualdad de género y limita las
posibilidades de desarrollo personal y profesional de millones de niñas y
mujeres. Esa exclusión cotidiana tiene un costo colectivo: frena la
productividad, reduce la participación femenina en la economía formal y
debilita el crecimiento económico de Latinoamérica.
En
un enfoque de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), la pobreza menstrual
evidencia brechas estructurales que golpean con mayor fuerza a grupos
históricamente marginados: mujeres indígenas, afrodescendientes, personas
trans, habitantes de zonas rurales o barrios periféricos. La falta de
infraestructura sanitaria y de productos seguros y sostenibles impacta
directamente en su bienestar integral y su participación plena en la sociedad.
Latam
Intersect PR, agencia de relaciones públicas a nivel Latinoamérica y firmante
del Pacto ONU Mujeres, manifiesta que hablar abierta y empáticamente sobre la
menstruación es un paso indispensable hacia la equidad. De igual forma, apoya
las iniciativas que distribuyen productos menstruales reutilizables, promueven una
educación menstrual libre de estigmas y exigen políticas públicas que
garanticen dignidad para todas las personas.
“La
comunicación tiene el poder de transformar realidades, y en temas tan urgentes
como la pobreza menstrual en Latinoamérica, su impacto puede ser monumental.
Las marcas y empresas, al amplificar estas conversaciones, tienen la
oportunidad de liderar un cambio cultural profundo. En lugar de ver esto como
una causa aislada, debemos abordarlo como una oportunidad estratégica para
conectar con las audiencias de manera auténtica y generar un impacto genuino”,
sostiene Claudia Daré, empresaria, Top Women Awards 2025 (en categoría Business
Entrepreneur) y Directora de Latam Intersect PR.
Más
allá de ser un tema de acceso, la pobreza menstrual es un llamado a la acción
global, y es clave que todos los involucrados e interesados en el tema se
aseguren de que la conversación trascienda, movilice y, finalmente, impulse
soluciones efectivas.
La
menstruación no debería ser una barrera y es responsabilidad de la sociedad,
especialmente los gobiernos y autoridades en la materia, romper el silencio,
respaldar a quienes lideran este cambio y alzar su voz para impulsar la equidad
menstrual.

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