miércoles, 11 de junio de 2025

 

¿CÓMO SABER SI TU HIJO ESTÁ ESTRESADO

 POR FIN DE CURSO?

 


 

Es importante estar atento a las señales de estrés, que pueden manifestarse de diferentes maneras según la edad:

           En niños de primaria (6-12 años).

   · Síntomas físicos: Dolores de cabeza, dolores de estómago sin causa aparente, cambios en los hábitos de sueño (insomnio, pesadillas, dormir demasiado), disminución del apetito o comer en exceso.

   · Cambios de comportamiento: Mayor irritabilidad, llanto frecuente, regresión a comportamientos de etapas anteriores (chuparse el dedo, mojar la cama), dificultades para concentrarse, aislamiento social, o aumento de la hiperactividad.

     Emocionales: Miedos intensos (a la oscuridad, a estar solo), preocupación excesiva por las tareas o notas, o pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.

           En adolescentes (13-17 años)

   · Síntomas físicos: Fatiga, tensión muscular, cambios en el patrón de sueño y alimentación.

   · Cambios de comportamiento: Aislamiento, menor participación en actividades familiares o sociales, agresividad, comportamiento autodestructivo, aumento de la asunción de riesgos, o dificultad para controlar las emociones.

     Emocionales: Tristeza intensa, preocupación excesiva, sensación de desesperanza, cuestionamiento de la autoridad, baja autoestima, o comentarios negativos sobre sí mismos

 

              ¿Qué pueden hacer los padres?

 

La clave está en la comunicación, el apoyo y el fomento de hábitos saludables. Aquí te dejamos algunas estrategias:

  1.- Fomentar la comunicación abierta:

   · Escucha activa: Pregúntale a tu hijo cómo se siente, qué le preocupa y escucha sin juzgar. Crea un espacio seguro donde se sienta cómodo para expresar sus emociones. A veces, simplemente ser escuchado ya ayuda mucho.

   · Preguntas abiertas: En lugar de "¿Cómo te fue en el examen?", prueba con "¿Qué tal tu día? ¿Aprendiste algo interesante?". Esto puede abrir la puerta a conversaciones más profundas.

Comparte tus experiencias: Cuéntale cómo manejas tú el estrés o situaciones difíciles. Esto los ayudará a sentirse comprendidos y a encontrar sus propias estrategias.

  2.- Promover un ambiente de apoyo y comprensión:

   · Valida sus sentimientos: No minimices sus problemas. Lo que para un adulto puede parecer pequeño, para un niño o adolescente puede ser una gran fuente de estrés.

   · Establece metas realistas: Ayúdalos a fijar objetivos alcanzables y a entender que el éxito no solo se mide por las notas. Enfatiza el esfuerzo y el aprendizaje, no solo el resultado final.

   · Elogia el proceso: Reconoce su esfuerzo y dedicación, no solo los logros. Un "¡Qué bien te has organizado para estudiar!" es tan importante como un "¡Felicidades por tu buena nota!".

     Evita las comparaciones: Cada niño es único. Compararlos con hermanos o compañeros puede dañar su autoestima y aumentar su estrés.

  3.- Fomentar hábitos saludables:

   · Organización y planificación: Ayúdalos a crear un horario de estudio realista, que incluya pausas y tiempo libre. Enséñales a priorizar tareas y a dividir los proyectos grandes en pasos más pequeños.

   · Sueño de calidad: Asegúrate de que duerman las horas necesarias para su edad (9-12 horas para primaria, 8-10 para secundaria). Limita el uso de pantallas antes de dormir.

   · Alimentación balanceada: Una dieta nutritiva contribuye a mantener los niveles de energía y la capacidad para manejar el estrés. No olvides el desayuno.

   · Actividad física: El ejercicio es un excelente liberador de estrés. Anima a tus hijos a participar en deportes, a jugar al aire libre o a realizar cualquier actividad que disfruten.

   · Tiempo de ocio y desconexión: Es fundamental que tengan momentos para jugar, leer, pasar tiempo con amigos o simplemente "no hacer nada". Limita el tiempo de pantalla para que no se convierta en una fuente adicional de estrés.

     Técnicas de relajación: Enséñales estrategias sencillas como la respiración profunda, la meditación guiada (hay muchas apps para niños) o el mindfulness.

  4.- Buscar ayuda profesional si es necesario

Si los síntomas de estrés son persistentes, intensos, o afectan significativamente la vida diaria de tu hijo (rendimiento escolar, relaciones sociales, estado de ánimo general), no dudes en buscar el apoyo de un psicólogo escolar, un terapeuta o un profesional de la salud mental.

 

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